JAQUE A LA FIESTA
La fiesta de los toros est¨¢ habituada al miedo. Se alimenta de ¨¦l. Sin embargo, el que ahora paraliza al mundo taurino es del todo diferente. La enfermedad de las vacas locas ha plagado de incertumbres el devenir de una fiesta secular. La posibilidad del contagio no s¨®lo hace temer por el futuro de la caba?a de bravo sino que amenaza la liturgia de la lidia
' EN ESPA?A SE CELEBRAN AL A?O 17.000 FESTEJOS. NO SE PUEDEN HACER PRUEBAS A TANTOS TOROS'
El sal¨®n de actos de la plaza de Las Ventas echa humo. Las calles de Madrid viven su ya cotidiana inundaci¨®n y el vapor de las gabardinas empapa el bullir de las conversaciones improvisadas. Son las siete de la tarde del viernes 26 de enero y el Defensor del Pueblo, Enrique M¨²gica, se dispone a dictar una conferencia que, bajo el t¨ªtulo Hablemos de toros, se entretendr¨¢ en recorrer siglos de vocablos, arcanos y tradiciones labradas en el silencio de la dehesa. Hablar¨¢ de tauromaquia. La charla es la segunda de un ciclo que ocupa a la afici¨®n madrile?a en tiempos del ramad¨¢n taurino. Pero hoy el ambiente es especial. En el aire condensado se respira una inquietud que nada tiene que ver con el natural relajo, impostada pompa y fanfarroner¨ªa de luces que de costumbre preside este tipo de reuniones para jubilados, estudiantes despistados y periodistas en periodo de meritaje. 'Esto de las vacas locas es un feo asunto', dice un espont¨¢neo. 'Peor que feo', responde otro. Las conversaciones taurinas suelen ser as¨ª, catedralicias (sientan c¨¢tedra y, bien mirado, algo g¨®ticas s¨ª que son).
'Miedo. Todo lo que se est¨¢ haciendo, de forma tan confusa, responde a una sensaci¨®n de p¨¢nico que recorre la fiesta', dice Victorino Mart¨ªn hijo. El ganadero due?o de uno de los hierros m¨¢s emblem¨¢ticos del campo bravo intenta dar con la acertada definici¨®n de un sentir que a fecha de hoy recorre, en grados diversos, cada uno de los estamentos de la fiesta llamada nacional. En el fondo de todo est¨¢n unas siglas extra?as que anuncian, por qu¨¦ no llamarlo as¨ª, el apocalipsis taurino: EEB o Encefalopat¨ªa Espongiforme Bovina. 'El asunto es mucho m¨¢s grave de lo que parece a simple vista', toma el testigo el gerente de la plaza de Valdemorillo; el coso que alberga a la que pasa por ser la primera feria importante del a?o. Para Maximino P¨¦rez, as¨ª se llama este joven empresario, el problema de las vacas locas afecta al nudo de la fiesta de los toros: 'Si las vacas mansas est¨¢n enfermas se toman las medidas que haga falta. Cuando est¨¦ erradicada la enfermedad, la gente volver¨¢ a consumir carne. El problema con los toros es otro. Si ma?ana, debido a las normas de la UE, no se pueden exhibir las orejas en las plazas, en el futuro se pondr¨¢n las banderillas con velcro, luego se dejar¨¢n de matar los toros y, por ¨²ltimo, lo que no han conseguido los ecologistas, lo lograr¨¢ la enfermedad: abolir la fiesta de los toros'.
Miedo, pues. Pero no s¨®lo miedo, sobre el p¨¢nico, confusi¨®n. El mismo d¨ªa que el Defensor del Pueblo se entreten¨ªa en recordar el buen hacer de Paco Ojeda, su torero favorito, daba comienzo la feria de Ajalvir (Madrid) que termina hoy domingo. Su empresario, Jos¨¦ F¨¦lix Gonz¨¢lez, llevar¨¢ los 18 astados que durante tres d¨ªas han estado saliendo por chiqueros al horno crematorio. Sin an¨¢lisis de ning¨²n tipo, del tercio de muerte al horno. Con esta medida, no s¨®lo dejar¨¢ de ingresar el dinero por la venta de la carne, sino que adem¨¢s tendr¨¢ que poner de su bolsillo 'un total de 40.000 pesetas por d¨ªa en concepto de transporte y 180.000 por la incineraci¨®n'. 'Eso s¨ª', puntualiza, 'lo hago por que la Comunidad de Madrid me ha obligado y porque conf¨ªo en que luego lo recuperar¨¦'.
?Ha obrado correctamente este empesario? ?Le obliga la ley a hacer lo que ha hecho? Sobre la primera pregunta, a fecha de hoy, se admiten las opiniones que aparecen m¨¢s abajo. Sobre la segunda, la respuesta es no. Empezando por lo m¨¢s alto, la Uni¨®n Europea, la cuesti¨®n est¨¢ como sigue. La decisi¨®n de destruir los toros de lidia en vez de aprovecharlos, como antes, para consumo humano no obedece a ninguna norma comunitaria. Europa decidi¨® en diciembre pasado prohibir que la carne procedente del bovino mayor de 30 meses que no haya superado la prueba de las vacas locas (test pri¨®nico) llegue a la cadena alimentaria. Esto quiere decir que la carne de toro se podr¨ªa seguir consumiendo siempre y cuando hubiera sido sometida al examen.
En lo que va de a?o, las plazas de toros han visto de todo. Exceptuado, claro est¨¢, a Curro Romero y a Paco Ojeda. En M¨¢laga, hubo corrida el mismo 1 de enero. Se hizo la prueba, dio negativo y... a la cazuela. En la localidad sevillana de Puebla del R¨ªo fue el s¨¢bado 20 de este mes cuando se hizo el paseillo y... al horno. Dos d¨ªas despu¨¦s fue en el toledano paraje de Belv¨ªs de la Jara donde se decidi¨® dejar a los lugare?os sin estofado de rabo de toro. M¨¢s cremaci¨®n.
Valdemorillo, que empieza el pr¨®ximo 4 de febrero, ya ha anunciado que 'habr¨¢ test' y, poco despu¨¦s, el que quiera comer caliente con carne de bravo en el plato que se acerque a la feria. 'Tengo todo lo necesario. Camiones frigor¨ªficos, veterinarios a punto y ni un solo papel de la Administraci¨®n en el que diga que me abstenga de vender la carne', dice retador Maximino P¨¦rez.
Si se tiene en cuenta la propuesta que el ocho de enero los taurinos elevaron a quien tuviera o¨ªdos y disposici¨®n de escucha (todos los ministerios y administraciones con competencias en la materia), Maximino P¨¦rez juega a la contra. El pasado viernes, el mismo d¨ªa de la conferencia en Las Ventas, una comisi¨®n donde se vieron representados los ganaderos, empresarios, matadores, veterinarios e, incluso, un sector de los aficionados, formularon ante el gabinete de crisis encabezado por el vicepresidente del Gobierno Marianno Rajoy una petici¨®n. A saber: que se incinere todo sin examen de por medio; que la Administraci¨®n pague 60.000 pesetas por canal (toro o novillo); que la misma instancia corra con los gastos de la gran quema, y que el coste del tansporte hasta el horno se divida entre tres: Ministerio de Agricultura, las autonom¨ªas y el empresario .
Eduardo Mart¨ªn Pe?ato, representante de la Asociaci¨®n de Gander¨ªas de Lidia y uno de los mayores convencidos de esta propuesta, razona de seguido: 'En Espa?a se celebran cerca de 17.000 festejos (sean toros, novillos, bous al carrer...). No hay posibilidad de hacer pruebas a tantos toros. ?Qu¨¦ veterinarios ir¨ªan plaza por plaza, pueblo por pueblo...? Imposible. S¨®lo el 15 de agosto se llevan a cabo 2.000. ?Hay tantos facultativos en Espa?a para tanta prueba? Por no haber, no hay ni c¨¢maras frigor¨ªficas para mantener tanta carne hasta que se d¨¦ con el resultado de la prueba'. Concluye, toma aire y lanza su ¨²ltimo ¨®rdago: 'Por otro lado, la soluci¨®n ha de ser global. Para evitar agravios comparativos no se puede hacer en unos sitios la prueba y en otros, la cremaci¨®n'.
A la tajante soluci¨®n final, no tardan en colocarse en pie de guerra los disconformes. A un lado el hecho de que a partir del pr¨®ximo 1 de julio, cuando Espa?a hierve en fiestas, la UE ya no tiene previsto subvencionar al ganadero por la destrucci¨®n de la res, el empresario de Valdemorillo -calendario taurino obliga- se coloca el primero. A muy corta distancia, el ganadero Victorino Mart¨ªn: 'No tiene sentido. Todos son p¨¦rdidas'. Su hijo acude en su ayuda con las cifras en la mano: 'Un test puede costar 5.000 pesetas y una canal hasta 100.000. Si somos precisos, una corrida entera puede llegar a suponer un mill¨®n de pesetas. ?Qu¨¦ sentido tiene quemar tanto dinero?'.
Victorino, el padre, es de los que acumula la sabiduria en cada arruga. Es, en definitiva, heredero directo de esos sabios iletrados que por medio de una cuidada selecci¨®n y con el sentido com¨²n como ¨²nica herramienta, dieron en crear siglos atr¨¢s esa especia ¨²nica que es el toro de lidia. Pues bien, desde tanto epiteto, Victorino sentencia: 'Aqu¨ª hay tomate. Todo esto tiene que responder a motivaciones pol¨ªticas que se me escapan. De lo contrario, no lo entiendo'. Otra vez: 'Hay tomate'. Tomate y 'mucho miedo', insiste el hijo. No hay que perder de vista que, pese a que la UE no obliga a ello, como medida profil¨¢ctica hasta la fecha, cuando se detecta un caso de vaca infectada, se sacrifica toda la explotaci¨®n
Vuelta al principio, pero ?qu¨¦ tipo de tomate? Federico Moreno, veterinario de Las Ventas, ofrece una primera pista. Incinerar a tanto bravo supondr¨ªa una carta en blanco a todo tipo de fraude: 'Se acab¨® la posibiliad de realizar an¨¢lisis en caso de que haya sospecha de afeitado. En tal caso se tendr¨ªa que abrir la cavidad craneal y el cerebro es material espec¨ªfico de riesgo. Si se considera a todo el toro MER no habr¨ªa posibilidad de ning¨²n an¨¢lisis: ni de astas ni de v¨ªsceras ni de sangre ni de orina'.
Mart¨ªn Pe?ato, el portavoz de los ganaderos, reprende al veterinario: 'Eso es mala fe. ?Cu¨¢ntos expedientes sancionadores se han llevado a cabo este a?o sin que medie la enfermedad? Se pueden contar con los dedos de la mano'.
La comunidad cient¨ªfica se muestra de acuerdo en que con la sangre no hay problema. La tauromaquia es un espect¨¢culo cruento y podr¨¢ seguir si¨¦ndolo. Pero en llegando al cerebro, la cosa cambia. Lucas Dom¨ªnguez, jefe del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, analiza el caso: 'El descabello entra?a m¨¢s riesgo siempre que se produzca un contacto por v¨ªa parental, si alguien tiene una herida o un corte'. Andreu Palou, el vicepresidente segundo del Comit¨¦ Cient¨ªfico de Alimentaci¨®n Humana de la UE, quita un grado a la amenaza: 'El peligro es peque?o. A¨²n no se conoce la dosis infectiva capaz de transmitir la enfermedad, pero se supone que es alta porque debe saltar la barrera de la especie y, para que el contagio sea de animal a humano, esa dosis tendr¨ªa que ser mil veces superior o m¨¢s'.
Sea como fuere, y admitido con cierta reserva que por las orejas o el contacto con la sangre el riesgo es peque?o, el asunto de la puntilla queda en el aire. El a?o pasado en la feria de Zaragoza se lidiaron toros portugueses. La vuelta al ruedo se complet¨® con las orejas congeladas de una res espa?ola. Si se incinera todo, ?deber¨ªan ser las orejas de pl¨¢stico? ?tendr¨ªa que usar el puntillero guantes especiales? ?es el rabo material de riesgo? ?cambiar¨¢ la secular liturgia de la fiesta?
Todos los miedos e incertidumbres en el mundo del toro, en cualquier caso, quedar¨ªan despejados en buena parte el d¨ªa, cualquier d¨ªa, que la comunidad cient¨ªfica asegure la detecci¨®n del mal de las vacas locas en los animales vivos. Algo que los expertos pronostican que podr¨ªa ocurrir en el plazo de un a?o. Esa prueba supondr¨ªa la amnist¨ªa para cientos, millones de vacas, que hoy est¨¢n condenadas al crematorio si tienen la mala suerte de convivir con una enferma. Y los miedos, el p¨¢nico y las actuales inc¨®gnitas sobre la suerte de los toros de lidia se moderar¨ªan tambi¨¦n. El eventual y temido holocausto del toro bravo desaperecer¨ªa, aunque siguiera sometido a unos controles veterianarios en las plazas hasta ahora inexistentes.
Llueve en Madrid. Los aficionados escuchan en Las Ventas un paneg¨ªrico sobre la fiesta. 'Un arte en s¨ª misma', dice M¨²gica. Los mismos que escuchan atentos cambian el semblante y se preguntan '?Qu¨¦ ser¨¢ de la fie?sta con esto de los toros locos?' Pep¨ªn Jim¨¦nez, torero querido en Madrid con 20 a?os de alternativa a la espalda, se muestra resignado: 'La salud es lo primero'. Arrecia sobre la arena de Las Ventas. La tormenta no ha hecho m¨¢s que empezar.
.El sal¨®n de actos de la plaza de Las Ventas echa humo. Las calles de Madrid viven su ya cotidiana inundaci¨®n y el vapor de las gabardinas empapa el bullir de las conversaciones improvisadas. Son las siete de la tarde del viernes 26 de enero y el Defensor del Pueblo, Enrique M¨²gica, se dispone a dictar una conferencia que, bajo el t¨ªtulo Hablemos de toros, se entretendr¨¢ en recorrer siglos de vocablos, arcanos y tradiciones labradas en el silencio de la dehesa. Hablar¨¢ de tauromaquia. La charla es la segunda de un ciclo que ocupa a la afici¨®n madrile?a en tiempos del ramad¨¢n taurino. Pero hoy el ambiente es especial. En el aire condensado se respira una inquietud que nada tiene que ver con el natural relajo, impostada pompa y fanfarroner¨ªa de luces que de costumbre preside este tipo de reuniones para jubilados, estudiantes despistados y periodistas en periodo de meritaje. 'Esto de las vacas locas es un feo asunto', dice un espont¨¢neo. 'Peor que feo', responde otro. Las conversaciones taurinas suelen ser as¨ª, catedralicias (sientan c¨¢tedra y, bien mirado, algo g¨®ticas s¨ª que son).
'Miedo. Todo lo que se est¨¢ haciendo, de forma tan confusa, responde a una sensaci¨®n de p¨¢nico que recorre la fiesta', dice Victorino Mart¨ªn hijo. El ganadero due?o de uno de los hierros m¨¢s emblem¨¢ticos del campo bravo intenta dar con la acertada definici¨®n de un sentir que a fecha de hoy recorre, en grados diversos, cada uno de los estamentos de la fiesta llamada nacional. En el fondo de todo est¨¢n unas siglas extra?as que anuncian, por qu¨¦ no llamarlo as¨ª, el apocalipsis taurino: EEB o Encefalopat¨ªa Espongiforme Bovina. 'El asunto es mucho m¨¢s grave de lo que parece a simple vista', toma el testigo el gerente de la plaza de Valdemorillo; el coso que alberga a la que pasa por ser la primera feria importante del a?o. Para Maximino P¨¦rez, as¨ª se llama este joven empresario, el problema de las vacas locas afecta al nudo de la fiesta de los toros: 'Si las vacas mansas est¨¢n enfermas se toman las medidas que haga falta. Cuando est¨¦ erradicada la enfermedad, la gente volver¨¢ a consumir carne. El problema con los toros es otro. Si ma?ana, debido a las normas de la UE, no se pueden exhibir las orejas en las plazas, en el futuro se pondr¨¢n las banderillas con velcro, luego se dejar¨¢n de matar los toros y, por ¨²ltimo, lo que no han conseguido los ecologistas, lo lograr¨¢ la enfermedad: abolir la fiesta de los toros'.
Miedo, pues. Pero no s¨®lo miedo, sobre el p¨¢nico, confusi¨®n. El mismo d¨ªa que el Defensor del Pueblo se entreten¨ªa en recordar el buen hacer de Paco Ojeda, su torero favorito, daba comienzo la feria de Ajalvir (Madrid) que termina hoy domingo. Su empresario, Jos¨¦ F¨¦lix Gonz¨¢lez, llevar¨¢ los 18 astados que durante tres d¨ªas han estado saliendo por chiqueros al horno crematorio. Sin an¨¢lisis de ning¨²n tipo, del tercio de muerte al horno. Con esta medida, no s¨®lo dejar¨¢ de ingresar el dinero por la venta de la carne, sino que adem¨¢s tendr¨¢ que poner de su bolsillo 'un total de 40.000 pesetas por d¨ªa en concepto de transporte y 180.000 por la incineraci¨®n'. 'Eso s¨ª', puntualiza, 'lo hago por que la Comunidad de Madrid me ha obligado y porque conf¨ªo en que luego lo recuperar¨¦'.
?Ha obrado correctamente este empesario? ?Le obliga la ley a hacer lo que ha hecho? Sobre la primera pregunta, a fecha de hoy, se admiten las opiniones que aparecen m¨¢s abajo. Sobre la segunda, la respuesta es no. Empezando por lo m¨¢s alto, la Uni¨®n Europea, la cuesti¨®n est¨¢ como sigue. La decisi¨®n de destruir los toros de lidia en vez de aprovecharlos, como antes, para consumo humano no obedece a ninguna norma comunitaria. Europa decidi¨® en diciembre pasado prohibir que la carne procedente del bovino mayor de 30 meses que no haya superado la prueba de las vacas locas (test pri¨®nico) llegue a la cadena alimentaria. Esto quiere decir que la carne de toro se podr¨ªa seguir consumiendo siempre y cuando hubiera sido sometida al examen.
En lo que va de a?o, las plazas de toros han visto de todo. Exceptuado, claro est¨¢, a Curro Romero y a Paco Ojeda. En M¨¢laga, hubo corrida el mismo 1 de enero. Se hizo la prueba, dio negativo y... a la cazuela. En la localidad sevillana de Puebla del R¨ªo fue el s¨¢bado 20 de este mes cuando se hizo el paseillo y... al horno. Dos d¨ªas despu¨¦s fue en el toledano paraje de Belv¨ªs de la Jara donde se decidi¨® dejar a los lugare?os sin estofado de rabo de toro. M¨¢s cremaci¨®n.
Valdemorillo, que empieza el pr¨®ximo 4 de febrero, ya ha anunciado que 'habr¨¢ test' y, poco despu¨¦s, el que quiera comer caliente con carne de bravo en el plato que se acerque a la feria. 'Tengo todo lo necesario. Camiones frigor¨ªficos, veterinarios a punto y ni un solo papel de la Administraci¨®n en el que diga que me abstenga de vender la carne', dice retador Maximino P¨¦rez.
Si se tiene en cuenta la propuesta que el ocho de enero los taurinos elevaron a quien tuviera o¨ªdos y disposici¨®n de escucha (todos los ministerios y administraciones con competencias en la materia), Maximino P¨¦rez juega a la contra. El pasado viernes, el mismo d¨ªa de la conferencia en Las Ventas, una comisi¨®n donde se vieron representados los ganaderos, empresarios, matadores, veterinarios e, incluso, un sector de los aficionados, formularon ante el gabinete de crisis encabezado por el vicepresidente del Gobierno Marianno Rajoy una petici¨®n. A saber: que se incinere todo sin examen de por medio; que la Administraci¨®n pague 60.000 pesetas por canal (toro o novillo); que la misma instancia corra con los gastos de la gran quema, y que el coste del tansporte hasta el horno se divida entre tres: Ministerio de Agricultura, las autonom¨ªas y el empresario .
Eduardo Mart¨ªn Pe?ato, representante de la Asociaci¨®n de Gander¨ªas de Lidia y uno de los mayores convencidos de esta propuesta, razona de seguido: 'En Espa?a se celebran cerca de 17.000 festejos (sean toros, novillos, bous al carrer...). No hay posibilidad de hacer pruebas a tantos toros. ?Qu¨¦ veterinarios ir¨ªan plaza por plaza, pueblo por pueblo...? Imposible. S¨®lo el 15 de agosto se llevan a cabo 2.000. ?Hay tantos facultativos en Espa?a para tanta prueba? Por no haber, no hay ni c¨¢maras frigor¨ªficas para mantener tanta carne hasta que se d¨¦ con el resultado de la prueba'. Concluye, toma aire y lanza su ¨²ltimo ¨®rdago: 'Por otro lado, la soluci¨®n ha de ser global. Para evitar agravios comparativos no se puede hacer en unos sitios la prueba y en otros, la cremaci¨®n'.
A la tajante soluci¨®n final, no tardan en colocarse en pie de guerra los disconformes. A un lado el hecho de que a partir del pr¨®ximo 1 de julio, cuando Espa?a hierve en fiestas, la UE ya no tiene previsto subvencionar al ganadero por la destrucci¨®n de la res, el empresario de Valdemorillo -calendario taurino obliga- se coloca el primero. A muy corta distancia, el ganadero Victorino Mart¨ªn: 'No tiene sentido. Todos son p¨¦rdidas'. Su hijo acude en su ayuda con las cifras en la mano: 'Un test puede costar 5.000 pesetas y una canal hasta 100.000. Si somos precisos, una corrida entera puede llegar a suponer un mill¨®n de pesetas. ?Qu¨¦ sentido tiene quemar tanto dinero?'.
Victorino, el padre, es de los que acumula la sabiduria en cada arruga. Es, en definitiva, heredero directo de esos sabios iletrados que por medio de una cuidada selecci¨®n y con el sentido com¨²n como ¨²nica herramienta, dieron en crear siglos atr¨¢s esa especia ¨²nica que es el toro de lidia. Pues bien, desde tanto epiteto, Victorino sentencia: 'Aqu¨ª hay tomate. Todo esto tiene que responder a motivaciones pol¨ªticas que se me escapan. De lo contrario, no lo entiendo'. Otra vez: 'Hay tomate'. Tomate y 'mucho miedo', insiste el hijo. No hay que perder de vista que, pese a que la UE no obliga a ello, como medida profil¨¢ctica hasta la fecha, cuando se detecta un caso de vaca infectada, se sacrifica toda la explotaci¨®n
Vuelta al principio, pero ?qu¨¦ tipo de tomate? Federico Moreno, veterinario de Las Ventas, ofrece una primera pista. Incinerar a tanto bravo supondr¨ªa una carta en blanco a todo tipo de fraude: 'Se acab¨® la posibiliad de realizar an¨¢lisis en caso de que haya sospecha de afeitado. En tal caso se tendr¨ªa que abrir la cavidad craneal y el cerebro es material espec¨ªfico de riesgo. Si se considera a todo el toro MER no habr¨ªa posibilidad de ning¨²n an¨¢lisis: ni de astas ni de v¨ªsceras ni de sangre ni de orina'.
Mart¨ªn Pe?ato, el portavoz de los ganaderos, reprende al veterinario: 'Eso es mala fe. ?Cu¨¢ntos expedientes sancionadores se han llevado a cabo este a?o sin que medie la enfermedad? Se pueden contar con los dedos de la mano'.
La comunidad cient¨ªfica se muestra de acuerdo en que con la sangre no hay problema. La tauromaquia es un espect¨¢culo cruento y podr¨¢ seguir si¨¦ndolo. Pero en llegando al cerebro, la cosa cambia. Lucas Dom¨ªnguez, jefe del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, analiza el caso: 'El descabello entra?a m¨¢s riesgo siempre que se produzca un contacto por v¨ªa parental, si alguien tiene una herida o un corte'. Andreu Palou, el vicepresidente segundo del Comit¨¦ Cient¨ªfico de Alimentaci¨®n Humana de la UE, quita un grado a la amenaza: 'El peligro es peque?o. A¨²n no se conoce la dosis infectiva capaz de transmitir la enfermedad, pero se supone que es alta porque debe saltar la barrera de la especie y, para que el contagio sea de animal a humano, esa dosis tendr¨ªa que ser mil veces superior o m¨¢s'.
Sea como fuere, y admitido con cierta reserva que por las orejas o el contacto con la sangre el riesgo es peque?o, el asunto de la puntilla queda en el aire. El a?o pasado en la feria de Zaragoza se lidiaron toros portugueses. La vuelta al ruedo se complet¨® con las orejas congeladas de una res espa?ola. Si se incinera todo, ?deber¨ªan ser las orejas de pl¨¢stico? ?tendr¨ªa que usar el puntillero guantes especiales? ?es el rabo material de riesgo? ?cambiar¨¢ la secular liturgia de la fiesta?
Todos los miedos e incertidumbres en el mundo del toro, en cualquier caso, quedar¨ªan despejados en buena parte el d¨ªa, cualquier d¨ªa, que la comunidad cient¨ªfica asegure la detecci¨®n del mal de las vacas locas en los animales vivos. Algo que los expertos pronostican que podr¨ªa ocurrir en el plazo de un a?o. Esa prueba supondr¨ªa la amnist¨ªa para cientos, millones de vacas, que hoy est¨¢n condenadas al crematorio si tienen la mala suerte de convivir con una enferma. Y los miedos, el p¨¢nico y las actuales inc¨®gnitas sobre la suerte de los toros de lidia se moderar¨ªan tambi¨¦n. El eventual y temido holocausto del toro bravo desaperecer¨ªa, aunque siguiera sometido a unos controles veterianarios en las plazas hasta ahora inexistentes.
Llueve en Madrid. Los aficionados escuchan en Las Ventas un paneg¨ªrico sobre la fiesta. 'Un arte en s¨ª misma', dice M¨²gica. Los mismos que escuchan atentos cambian el semblante y se preguntan '?Qu¨¦ ser¨¢ de la fie?sta con esto de los toros locos?' Pep¨ªn Jim¨¦nez, torero querido en Madrid con 20 a?os de alternativa a la espalda, se muestra resignado: 'La salud es lo primero'. Arrecia sobre la arena de Las Ventas. La tormenta no ha hecho m¨¢s que empezar.
Con informaci¨®n de Gabriela Ca?as -Bruselas- y Carmen Mor¨¢nCon informaci¨®n de Gabriela Ca?as -Bruselas- y Carmen Mor¨¢n
Badiola: 'Lo importante es conservar la casta'
Inmerso en el problema de las vacas locas, a Juan Jos¨¦ Badiola -director del laboratorio nacional de referencia para las encefalopat¨ªas espongiformes bovinas, con sede en Zaragoza- le asalta una nueva preocupaci¨®n: la ganader¨ªa brava. 'Hay que estudiar de forma urgente otros planteamientos para conservar la fiesta, las castas. ?se es el problema m¨¢s grave de todo esto'. As¨ª se lo ha aconsejado a la Administraci¨®n: 'Hay que actuar cuanto antes, porque esto se nos echa encima y es un caso singular en el que pueden caber medidas singulares', declar¨® Badiola a EL PA?S. La feria de Valdemorillo (Madrid) comienza el d¨ªa 4 de febrero y el sector taurino no sabe qu¨¦ derrotero tomar: ?se incinera o no al animal? ?Qui¨¦n lo paga? ?Se cortan orejas? ?Hay contagio posible con la puntilla? ?Se podr¨¢ vender la carne? Para Badiola, ' lo verdaderamente importante es conservar la casta', tantos a?os mimada, de los toros bravos, que se perder¨ªa si se sacrifica toda la manada cuando se descubra un animal enfermo. Lo dem¨¢s, la venta de la carne, 'no supone gran cosa, el objetivo es la lidia, no la carne. Al final puede ser m¨¢s costoso el proceso que entra?a la anal¨ªtica que considerar todo el toro material espec¨ªfico de riesgo y destruirlo'. La nueva normativa, que entrar¨¢ en vigor el 1 de julio, obliga al an¨¢lisis de todos los animales, vayan o no destinados al consumo humano. 'Habr¨¢n de ser analizados porque los toros de lidia son mayores de dos a?os y medio. ?Tendr¨¢n todos los pueblos de Espa?a capacidad para hacerlo?'. S¨®lo el 15 de agosto se celebran cada a?o alrededor de doscientos festejos en toda Espa?a. 'Yo tengo la impresi¨®n de que, al final, el resultado va a ser eliminar a todos estos animales para evitar complicaciones', a?ade Badiola. Como los toros no han pasado el test cuando salen a la plaza se consideran material de riesgo por completo. Pero ?cu¨¢les son esos riesgos, concretamente, para el personal de lidia? 'Habr¨ªa posibilidad de infecci¨®n si hay heridas y se entra en contacto con la masa encef¨¢lica del animal, pero, verdaderamente, estar¨ªamos hablando de una fatalidad', dice Badiola. 'Podr¨ªan usarse guantes anticortes, porque no todos son de malla met¨¢lica. En el laboratorio usamos unos de un tejido especial, pero no s¨¦ si eso disminuir¨ªa la sensibilidad para el toreo', medita el cient¨ªfico. 'La oreja no es material de riesgo, ni la sangre, pero en el apuntillado, si se da al bulbo raqu¨ªdeo... Yo he presenciado algunos ejemplos muy desagradables. Ah¨ª s¨ª hay una posibilidad de contagio, aunque sea remota'. 'En teor¨ªa', prosigue Badiola, 'un animal que sale a la plaza ha debido pasar un examen en vivo y, si tiene s¨ªntomas neuronales, el presidente no debe permitirlo'. Pero a veces lo toros se caen. ?C¨®mo saber cu¨¢ndo es por una raz¨®n u otra? '?Por qu¨¦ se caen? ?Un problema de casta, de disminuci¨®n de bravura, de alimentaci¨®n, de ejercicio inadecuado? Se han planteado hip¨®tesis de problemas nutritivos, parasitarios, pero no hay una respuesta. No estar¨ªa de m¨¢s hacer un estudio sobre encefalopat¨ªas. Es una enfermedad bovina y convendr¨ªa estudiarla en el mundo taurino'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.