De h¨¦roes y terroristas
Que la gesti¨®n pol¨ªtica del pasado colectivo -de la historia, por decirlo con mayor solemnidad- constituye un asunto delicado, a veces un verdadero campo de minas, es cosa bien sabida. Ahora mismo est¨¢ abierta una grave crisis diplom¨¢tica entre Par¨ªs y Ankara porque el Parlamento franc¨¦s, despu¨¦s de dos a?os de tramitaci¨®n, acaba de reconocer y condenar el genocidio de los armenios, perpetrado por la Turqu¨ªa otomana a partir de 1915 pero que la actual Rep¨²blica turca, imbuida de un nacionalismo enfermizo, se obstina en negar contra todas las evidencias cient¨ªficas.
Sin embargo, no es preciso ir tan lejos para darse de bruces con las contradicciones que origina un uso presentista de la historia, para o¨ªr los chirridos que produce el ejercicio de proyectar hacia el pasado las conveniencias pol¨ªticas de hoy. Hace apenas una semana, dos hechos pr¨¢cticamente simult¨¢neos lo pusieron de relieve: por una parte, la proposici¨®n no de ley que han presentado al Parlament los grupos de la izquierda catalana (socialistas, Esquerra e Iniciativa), en el sentido de que se proclame que los maquis antifranquistas fueron 'h¨¦roes' y 'luchadores por la paz y la libertad' y se reconozca la legitimidad de su combate a todos los efectos; por otra, la concesi¨®n de la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las V¨ªctimas del Terrorismo al responsable policial franquista Melit¨®n Manzanas, el primer objetivo mortal de un atentado de ETA.
?Por qu¨¦ los guerrilleros libertarios, o comunistas, o socialistas van a ser rehabilitados oficialmente -as¨ª lo espero y deseo- como 'luchadores por la paz y la libertad' y los ejecutores de Melit¨®n Manzanas siguen siendo viles terroristas?
A lo expuesto, y para no caer en manique¨ªsmos f¨¢ciles, habr¨ªa que a?adir dos precisiones: que la proposici¨®n sobre los maquis no es ninguna rareza catalana, sino que en t¨¦rminos parecidos se han pronunciado ya siete parlamentos auton¨®micos, algunos de ellos con el voto favorable del PP; y que la condecoraci¨®n al polic¨ªa Manzanas, aunque otorgada por el Gobierno de Aznar, lo ha sido en cumplimiento de una ley que aprob¨® todo el arco parlamentario en oto?o de 1999.
Es decir, que en un acto de reparaci¨®n hist¨®rica tard¨ªa pero a la que incluso ha asentido la derecha, se ensalza y legitima a quienes, sin resignarse a la derrota de 1939, siguieron combatiendo contra la dictadura con las armas en la mano hasta varias d¨¦cadas despu¨¦s de la guerra civil. Al mismo tiempo, y dentro de la vigente pol¨ªtica antiterrorista, se juzga necesario honrar a todas las v¨ªctimas de ETA, incluso a las que lo fueron en calidad de servidoras del franquismo y eran tan poco inocentes como el siniestro jefe de la BPS (Brigada Pol¨ªtico-Social) en Guip¨²zcoa.
Ahora bien, en Catalu?a al menos, la actividad de la guerrilla antifranquista no fue s¨®lo cosa de los negros a?os cuarenta, sino que se prolong¨® hasta entrados los sesenta; el m¨ªtico Quico Sabat¨¦ i Llopart fue abatido en Sant Celoni el 5 de enero de 1960, y su compa?ero Ramon Vila i Capdevila, Caracremada, cay¨® cerca de Balsareny el 7 de agosto de 1963. Si ETA, por su parte, mat¨® al comisario Manzanas en Ir¨²n el 2 de agosto de 1968, cabe preguntarse: ?hubo durante esos cinco a?os alg¨²n cambio en la naturaleza de la dictadura, en su actitud hacia la oposici¨®n o con respecto a los derechos humanos, algo que permita conceptuar de ileg¨ªtima en 1968 la violencia antifascista que tenemos por justificada hasta 1963? ?Eran acaso los n¨²meros de la Guardia Civil ca¨ªdos ante las metralletas de los maquis m¨¢s 'culpables' moral o pol¨ªticamente que el torturador Manzanas?
Siendo as¨ª que todas esas preguntas tienen respuesta negativa, la siguiente cuesti¨®n cae por su propio peso: ?por qu¨¦, entonces, los guerrilleros libertarios, o comunistas, o socialistas en otras zonas de Espa?a, van a ser rehabilitados oficialmente -as¨ª lo espero y deseo- como 'h¨¦roes', como 'luchadores por la paz y la libertad' y, en cambio, los ejecutores de Melit¨®n Manzanas siguen siendo viles terroristas? La ley que ha permitido condecorar a ¨¦ste considera v¨ªctimas del terrorismo a todos aquellos que lo fueron de 'persona o personas integradas en bandas o grupos armados o que actuaran con la finalidad de alterar gravemente la paz y seguridad ciudadana', pero tal definici¨®n, bajo el franquismo, era aplicable por igual a la Agrupaci¨®n Guerrillera de Levante, a los grupos de acci¨®n anarquistas o a ETA, y val¨ªa lo mismo en 1944 que en 1957 o en 1972. Desde el punto de vista del an¨¢lisis hist¨®rico, pues, y al menos hasta 1975, la disyuntiva est¨¢ clara: o todos h¨¦roes, o todos terroristas.
Si no se fundamenta en la historia, ?en qu¨¦ se basa esa distinci¨®n t¨¢cita entre 'antifranquistas buenos' y 'antifranquistas malos'? En un torpe discurso ideol¨®gico-pol¨ªtico presentista. Los maquis pueden ser ensalzados sin problemas incluso por el PP porque constituyen un fen¨®meno muerto y extinguido. En cambio, la ETA anterior a la democracia y a la amnist¨ªa es (o as¨ª se supone) el germen de la ETA actual, y reconocerle alg¨²n m¨¦rito en la lucha contra Franco -sostienen equivocadamente muchos- es tanto como dar legitimidad a sus cr¨ªmenes posteriores. Por tanto, si ETA nunca tuvo raz¨®n de ser, si ninguna de sus acciones estuvo jam¨¢s justificada -as¨ª lo ha sostenido estos d¨ªas Alfredo P¨¦rez Rubalcaba-, entonces todas sus v¨ªctimas, incluso las m¨¢s connotadas o feroces, eran inocentes y merecen nuestro homenaje. Supimos hace ya tiempo que el almirante Carrero Blanco no era m¨¢s que un patriota ejemplar, un leal servidor del Estado, y otro tanto descubrimos ahora con respecto al comisario Manzanas. ?Enhorabuena!
Aludiendo a otro asunto distinto, Javier Pradera se refer¨ªa d¨ªas atr¨¢s en estas p¨¢ginas a los 'efectos indeseados de una causa noble'. Le tomo prestada la idea para concluir que, a veces, la noble causa de la lucha contra la criminalidad etarra provoca en quienes la comparten episodios severos de ceguera pol¨ªtica. El caso de la sorprendente beatificaci¨®n civil de Melit¨®n Manzanas no es el primero ni ser¨¢, desgraciadamente, el ¨²ltimo.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es profesor de Historia Contempor¨¢nea de la UAB.
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