Balcanes, 'vacas locas' y la salud de los espa?oles
En los ¨²ltimos a?os la poblaci¨®n espa?ola y de otros pa¨ªses de Europa se ha conmocionado por informaciones sobre ciertas enfermedades, epidemias y riesgos que han creado una verdadera alarma social. Hoy la atenci¨®n est¨¢ centrada en los casos de leucemia, atribuidos presuntamente al uranio empobrecido en los soldados de la OTAN, el llamado 's¨ªndrome de los Balcanes', la encefalopat¨ªa espongiforme o enfermedad de las vacas locas y las posibles embolias producidas por largos viajes de avi¨®n, al que se ha denominado el 's¨ªndrome de la clase turista'. Anteriormente fue la contaminaci¨®n por dioxinas de los pollos belgas y de los cerdos alemanes, la intoxicaci¨®n en algunos pa¨ªses europeos por contaminaci¨®n de la Coca-Cola, la contaminaci¨®n de mares y r¨ªos por vertidos de productos qu¨ªmicos, petr¨®leo, etc¨¦tera. Si bien cada uno de estos casos tiene un conjunto de causas diferentes (aunque no siempre identificadas), hay una serie de caracter¨ªsticas comunes que considerar.
Es comprensible que el nivel de riesgo aceptable por la poblaci¨®n pueda ser diferente al de los expertos
En primer lugar podemos constatar que muchos expresan una globalizaci¨®n de los problemas sanitarios, que abarcan un conjunto amplio de pa¨ªses, y dado que vivimos en la sociedad de la informaci¨®n, los hechos son conocidos y trascienden r¨¢pidamente todas las fronteras, difundi¨¦ndose ampliamente en la poblaci¨®n. Una segunda caracter¨ªstica es que estas nuevas epidemias parecen desbordar la capacidad de actuaci¨®n de las autoridades y servicios sanitarios. Hay, por un lado, cierto desconcierto frente a nuevos problemas, producto de un l¨ªcito desconocimiento, pero a la vez hay cierto grado de incompetencia profesional. Los infortunados comentarios ministeriales sobre el riesgo de las vacas locas por el 'hueso del caldo' nos hacen recordar al famoso 'bichito' como presunta causa del s¨ªndrome t¨®xico.
La primera actitud que frecuentemente se tiene frente a un nuevo problema es intentar ocultarlo. As¨ª se hizo sobre el riesgo de la encefalopat¨ªa espongiforme bovina en la mayor¨ªa de los pa¨ªses durante muchos a?os. Esto genera incredulidad y desconfianza en la poblaci¨®n. Por otro lado, la salud p¨²blica se organiz¨® durante el siglo pasado de forma que cada pa¨ªs cuidaba de sus fronteras, que se pod¨ªan cerrar en casos de emergencia. Hoy las fronteras no existen, los servicios de salud p¨²blica se han fragmentado en m¨²ltiples administraciones y no hay una estructura profesional y con recursos preparada para actuar coordinadamente.
Una tercera caracter¨ªstica es que pareciera que estas nuevas epidemias se transforman r¨¢pidamente en los problemas m¨¢s importantes de salud de la poblaci¨®n. Si aceptamos que la definici¨®n de riesgo es convencional, la valoraci¨®n de ¨¦ste tiene una gran connotaci¨®n subjetiva. Debemos comprender que el nivel de riesgo aceptable por la poblaci¨®n puede ser diferente al de los expertos, y que un problema de salud puede ser considerado un riesgo muy importante para un sector de la poblaci¨®n pero no para otros. Existe, asimismo, una menor tolerancia con los riesgos sufridos involuntariamente que con los que se asumen voluntariamente, aunque ¨¦stos puedan ser m¨¢s graves.
Pero los nuevos problemas de salud coinciden con otros viejos problemas no solucionados. En Espa?a mueren cada d¨ªa m¨¢s de cien personas a causa del tabaco, el pasado a?o murieron 4.294 personas en accidentes de tr¨¢fico en carretera y m¨¢s de 1.000 en accidentes laborales. Son ejemplos de problemas evitables, cuyos riesgos podr¨ªan ser reducidos considerablemente. La inversi¨®n en prevenci¨®n del tabaquismo es simb¨®lica. La inversi¨®n en servicios de salud p¨²blica, medioambientales y de salud mental es baj¨ªsima y afecta a millones de personas. En Inglaterra, pa¨ªs m¨¢s afectado por la enfermedad de las vacas locas, durante los cinco a?os de m¨¢xima epidemia murieron 55 personas por esa enfermedad.
?Qui¨¦n decide cu¨¢les son las prioridades sanitarias? ?C¨®mo y qui¨¦nes definen qu¨¦ es lo m¨¢s importante para la salud de la poblaci¨®n? Te¨®ricamente, en los planes y programas de salud se establecen una serie ordenada de actuaciones e inversiones en funci¨®n de una valoraci¨®n de la magnitud de los da?os y de la efectividad de las soluciones. Pero en la actualidad los servicios de planificaci¨®n sanitaria se han desmantelado y los planes de salud casi han desaparecido como gu¨ªa pr¨¢ctica de las decisiones presupuestarias. En lugar del plan es el mercado de la informaci¨®n el que tiene mayor capacidad de influencia en las decisiones. Si los diarios y la televisi¨®n dedican p¨¢ginas enteras a un problema, ¨¦ste pasa a ser la prioridad del momento. La prensa cumple un papel muy importante, pero no es posible que los pol¨ªticos tomen decisiones sobre inversiones y actuaciones principalmente por lo que se expresa en los medios de comunicaci¨®n. Hay varios estudios rigurosos que han mostrado que la distribuci¨®n de los recursos sanitarios y los esfuerzos en la investigaci¨®n m¨¦dica no se corresponden para nada con la magnitud de los problemas de salud que afectan a la poblaci¨®n. En lugar de la racionalidad en las decisiones, sobre la base de un estudio y conocimiento en profundidad de los problemas y soluciones, se est¨¢ en una din¨¢mica de actuaciones en funci¨®n de las circunstancias, lo cual lleva a que, por un lado, se act¨²e tarde y mal frente a los problemas puntuales y a que, por el otro, se releguen los problemas sanitarios m¨¢s importantes.
La investigaci¨®n de un posible aumento de los casos de leucemia en los soldados de Kosovo y la exploraci¨®n de todas las posibles causas (no s¨®lo la del uranio empobrecido) debe hacerse rigurosamente. En ¨¦ste, como en cualquier otro episodio similar, se debe crear una comisi¨®n de expertos independientes que investigue todo lo necesario. La poblaci¨®n potencialmente afectada debe ser informada desde el principio, asumiendo que la ciencia tiene limitaciones y que no se puede dar una respuesta a todas las preguntas formuladas. Deben tomarse todas las medidas cient¨ªficamente fundamentadas para evitar la transmisi¨®n a la poblaci¨®n de la enfermedad de las vacas locas. Todos los problemas de salud pueden ser en un momento importantes, pero finalmente cada uno de estos problemas debe considerarse en su justa medida. Ser¨ªa mucho m¨¢s esperanzador en ese sentido que se solicitara la renuncia de un ministro o ministra de Sanidad, m¨¢s por su incompetencia para reducir la mortalidad y morbilidad evitable, o por no alcanzar unos objetivos sanitarios previamente establecidos, que por un comentario desafortunado sobre un problema puntual.
Carlos A. Gonz¨¢lez Svatetz es epidemi¨®logo del Servei d'Epidemiolog¨ªa i Registre del C¨¢ncer en el Institut Catal¨¢ d'Oncolog¨ªa de Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.