Serbia prepara el juicio a Milosevic acosado por la necesidad de ayuda
La situaci¨®n econ¨®mica de Serbia tras la ca¨ªda del r¨¦gimen de Milosevic es desesperada. El pa¨ªs necesita con urgencia la ayuda econ¨®mica internacional. Occidente condiciona esa ayuda a la colaboraci¨®n de Belgrado con el TPI de La Haya. Esa colaboraci¨®n tiene una forma palpable: la entrega de Milosevic. Los 100 millones de d¨®lares (casi 18.000 millones de pesetas) de primera ayuda de Washington a Yugoslavia dependen, seg¨²n los senadores de visita en Belgrado, de la entrega de Milosevic y otros presuntos criminales de guerra.
Las objeciones legales y pol¨ªticas de Belgrado a entregar a Milosevic no parecen impresionar a los representantes de la comunidad internacional. Por ese motivo, Belgrado parece interesado en impulsar una especie de soluci¨®n pinochetista: juzgar a Milosevic en Serbia por los delitos cometidos en su pa¨ªs.
A Milosevic se le imputan toda una serie de delitos de corrupci¨®n y fraude electoral. Las nuevas autoridades serbias y yugoslavas consideran que juzgar y encarcelar a Milosevic por ladr¨®n resulta m¨¢s rentable y popular ante la propia opini¨®n p¨²blica que entregarlo a La Haya por cr¨ªmenes de guerra.
No hace muchos d¨ªas, Djindjic declaraba que las pruebas del TPI contra Milosevic eran poco m¨¢s que un mont¨®n de recortes de prensa. Dirigentes pol¨ªticos comentaron a este peri¨®dico en Belgrado que resulta m¨¢s f¨¢cil demostrar que Milosevic rob¨® y meterlo en la c¨¢rcel en Serbia que probar sus cr¨ªmenes de guerra y de paso convertirlo en un m¨¢rtir en su pa¨ªs.
Hasta ahora no parece que la estrategia de Belgrado, juzgarlo en Serbia, vaya a convencer a los representantes de la comunidad internacional, empe?ados en llevar a Milosevic ante el TPI en La Haya. El corresponsal de Efe en Belgrado informa de que el frente de los seguidores de Milosevic comienza a agrietarse: 'Varios ex altos cargos de la ¨¦poca de Milosevic consideran en privado que el ex presidente tendr¨ªa que entregarse para que el pa¨ªs, de 10 millones de habitantes, consiga un respiro econ¨®mico sin pasar por la verg¨¹enza de tener que entregarlo por unas monedas'.
Al mismo tiempo, en las filas de las nuevas autoridades de la Oposici¨®n Democr¨¢tica Serbia (DOS) la cuesti¨®n de Milosevic podr¨ªa sembrar tambi¨¦n la semilla del cisma. El presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, se aferra a los argumentos legales para rechazar la entrega de Milosevic. El primer ministro de Serbia, Djindjic, que con frecuencia no se recata en dejar traslucir sus ambiciones y diferencias con Kostunica, tampoco se muestra partidario de entregar a Milosevic a La Haya. No obstante, Djindjic deja abierta una puerta cuando declara que no est¨¢ dispuesto a sacrificar por nada la integraci¨®n de Serbia en occidente. Otros dirigentes de la DOS ver¨ªan con buenos ojos quitarse de una vez el muerto de encima y pasar el fardo a La Haya.
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