V¨ªctimas, verdugos
Cada vez que se cumple una pena de muerte -la ¨²ltima estampa odiosa, un fusilamiento en Palestina- glorificamos a la v¨ªctima y maldecimos del verdugo o la serie de verdugos que empiezan en un tribunal y terminan en el que a veces es un m¨¦dico abyecto que cobra por ese crimen legal. Antes hemos maldecido de esa misma persona ahora asesinada, porque mat¨® a otros: y tambi¨¦n glorificamos a su v¨ªctima con la misma falsedad con la que el Vaticano canoniza a miles de v¨ªctimas por el hecho de serlo, aunque antes se gaste tiempo y dinero en ama?ar la biograf¨ªa de la v¨ªctima hasta colocando en su instrucci¨®n un 'abogado del diablo' para dar veracidad al 'juicio'.
Las v¨ªctimas del terrorismo no forman una unidad ser¨¢fica, y no todas las v¨ªctimas tienen por qu¨¦ ser santos. No lo era Melit¨®n Manzanas, sino un reconocido torturador y asesino de la polic¨ªa pol¨ªtica de Franco, que era a su vez torturador y asesino como el canonizable Pinochet, o como Hitler, que estar¨¢ en el Walhala. Su asesinato, el primero de esta serie, fue un atentado; y el de Carrero Blanco un magnicidio con resultados pol¨ªticos que cambiaron la historia de Espa?a: creo que de una manera positiva. Lo dije en el momento. Un editorial de Triunfo se titul¨® algo as¨ª como 'Es peor que un error, es un crimen', alterando la frase cl¨¢sica y se?alando, pese a las censuras, que no era ning¨²n error, pero que repudi¨¢bamos el asesinato.
Uno de los efectos del antiterrorismo como deformaci¨®n de la pol¨ªtica es la glorificaci¨®n de las v¨ªctimas sin importar qui¨¦nes fueron: el plomo las beatifica al tocarlas, aunque sean Melit¨®n Manzanas, torturador y asesino de profesi¨®n, o Carrero Blanco, sucesor del Caudillo. Ahora se empieza a distinguir: el PP no asiste a un homenaje a Ernest Lluch porque la v¨ªctima quer¨ªa el di¨¢logo; y sus amanuenses dicen que si se hubiera seguido su l¨ªnea Espa?a estar¨ªa ya destrozada. Uno de sus peri¨®dicos (Abc) separa a Melit¨®n porque el tema es 'anacr¨®nico'. La v¨ªctima cae siempre de un modo injusto, el verdugo es siempre vituperable; pero no todas las v¨ªctimas son iguales. 'Un bel morire tutta una vita honora': no es verdad. Alzarnos contra el asesino, denunciar su falsa motivaci¨®n patri¨®tica, pedir que callen las armas, es una cosa. Igualar las biograf¨ªas y constituir a los que se salvaron o sus deudos en una fuerza pol¨ªtica, es imposible. Melit¨®n Manzanas no es Ernest Lluch o Tom¨¢s y Valiente; o tantos y tantos otros.
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