El caudillo, ante el juez
Han sido necesarios tres a?os para que Augusto Pinochet fuera interrogado por vez primera por un juez chileno acerca de algunos de los cr¨ªmenes, concretamente la caravana de la muerte, cometidos por su ominosa dictadura. Muchos creyeron que ese momento no llegar¨ªa nunca. Hasta la semana pasada, el ex caudillo manten¨ªa su pulso al Estado, neg¨¢ndose a comparecer ante el juez Juan Guzm¨¢n; el interrogatorio, por tanto, merece valorarse como un peque?o paso m¨¢s de Chile en su arreglo de cuentas con el pasado inmediato.
Aunque no sorprenda, quiz¨¢ lo m¨¢s escarnecedor de esa escasa media hora que dur¨® la interpelaci¨®n es la afirmaci¨®n del viejo d¨¦spota, detallada por su abogado, seg¨²n la cual ni las Fuerzas Armadas chilenas ni la Junta Militar ni ¨¦l personalmente dieron ¨®rdenes en 1973 de matar a nadie en Chile, ni de hacer desaparecer a nadie ni de ocultar a las familias de los fallecidos en la represi¨®n los cuerpos de sus seres queridos. Tomada en su literalidad, significa que los asesinatos masivos, las torturas y las desapariciones que siguieron a la triunfante insurrecci¨®n militar capitaneada hace 27 a?os por Pinochet fueron obra de una punta de incontrolados. Tambi¨¦n el general Sergio Arellano, jefe por delegaci¨®n de la siniestra caravana que dej¨® 75 muertos, 18 de ellos nunca encontrados, hab¨ªa negado antes su responsabilidad en las matanzas.
Desde que en enero de 1998 se presentara en Chile la primera querella criminal contra Augusto Pinochet, todav¨ªa comandante en jefe del Ej¨¦rcito, han sucedido muchas cosas. De hecho, su suerte qued¨® sellada en Londres, donde debi¨® permanecer m¨¢s de un a?o por el mandato de arresto internacional del juez Garz¨®n. A su regreso a Santiago, moralmente juzgado, el castillo de naipes de su impostura comenz¨® a venirse abajo tras serle retirada la inmunidad parlamentaria. Las presiones inadmisibles del mando militar chileno sobre el presidente Ricardo Lagos y la ciudadan¨ªa no han podido evitar, en fin, su primera y simb¨®lica cita con la justicia de su pa¨ªs.
Guzm¨¢n se ha tomado unos d¨ªas para resolver, a la luz del preceptivo interrogatorio del martes, si procesa o no al espad¨®n chileno, de 85 a?os y aquejado de arterioesclerosis leve, seg¨²n los m¨¦dicos. Nada nuevo parece sugerir una vuelta atr¨¢s de la decisi¨®n de encausar criminalmente a Pinochet que el juez adopt¨® el 1 de diciembre pasado y que luego anul¨® la Corte Suprema por defecto de forma.
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