Frentes vacunos
Son ya ocho los casos detectados en Espa?a, adem¨¢s de otro pendiente de confirmaci¨®n en Santander, de vacas enfermas de encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB), al a?adirse la semana pasada dos reses de Asturias y una de ?vila. Por ¨¢reas, se ha pasado de dos comunidades afectadas, Galicia y Castilla y Le¨®n, a cuatro, al sumarse Asturias y posiblemente Cantabria. Como las autoridades comunitarias y algunos especialistas hab¨ªan previsto, los casos han empezado a aparecer en cuanto se ha procedido a analizar a las reses de riesgo, con lo que no parece descabellado deducir que durante meses Espa?a se ha visto libre de la enfermedad de manera artificiosa: simplemente porque los controles de sanidad animal no hab¨ªan actuado con el celo exigible. Incluso se contempla la posibililidad de considerar material espec¨ªfico de riesgo (MER) a los 11.000 toros de lidia que ser¨¢n sacrificados en la pr¨®xima temporada taurina retirando su carne del consumo.
El Gobierno empieza a tomar conciencia de la magnitud de un problema que, seg¨²n reconoci¨® ayer Aznar, 'ser¨¢ largo y complicado'. Ha situado al frente de todas las actuaciones al vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y ha creado el Comit¨¦ Especial sobre la Encefalopat¨ªa Espongiforme Bovina para poner orden en la hasta ahora descontrolada gesti¨®n de la crisis. Pero este comit¨¦ ha nacido con mal pie y escasa ambici¨®n: en realidad est¨¢ formado por subsecretarios y directores generales, sin ninguna representaci¨®n de un ministerio clave como Hacienda, y quien iba a ejercer de secretario, el director general de Ganader¨ªa, Quintiliano P¨¦rez Bonilla, tuvo que dimitir a los pocos d¨ªas de su creaci¨®n, sometido a fuertes cr¨ªticas por sus intereses familiares en el sector porcino y en el de fabricaci¨®n de piensos. Durante la presentaci¨®n del comit¨¦, Rajoy se limit¨® a decir que la gran prioridad del Gobierno es evitar que el pri¨®n de la enfermedad pudiera saltar la barrera entre especies y pasar a los humanos, pero se abstuvo de adelantar ning¨²n plan concreto de actuaci¨®n. El comit¨¦ de crisis entr¨® de inmediato en crisis con la dimisi¨®n de P¨¦rez Bonilla. Es dif¨ªcil empezar peor.
Es cierto que afrontar la crisis de las vacas locas no es f¨¢cil, porque son muchos los frentes que se han de cubrir y en algunos de ellos se carece de armas suficientes para luchar con garant¨ªas. El propio ministro de Agricultura, Miguel Arias Ca?ete, admiti¨® el mi¨¦rcoles en el Congreso la dificultad que supone recoger de forma sistem¨¢tica las reses que mueren en las granjas, trasladarlas a las incineradoras y destruirlas. Grandes problemas log¨ªsticos acarrear¨¢ tambi¨¦n el almacenamiento de las harinas c¨¢rnicas que ya no es posible vender, a la espera de que puedan ser destruidas en las cementeras dentro de unos meses, cuando ¨¦stas se acondicionen con la infraestructura adecuada.
Pero las carencias de infraestructura y medios no pueden servir de excusa al Gobierno, porque en buena parte es la consecuencia de la falta de atenci¨®n que hasta noviembre se ha prestado al problema, a pesar de que hac¨ªa meses, si no a?os, que se pod¨ªa prever que el mal de las vacas locas acabar¨ªa llegando a Espa?a. Tan s¨®lo hace medio a?o, Arias Ca?ete tild¨® de 'irresponsables' y 'alarmistas' a los miembros del Comit¨¦ Cient¨ªfico Director de la UE por incluir a Espa?a entre los pa¨ªses de 'alto riesgo'. Tras perder un tiempo precioso, ahora toca improvisar a toda prisa, con los inevitables errores que ello acarrea.
Con el Comit¨¦ Especial sobre la Encefalopat¨ªa Espongiforme Bovina, el Gobierno ha dado, de momento, un paso meramente publicitario en la lucha contra el mal de las vacas locas. Da la impresi¨®n de que ya se ha dado cuenta de lo que se le viene encima, pero no acierta a articular un plan coherente a medio y largo plazo. Incluso decisiones ya tomadas no acaban de ponerse en marcha, como es el caso del Comit¨¦ de Seguridad Alimentaria, creado el 15 de diciembre, despu¨¦s de ser anunciado varias veces a lo largo del a?o y de cuya existencia nada se sabe.
En una sociedad tecnificada como es ya la espa?ola, bien har¨ªa el Gobierno en dotarse de instrumentos de asesoramiento solvente que le dieran tranquilidad y le permitieran concebir una pol¨ªtica coherente a medio y largo plazo. El Comit¨¦ Cient¨ªfico Director de la UE o su equivalente en Francia son ejemplos a seguir si no se quiere ir por detr¨¢s de los acontecimientos. La incorporaci¨®n el viernes pasado de tres cient¨ªficos al comit¨¦ de crisis, formado hasta ese momento s¨®lo por altos funcionarios de la Administraci¨®n, es un paso en el buen camino. Pero no es momento de peque?os avances, sino de un cambio radical de pol¨ªtica para afrontar el problema en su globalidad.
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