La nueva OCM del vino no levanta los precios

Los cambios introducidos en la Organizaci¨®n Com¨²n de Mercado (OCM) del vino, estrenada este a?o tras su aprobaci¨®n en 1998 junto a la reforma de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n, no han servido para levantar los precios en una campa?a excedentaria como la actual. El vino se mantiene por debajo de las 320 pesetas por hectogrado desde el oto?o.

Las nuevas medidas de regulaci¨®n no han conseguido ajustar la oferta a la demanda. La producci¨®n espa?ola de vino se estima por encima de los 41 millones de hectolitros en esta campa?a. M¨¢s de 23,7 millones de hectolitros, seg¨²n la asociaci¨®n agraria Asaja, corresponden al vino de mesa; otros 12,7 millones de hectolitros son vinos con denominaci¨®n de origen, un producto que, por lo general, no tiene problemas de excedentes.

Para la destilaci¨®n voluntaria, Bruselas autoriz¨® 12,5 millones de hectolitros, de los que 7,2 fueron asignados a Espa?a. Pero esa cantidad es claramente insuficiente, a juicio de los responsables de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Castilla-La Mancha. Lo demuestra, arguyen, que 1,6 millones de hectolitros de vino no han podido entregarse por esta v¨ªa, a 414 pesetas por hectogrado, y siguen pesando en el mercado.

Espa?a mantiene la esperanza de que, en las pr¨®ximas semanas, otros pa¨ªses comunitarios no hayan cubierto las entregas previstas para este tipo de destilaci¨®n y que esas cantidades se asignen a los espa?oles. Igualmente se alberga la esperanza de que haya sobrante de fondos en los planes de reordenaci¨®n y que se puedan asignar a la regulaci¨®n del mercado.

Junto a esa entrega voluntaria, la OCM contempla la posibilidad de una destilaci¨®n de crisis para las zonas donde los precios sigan hundidos. En otros pa¨ªses comunitarios, esta destilaci¨®n ha contado con una ayuda comunitaria de unas 300 pesetas por hectogrado, a la que se ha sumado una aportaci¨®n de cada Estado de otras 300 pesetas. En Espa?a, el sector reclama a la Administraci¨®n ayudas para pagar a los productores un precio superior a las 300 pesetas por ese vino excedentario.