Dificultades legales retrasan el plan de choque para evitar la 'fuga de cerebros'
El Ministerio de Ciencia a¨²n no tiene la f¨®rmula para contratar cient¨ªficos
El problema de la fuga de cerebros, aunque se ha agravado en los ¨²ltimos a?os, no es nuevo, y tampoco la intenci¨®n de resolverlo. Hace seis a?os se crearon contratos de reincorporaci¨®n en un intento de copiar la f¨®rmula m¨¢s frecuente en los pa¨ªses del entorno para atraer a los investigadores j¨®venes m¨¢s brillantes. Pero la copia fue burda: en vez de ofrecer un contrato de unos cinco a?os de duraci¨®n, tras el cual el investigador es evaluado para acceder a una plaza permanente -lo habitual por ejemplo en Francia y Estados Unidos-, se crearon contratos de tres a?os, renovables por otros dos (llamados 3+2), que siempre deben estar asociados a un proyecto de investigaci¨®n en marcha. Y apenas se han creado puestos de trabajo nuevos, ni en las empresas ni en el sector p¨²blico, para absorber a estos investigadores.
Jos¨¦ Mar¨ªa Mato, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) en 1994, recuerda que entonces 'se intentaron f¨®rmulas distintas a la del 3+2, pero no fuimos capaces. El motivo fue que, tal como estaba la legislaci¨®n, si se contrataba a un investigador por m¨¢s de tres a?os hab¨ªa que hacerle fijo... ?Y c¨®mo te deshaces entonces de los que no han ido bien en ese tiempo?'.
Situaci¨®n desesperante
As¨ª que el 3+2, improrrogable, es la f¨®rmula vigente hoy, y no ha resuelto el problema del drenaje de investigadores. Adem¨¢s, la obligaci¨®n de que el contrato est¨¦ unido a un proyecto ya en marcha implica que si tal proyecto finaliza antes de tres a?os el investigador pierde su puesto, a menos que logre engancharse a otro grupo y completar los a?os a que tiene derecho. Para Fernando Gir¨¢ldez, vicerrector de investigaci¨®n de la Universidad de Valladolid, 'la situaci¨®n es muy desesperante'. ?l y muchos de sus colegas han visto como los mejores investigadores de su universidad, acabado su contrato, han tenido que volver a marcharse o simplemente abandonar la ciencia. 'Gente con entre treinta y cuarenta a?os, con varios a?os de estancia en centros de excelencia en el extranjero, filtrados a su vez para retornar con un contrato de reincorporaci¨®n y despu¨¦s...al paro', dice Gir¨¢ldez.
En el IV Plan Nacional de I+D se retom¨® el compromiso de los contratos de cinco a?os m¨¢s otros cinco prorrogables pero el a?o pasado, el primero de este plan, que coincidi¨® con la creaci¨®n del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, no se hizo nada al respecto. El secretario de Estado de Pol¨ªtica Cient¨ªfica, Ram¨®n Marim¨®n, anunci¨® repetidamente, sin embargo, estos contratos (la ¨²ltima vez en diciembre en la Comisi¨®n de Ciencia y Tecnolog¨ªa del Senado en la que hizo la oferta de 800 de estos contratos para el primer trimestre del 2001). El pasado martes Marim¨®n, en Barcelona, recort¨® el plazo a dentro de un mes, es decir, finales de febrero y asegur¨® que la mayor parte de los contratos ser¨ªa para el sector p¨²blico y el resto ser¨ªa para empresas (¨¦stos ligados a proyectos), informa Efe.
Pero el obst¨¢culo que impidi¨® estos contratos hace seis a?os sigue ah¨ª, y, seg¨²n varios vicerrectorres de investigaci¨®n, miembros de la comisi¨®n que se re¨²ne semanalmente con responsables del ministerio para tratar este asunto, ¨¦stos a¨²n no han dado con la soluci¨®n. Gir¨¢ldez explica: 'El problema de estos contratos es el marco legal. Hoy por hoy s¨®lo podr¨ªan llevarse adelante por medio de lo que se llama contrato de obra o servicio, lo que tiene muchas limitaciones, incluye a los investigadores entre los PAS (personal de administraci¨®n) y si supera los 3 a?os, crea ciertas responsabilidades y obligaciones en las instituciones que llevan a litigios frecuentes en magistratura. La Ley de la Ciencia y la LRU no ofrecen margen de maniobra para hacer contratos laborales de personal docente e investigador fuera de las figuras actuales, que no contemplan el perfil de un investigador contratado. Es decir, estamos entre la obra o servicio y los profesores asociados, pero mal'.
Para Agust¨ªn Zapata, vicerrector de Investigaci¨®n de la Universidad Complutense (Madrid), 'no es que la situaci¨®n est¨¦ bloqueada. El ministerio tiene voluntad clara de sacarlos, pero hay aspectos muy complicados por resolver. Y hay que hacer hincapi¨¦ en que, o se trabaja deprisa, o se perder¨¢ tambi¨¦n el segundo a?o del plan nacional. Y ser¨ªa un desastre'.
Cambiar la ley
Una soluci¨®n pasar¨ªa por cambiar la Ley de la Ciencia, que es la que obliga a contratar para un proyecto -es decir, por obra o servicio-, lo que a su vez impone el plazo m¨¢ximo de tres a?os si no se quiere que el contratado reclame la fijeza. Pero para los vicerrectores esto llevar¨ªa demasiado tiempo. Su propuesta pasa m¨¢s bien por 'buscar f¨®rmulas transitorias mientras se modifica la ley', explica Marius Rubiralta, vicerrector de investigaci¨®n de la Universidad de Barcelona. Una de estas f¨®rmulas ser¨ªa que el investigador 'fuera contratado inicialmente como ahora, por obra o servicio -unido a un proyecto ya existente-, pero de forma que, durante la ejecuci¨®n de ese proyecto, ¨¦l pueda ya solicitar un proyecto propio. Excepto al principio, el sueldo del investigador se financiar¨ªa de ese segundo proyecto', explica Gir¨¢ldez. El cambio respecto a la situaci¨®n actual ser¨ªa un compromiso por parte del Gobierno de ofrecer financiaci¨®n para un horizonte de cinco a?os, pero no est¨¢ claro c¨®mo se concretar¨ªa dicho compromiso. Sin ¨¦l, la promesa de los contratos por cinco a?os quedar¨ªa incumplido.
Los vicerrectores creen que la f¨®rmula anterior dar¨ªa tiempo a cambiar las leyes actuales, para que sea finalmente posible contratar al investigador por cinco a?os desde el principio. Otra posibilidad es la creaci¨®n de una fundaci¨®n, 'una entidad de derecho privado capaz de emplear sin las restricciones de la administraci¨®n p¨²blica', indica Gir¨¢ldez. 'Es una buena idea, pero no s¨¦ c¨®mo van a poder articularla'. Esta iniciativa ya ha sido tomada por la Generalitat de Catalu?a, dentro del tercer plan auton¨®mico de investigaci¨®n.
Algunas fuentes opinan, no obstante, que el problema de fondo es el escaso dinero existente para la ciencia en Espa?a. 'La idea es que al final del ciclo completo de 5 + 5, tras una evaluaci¨®n previa, la instituci¨®n ha de contratar al investigador. Y el problema entonces es c¨®mo financiarle', indica Rubiralta.
Sueldo de profesor
Los vicerrectores de investigaci¨®n consultados creen que es 'urgente' convocar las plazas por contrato, 'de las que hay mucha gente pendiente fuera de Espa?a', como advierte Marius Rubiralta, de la Universidad de Barcelona. Para Fernando Gir¨¢ldez (Universidad de Valladolid) '¨¦sta es la prueba del algod¨®n del sistema de ciencia y tecnolog¨ªa espa?ol: o aqu¨ª se invierte en investigaci¨®n, o el sistema hace aguas'. Un aspecto claro de los pocos que lo est¨¢n sobre el reparto, proceso de selecci¨®n y caracter¨ªsticas de los contratos es la cuant¨ªa, en los universitarios. Los investigadores tendr¨ªan un salario equivalente al de un profesor titular de universidad, lo que significa que a los 200 contratos a los que aspiran las universidades (del total de 800) se les asignar¨ªan unos 1.500 millones de pesetas (7,5 millones brutos anuales ccada uno) para el primer a?o, seg¨²n los vicerrectores. Respecto a la forma de convocar las plazas, las universidades har¨ªan una propuesta de ¨¢reas prioritarias y despu¨¦s una convocatoria abierta, publicada en las principales revistas cient¨ªficas.
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