El Plan Hidrol¨®gico Nacional convierte en ley las demandas de Castilla-La Mancha en el J¨²car

Castilla-La Mancha ha logrado que el PHN incorpore los contenidos del Plan de Cuenca del J¨²car, del Segura y del Tajo, lo que no entraba del todo en los c¨¢lculos del Gobierno central. Con esta cesi¨®n, el Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se garantiza el apoyo de uno de los hombres fuertes del socialismo, Jos¨¦ Bono, frente a la posici¨®n de su propio partido. Asimismo, estos logros del presidente castellano-manchego recuperan una antigua fricci¨®n con sus correligionarios valencianos, que en agosto de 1997, cuando la entonces ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, propici¨® el acuerdo del plan del J¨²car con el Gobierno y la Generalitat valenciana, ya se opusieron por entender que iba en contra de los intereses de la Comunidad Valenciana.

El plan se hab¨ªan atascado durante la etapa socialista a ra¨ªz del decreto del ministro Carlos Romero (1989), que declaraba de Inter¨¦s Nacional 60.000 nuevas hect¨¢reas de regad¨ªo en La Manchuela Centro, lo que provoc¨® no pocos desencuentros entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y la Generalitat de Joan Lerma. Isabel Tocino admitir¨ªa unos a?os despu¨¦s las demandas de los cultivos alimentados mediante pozos ilegales en el acu¨ªfero de La Mancha Oriental y consolidar¨ªa los regad¨ªos del Canal de Albacete y La Manchuela.

Con el plan del J¨²car, bendecido por Eduardo Zaplana, Bono se garantiz¨® la cuarta parte del agua de la cuenca para La Mancha: 743 hect¨®metros c¨²bicos de 3.053. De ellos, se destinaban 40 para los usos actuales en las cabeceras del J¨²car y del Cabriel; 320 para suplir las extracciones del acu¨ªfero de La Mancha Oriental; 155 para incrementar las dotaciones en superficie de esta zona; 31 para el abastecimiento de Albacete, 25 para regad¨ªos y abastecimientos en las cabeceras del J¨²car y el Cabriel en Cuenca y 120 para las 60.000 nuevas hect¨¢reas de La Manchuela. El entonces secretario general del PSPV-PSOE, Joan Romero, calific¨® el plan como contrario a los intereses valencianos, porque Castilla-La Mancha recibir¨ªa 'el doble de los recursos propuestos por [Jos¨¦] Borrell'.

Apenas dos meses despu¨¦s del acuerdo, los socialistas valencianos realizaron un an¨¢lisis sobre las posibilidades de aprovechamiento del r¨ªo J¨²car en el que se conclu¨ªa que el plan hab¨ªa repartido 'm¨¢s agua de la existente' por un error en la evaluaci¨®n del recurso total de 120 hect¨®metros anuales. Asimismo, denunciaban que el estudio hidrogeol¨®gico en el que se basaba el plan establec¨ªa que las extracciones mediante pozos ilegales era de 439 hect¨®metros, mientras que el plan asignaba s¨®lo 320 para legalizar esas extracciones.

El Gobierno de Castilla-La Mancha reconoci¨® ayer a este peri¨®dico que con los acuerdos logrados en el PHN, al margen de lo consolidado, se asegura 1 metro c¨²bico de agua del J¨²car para el abastecimiento de Albacete, 25 hect¨®metros anuales para abastecimientos y nuevos regad¨ªos en Cuenca y otros 265 para consolidar las 90.000 hect¨¢reas de regad¨ªo del acu¨ªfero de La Mancha Oriental y para poner en marcha los regad¨ªos de La Manchuela Centro y el canal de Albacete. Y sobre todo, 'la preferencia de estas demandas sobre las del Vinalop¨® o La Marina Baja, que se satisfar¨¢n parcialmente con nuevos recursos del Ebro'.

Respecto a la cuenca alta del Segura, tambi¨¦n se garantiza la transformaci¨®n de 'nuevos regad¨ªos de car¨¢cter social y que estaban contenidos en el Plan Hidrol¨®gico del Segura'. En la cuenca del Tajo, el acuerdo de Castilla-La Mancha con el Gobierno central descarta definitivamente la posibilidad de efectuar nuevos trasvases 'hacia el Levante', ni desde el Jarama, ni desde el Tajo medio ni desde el Ti¨¦tar, asegur¨¢ndose la reserva estrat¨¦gica de 240 hect¨®metros en Entrepe?as y Buend¨ªa.El modelo utilizado por el Plan Hidrol¨®gico Nacional para evaluar los recursos de agua del J¨²car no ha tenido en cuenta los usos subterr¨¢neros, por lo que el c¨¢lculo de los d¨¦ficits no responde a la realidad. Si se hubieran computado, el trasvase del Ebro ser¨ªa innecesario, seg¨²n Andr¨¦s Sahuquillo, catedr¨¢tico de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia y vocal del Consejo Nacional del Agua, informa Inmaculada G. Mardones.

El profesor, junto a otros tres colegas que representan en el Consejo a la comunidad universitaria, vot¨® contra el plan. Con anterioridad, hab¨ªa remitido al Ministerio de Medio Ambiente un informe donde fundamenta su rechazo al trasvase del Ebro.

Critica el an¨¢lisis de los recursos del J¨²car basado en el modelo OPYIGES desarrollado por su propia universidad, ya que s¨®lo tiene en cuenta las aguas superficiales. 'Las demandas atendidas con aguas subterr¨¢neas no se consideran o s¨®lo se hace en parte', dice el profesor. No le extra?a que se computen las aguas superficiales como deficitarias. Otra de las consecuencias de no incluir los acu¨ªferos es que no se computan adecuadamente sus drenajes a los r¨ªos en muchos tramos, ni los retornos de los riegos o abastecimientos.

Falsas conclusiones

'Con los resultados de la simulaci¨®n no es posible concretar la localizaci¨®n y caracter¨ªsticas de los d¨¦ficits ni su variaci¨®n a lo largo del periodo simulado. No permiten sacar conclusiones definitivas ni sugerir alternativas distintas a las adoptadas. Resulta insuficiente hacerse idea de la respuesta y funcionamiento real de un sistema tan complejo e importante como el de la cuenca del J¨²car', a?ade.

El an¨¢lisis del profesor sobre la asignaci¨®n del agua a trasvasar para cada zona tambi¨¦n es contundente. Los 20 hect¨®metros c¨²bicos destinados a Castell¨®n-Norte responden a una decisi¨®n previa, dice Sahuquillo. La demanda agr¨ªcola est¨¢ muy sobreestimada. El comportamiento de los acu¨ªferos de los Llanos de Vinar¨°s y Oropesa-Torreblanca no ha cambiado en los ¨²ltimos 10 o 15 a?os. Sus problemas de salinidad no se derivan de una sobreexplotaci¨®n. El espesor de la capa de agua dulce es peque?o pero al ser los pozos excesivamente profundos toman agua salina de las calizas infrayacentes del acu¨ªfero.

En cuanto a los 40 hect¨®metros atribuidos a La Vall d'Uix¨®-Moncofa, Sahuquillo reitera su diagn¨®stico de que no se tiene en cuenta el uso actual de las aguas subterr¨¢neas; a las superficiales se les asigna una demanda de 180 hect¨®metros c¨²bicos que no pueden satisfacer. Cree que con el aprovechamiento de los acu¨ªferos y mejorando la eficiencia de los riegos, como ya se est¨¢ haciendo, 'el d¨¦ficit podr¨ªa anularse o quedar muy reducido'. Lo mismo puede decirse de los 220 hect¨®metros c¨²bicos restantes para Albacete y Alicante.

Las cuentas tampoco le salen al profesor. Tras desmenuzar el coste final del agua trasvasada, concluye que el precio del metro c¨²bico oscilar¨¢ entre las 84 y las 209 pesetas, una cantidad que no resiste la competencia del agua desalada.