De incendiario a apagafuegos
Perm¨ªtanme que hoy traspase nuestras fronteras para comentar la coyuntura de Estados Unidos. Despu¨¦s de todo, no se puede decir que lo que all¨ª pasa no nos importe a los espa?oles. Lo de incendiario y apagafuegos se refiere obviamente, con todos los respetos, al se?or Greenspan, presidente de la Reserva Federal. Veamos.
La econom¨ªa norteamericana registr¨® en la segunda mitad del pasado a?o una intensa desaceleraci¨®n de su ritmo de crecimiento, muy superior a la esperada hace tan s¨®lo unos meses, cuando se discut¨ªa si aterrizaje suave o duro. De un crecimiento anualizado del 5,6% en el segundo trimestre se pas¨® al 1,4% en el cuarto. Est¨¢ claro que el aterrizaje est¨¢ siendo duro y que no ha terminado a¨²n. Las causas del s¨²bito debilitamiento son la ca¨ªda del gasto de las familias en bienes duraderos y compra de viviendas y de la inversi¨®n de las empresas en equipos y software.
No cabe sorprenderse de lo ocurrido. Algunos lo ven¨ªamos anunciando, pero ¨¦ramos tachados de agoreros y, peor a¨²n, de no haber sido capaces de captar que los conocimientos e instrumentos del viejo an¨¢lisis macroecon¨®mico no serv¨ªan para explicar y predecir lo que ocurr¨ªa en la nueva econom¨ªa. Una mirada al gr¨¢fico adjunto arroja luz sobre una de las causas m¨¢s importantes de que la econom¨ªa americana no pudiera mantener su fuerte crecimiento indefinidamente. Desde 1993, el crecimiento del consumo de las familias ven¨ªa superando ampliamente al de su renta, con lo que la tasa de ahorro se desplom¨® desde el 8,7% de la renta disponible en 1992 a una cifra negativa de -0,8% en el cuarto trimestre del pasado a?o. Esto significa no ya que las familias ahorren poco, sino que consumen m¨¢s de lo que ahorran, teniendo que endeudarse o echar mano de su patrimonio para financiar este consumo. Las empresas, ante una demanda fuerte y facilidad para obtener financiaci¨®n, tambi¨¦n han aumentado sus inversiones endeud¨¢ndose hasta las cejas.
Todo esto estaba en gran parte asentado en la revalorizaci¨®n de los activos mobiliarios e inmobiliarios por encima de sus valores 'reales', es decir, sobre una burbuja especulativa. Pero -aqu¨ª viene lo de incendiario-, la responsabilidad del se?or Greenspan en ello es grande, pues con las bajadas de los tipos de inter¨¦s que llev¨® a cabo en el oto?o de 1998 impidi¨® la necesaria correcci¨®n de las bolsas y contribuy¨® a inflar peligrosamente la burbuja. Ahora que ¨¦sta se desinfla, tiene que venir de nuevo a salvar la situaci¨®n. Curiosa profesi¨®n la de banquero central, al menos tal como la ejerce el se?or Greenspan.
?Cu¨¢nto puede durar la fase recesiva de la econom¨ªa americana? Los que antes dec¨ªan que ya no hab¨ªa ciclos, ahora dicen que el ajuste va a tomar la forma de una V, es decir, que la recuperaci¨®n va a ser fulgurante e intensa. Es dif¨ªcil, desde luego, contestar a esta pregunta, pero a la vista del gr¨¢fico, yo me temo que hagan falta muchos m¨¢s de uno o dos trimestres con crecimiento bajo para recomponer las posiciones de equilibrio de familias y empresas. Mientras, la econom¨ªa europea puede pasar a ser la locomotora mundial, pero con el handicap de tener que arrastrar el vag¨®n m¨¢s grande y pesado del convoy frenado.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (FUNCAS).
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