Espa?oles por v¨ªa de urgencia
Algunos futbolistas han logrado nacionalizarse en un tiempo r¨¦cord apelando a 'motivos laborales'
En 1999 fueron 16.000 los extranjeros que solicitaron la nacionalidad espa?ola; en 2000, m¨¢s de 18.000. Y la cifra va en aumento, seg¨²n fuentes del Ministerio de Justicia, provocando un atasco en el registro. Una norma interna de la Direcci¨®n General de Registros y Notar¨ªas para aligerar esa cola y que permite acelerar los tr¨¢mites siempre que el solicitante cumpla los requisitos y concurra una necesidad perentoria est¨¢ siendo aprovechada de manera intensiva por los clubes de f¨²tbol, que logran nacionalizar a sus jugadores en plazos que oscilan entre los dos y los ocho meses cuando para un ciudadano an¨®nimo duran, de media, entre un a?o y a?o y medio. En tiempos de la dictadura franquista, Kubala, Di St¨¦fano, Brabender o Luyk se hicieron espa?oles por una decisi¨®n gubernamental. Ahora lo lograr¨ªan a toda velocidad por la influencia de sus clubes.
As¨ª, Iv¨¢n Zamorano, el chileno que jug¨® y marc¨® goles para el Sevilla y el Madrid durante varios a?os como extranjero, apel¨® a 'necesidades laborales', como un trabajador m¨¢s, para que los tr¨¢mites de su nacionalizaci¨®n se redujeran a siete meses, del 1 de marzo al 30 de septiembre de 1996. La espa?olidad era fundamental para ¨¦l, que hab¨ªa fichado por el Inter, donde le esperaban 1.000 millones de pesetas en cuatro a?os siempre que fuera comunitario, es decir sin ocupar plaza de extranjero.
La revalorizaci¨®n econ¨®mica
'Un futbolista, en t¨¦rminos brutos, duplica su valor de un d¨ªa para otro s¨®lo por conseguir una nacionalidad que le permita jugar como comunitario', explica un conocido agente. Esta revalorizaci¨®n econ¨®mica, que beneficia al club poseedor de sus derechos, al futbolista y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, al propio agente, est¨¢ en la base de las decenas de casos de pasaportes falsos que se est¨¢n descubriendo en Italia, Francia o el Reino Unido.
En Espa?a se prefiere mover las influencias. Fernando Redondo, jugador del Madrid desde 1994, tambi¨¦n consigui¨® la nacionalidad espa?ola, como Zamorano, el 30 de noviembre de 1996, tras s¨®lo cuatro meses de tr¨¢mite. En su expediente en el Registro figura una resoluci¨®n motivada que apela al inter¨¦s laboral de una nacionalizaci¨®n r¨¢pida. Redondo era, por entonces, figura destacada en el Madrid y no ve¨ªa peligrar su puesto de trabajo por ocupar una plaza de extranjero. El gran beneficiado fue su club, el Madrid, que pudo liberar una de ellas. Posteriormente, Redondo se benefici¨® de su condici¨®n de ciudadano comunitario para en 2000 firmar un buen contrato por el Milan.
En el mundo del f¨²tbol pocos se escandalizan de una situaci¨®n que hace del futbolista, un trabajador privilegiado ya por su nivel de ingresos, un ciudadano privilegiado a la hora de solicitar ciertos derechos. Mientras cualquier trabajador extranjero an¨®nimo debe pasar por diferentes filtros, aparte de cumplir todos los requisitos de residencia y dem¨¢s, incluido uno del Ministerio del Interior, que debe determinar la buena integraci¨®n social del solicitante, al futbolista todo se le da por supuesto.
'Eso no es extra?o', explica un directivo de un equipo de Primera Divisi¨®n conocedor de los h¨¢bitos de los clubes. 'No hay presidente que no se lleve bien con el alcalde de su ciudad, con un diputado, con un delegado del Gobierno o incluso con un ministro. Y, una vez hecha la petici¨®n, funciona el miedo esc¨¦nico: si no se mueve bien, el presidente echa a la afici¨®n y a la prensa contra el alcalde correspondiente. Y al final siempre alude al agravio comparativo con otros clubes. Por ejemplo, desde M¨¢laga llegaron cientos de demandas y presiones porque los papeles de Cata-nha se eternizaban. Al final, el brasile?o tard¨® once meses en que se resolviera su caso'.
Para poder solicitar la nacionalidad espa?ola por la v¨ªa de la residencia un ciudadano extranjero tiene que acreditar diez a?os con permiso de residencia en Espa?a -para lo que es necesario contar con un permiso de trabajo-, salvo si es un asilado pol¨ªtico (cinco a?os); si es natural de pa¨ªses iberoamericanos, sefard¨ªes, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal (dos a?os); si es nacido en territorio espa?ol, o si est¨¢ casado con un nacional (un a?o de residencia certificada). ?stos son los casos m¨¢s usuales.
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