Una semilla de baja intensidad

'La sociedad no quiere admitirlo, pero en Catalu?a existe un caldo de cultivo entre algunos sectores juveniles radicales hacia el fen¨®meno terrorista, y eso debe atajarse'. As¨ª habla un portavoz autorizado del Ministerio del Interior para referirse a las vinculaciones que siempre han existido entre grupos independentistas radicales de Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco y que la polic¨ªa considera la semilla del terrorismo.

Dar el salto de esos grupos a la colaboraci¨®n con una organizaci¨®n terrorista como posiblemente hizo Sergio no es habitual, pero la polic¨ªa recuerda que muchos de los actuales activistas de ETA empezaron desarrollando episodios de violencia callejera. Por eso, la estad¨ªstica no deja de preocupar a los responsables de Interior.

El a?o pasado se colocaron en Catalu?a 86 artefactos de fabricaci¨®n casera contra diversos objetivos, mientras que en 1999 hab¨ªan sido 57, cinco m¨¢s que en 1998 y m¨¢s del doble que en 1997, cuando se produjeron 25 acciones. La mayor¨ªa de esos artefactos se dirigieron contra cajeros autom¨¢ticos (28), as¨ª como empresas de trabajo temporal y sedes de partidos pol¨ªticos (11 en cada caso). Tambi¨¦n resultaron afectados domicilios particulares de diversas personas y organismos oficiales, como Hacienda o Correos.

Esos artefactos causan siempre destrozos materiales de diversa ¨ªndole. La polic¨ªa los atribuye a grupos diversos, pero con una caracter¨ªstica com¨²n: son organizaciones antisistema vinculadas a planteamientos marxistas, anarquistas o independentistas muy radicales. De la estad¨ªstica policial resalta el dato de que las ciudades en las que estos grupos est¨¢n m¨¢s organizados es donde se producen m¨¢s ataques: de los 253 que se han registrado en los ¨²ltimos a?os, 85 se produjeron en Barcelona, 10 en Cornell¨¤, 16 en Terrassa y 11 en Manresa.

Desde algunas de esas organizaciones y plataformas se responde que la polic¨ªa pretende criminalizarles y se insiste en un rechazo generalizado a la violencia. Lo peor del caso es que, al final, siempre acaba perjudicada la defensa pac¨ªfica de ideales muy nobles.