El encargo
Que el secretario general del PP, Javier Arenas, pasee por Andaluc¨ªa y exija a los miembros de su partido que defiendan la pol¨ªtica de su Gobierno es algo normal. Lo que ya no es tan normal es que tengan que realizar la defensa sin complejos.
El s¨ªndrome de los Balcanes, el mal de las vacas locas, el submarino, la inmigraci¨®n, la injusticia, la congelaci¨®n salarial o la concesi¨®n de una medalla a un tal Melit¨®n Manzanas hacen dif¨ªcil que se pueda cumplir el encargo. Menos a¨²n cuando se pretende que la sociedad no sea consciente de la gravedad de temas que afectan sustancialmente a la econom¨ªa, a la salud y al Derecho.
Es lo que pretende Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar con sus gracias. Sin embargo, ni el color amarillo hace desaparecer el peligro nuclear del submarino, ni sus tres cositas son las Tres gracias de Rubens. Es dif¨ªcil, con esta forma de abordar los problemas, que Te¨®fila Mart¨ªnez pueda cumplir el encargo y que lo haga sin complejos. Adem¨¢s, Te¨®fila Mart¨ªnez no es presidente de Gobierno y no tiene las mismas gracias.
No obstante, tal vez s¨ª pueda cumplir el encargo. Puede que lo consiga a trav¨¦s de la sinceridad y de la rectificaci¨®n. Nada de oscurecer ante los ciudadanos la gravedad de estos problemas. Es necesario buscar su complicidad, y su confianza, para que las soluciones sean eficaces. No basta con legislar.
El cumplimiento de las leyes depende del grado de aceptaci¨®n por parte de los ciudadanos. No cabe un d¨ªa decir s¨ª al chulet¨®n y al siguiente no. No cabe decir un d¨ªa que los jueces hacen justicia (caso GAL) y al siguiente que los jueces son eso (caso Lia?o y subida de sueldos de los funcionarios).
Rectificaci¨®n y sinceridad con los ciudadanos. Una rectificaci¨®n que pasa por dejar las gracias a un lado. Hay que aceptar la gravedad de la situaci¨®n y la imposibilidad de que el Gobierno pueda dar soluciones sin contar con el apoyo de todas las comunidades y sin la confianza de los ciudadanos. Intentar seguir gobernando al gusto, seg¨²n convenga a los intereses propios de cada d¨ªa, hacen que el encargo, aunque se cumpla, sea escasamente cre¨ªble.
EUGENIO SU?REZ PALOMARES
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