Babilonia
No se aburr¨ªa la gente en el Madrid del siglo XVII. Se llam¨® la nueva Babilonia. Calder¨®n dec¨ªa que en ella estaba 'todo el mundo en breve mapa'. Medio siglo despu¨¦s de que Felipe II fijara aqu¨ª su capital segu¨ªa llegando gente de los inmensos territorios que eran dominio de la corona, 'seg¨²n testimonio del mismo Sol'.
Este Madrid en el que reinaron Felipe III, Felipe IV y Carlos II, en el que coincidieron Vel¨¢zquez, G¨®ngora, Calder¨®n, Lope, Moreto, V¨¦lez de Guevara o Quevedo es objeto de una interesante exposici¨®n en el Museo de San Isidro. Se ha construido una maqueta de madera del plano de Teixeira que, con la ayuda de planos parciales y ordenadores permite conocer la ciudad tal como era entonces.
Llama la atenci¨®n comprobar c¨®mo la reci¨¦n nacida capital, que como Villa era ya antigua, ten¨ªa algunas virtudes y no pocos defectos del Madrid actual. La gente se queja por el gran n¨²mero de coches que hay por las calles, causando atascos. Y no faltan vecinos que protesten contra los ruidos que provocan las continuas fiestas de toros, juegos de ca?as y saraos.
El estado de la ciudad no correspond¨ªa a la vastedad y riqueza del imperio que desde all¨ª se reg¨ªa. En invierno, las calles eran barrizales y en verano, se levantaba en ellas una polvareda insoportable. No hab¨ªa alcantarillado y las vecinas se asomaban a la calle y volcaban el cubo gritando '?Agua va!'. La ciudad no ten¨ªa m¨¢s que un 'aprendiz de r¨ªo', el Manzanares, del que un embajador dijo que ten¨ªa el m¨¦rito de ser 'navegable a caballo'.
En la exposici¨®n se reproducen escenas de los cortejos que se dirig¨ªan al Alc¨¢zar o al palacio del Buen Retiro, las recepciones de las visitas reales o las ceremonias religiosas. Hay tambi¨¦n muchos retratos de personajes de la ¨¦poca. Y una colecci¨®n de dibujos que permite conocer c¨®mo vest¨ªa la gente de la Villa y Corte, desde el valido del rey hasta las mujeres 'a las que llaman cantoneras, como si se dixera, putas de encrucijada'.
En el siglo XVII fue cuando naci¨® el Madrid capitalino que ha llegado hasta hoy. Y cuando empez¨® su fama de ciudad acogedora de la que pod¨ªa decir Calder¨®n: 'Es Madrid patria de todos, pues en su mundo peque?o, son hijos de igual cari?o espa?oles y extranjeros'.
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