Desaf¨ªo a la recesi¨®n
La dr¨¢stica revisi¨®n de expectativas en los negocios de la ueva econom¨ªa ha provocado que a diario conozcamos medidas de reestructuraci¨®n, reducciones de plantilla y, en el peor de los casos, el cierre de compa?¨ªas de Internet en todo el mundo. La ¨²ltima, la anunciada por Amazon, que, tras la presentaci¨®n de resultados del ¨²ltimo trimestre de 2000, ha decidido la reducci¨®n de un 15% de su plantilla, en torno a 1.300 empleados.
Resulta obligado profundizar las razones que logran explicar este fen¨®meno y enmarcarlas dentro de las leyes econ¨®micas y financieras que definen la llamada ueva econom¨ªa. Desde un punto de vista macroec¨®nomico, dos nuevas evidencias est¨¢n obligando a revisar los planteamientos cl¨¢sicos de la gesti¨®n y valoraci¨®n de las empresas. En primer lugar, los ciclos econ¨®micos largos producidos por el descubrimiento de nuevas tecnolog¨ªas, descritos en los a?os cuarenta por Schumpeter, se est¨¢n acortando. Y, por lo tanto, se reduce el ciclo de vida de las empresas y sus productos. Por otro lado, la longevidad media de las empresas (tomando como referencia el S&P 500) ha pasado de 30 a?os en la d¨¦cada de los cincuenta a no superar hoy los 15 a?os. Y lo que es m¨¢s relevante, dos tercios de los start ups desaparecen antes de los cinco primeros a?os de vida. Desde esta perspectiva, compa?¨ªas que est¨¢n financiando activos de una vida cada vez m¨¢s corta con deuda a largo plazo tienen muchas posibilidades de que los mercados de valores les pasen factura.
Por otro lado, resulta revelador analizar las causas concretas que est¨¢n determinando la crisis de algunas empresas de la nueva econom¨ªa, en especial las que desarrollan su modelo de negocio en Internet. Seg¨²n una encuesta de Cohn & Wolfe entre m¨¢s de 100 analistas financieros y gestores de fondos de inversi¨®n especializados en Internet, enumeran como factores determinantes del fracaso de dichas empresas, y por este orden, la falta de liquidez y financiaci¨®n, la mala gesti¨®n empresarial, falta de estrategia y planificaci¨®n y ausencia de ofertas atractivas.
Merece la pena profundizar en el primero de los elementos, las condiciones de acceso a la financiaci¨®n en los mercados de capitales. En los a?os ochenta, el r¨¢pido crecimiento de la emisi¨®n de bonos de alto rendimiento, que alcanz¨® su cota m¨¢xima en 1987, fue seguido por una etapa de impagos por parte de las empresas, que result¨® intensa en 1991, coincidiendo con el punto ¨¢lgido de la crisis econ¨®mica.
Durante estos ¨²ltimos a?os, las empresas de nueva creaci¨®n han buscado financiaci¨®n de forma intensa a trav¨¦s de bonos de alto rendimiento. Y si la historia en los mercados de capitales se repite, deber¨ªamos empezar a asistir a un incremento de los impagos de tales operaciones. Y as¨ª parece haber ocurrido durante el 2000. Seg¨²n Standard and Poor's, durante el pasado a?o, 117 empresas impagaron sus obligaciones, el peor registro de los ¨²ltimos 10 a?os. Lo que se ha traducido en un endurecimiento de las condiciones de financiaci¨®n de las mismas. ?Qu¨¦ perspectivas recogemos para el 2001? La econom¨ªa de EE UU presenta signos inequ¨ªvocos de ralentizaci¨®n. La clave se encuentra en si dicha desaceleraci¨®n se va a traducir en un aterrizaje suave o duro de su econom¨ªa. Los ¨²ltimos movimientos de la Reserva Federal se dirigen a facilitar el primer escenario. Pero parece dif¨ªcil que la tasa de impagos mejore lo ocurrido en 2000, al menos en EE UU, manteni¨¦ndose, por tanto, la dificultad a la hora de conseguir financiaci¨®n en los mercados. As¨ª que parece aconsejable que los nuevos proyectos que se acometan en Internet centren sus esfuerzos en no incurrir en los otros tres factores que han determinado los ¨²ltimos fracasos en la red.
Alberto Ruiz Rodr¨ªguez y David Cierco son, respectivamente, director general y consultor en e-Finance de AFInet Global, Grupo Analistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.