Medir el tiempo a la catalana

Muebles, l¨¢mparas, tapices, esculturas y pinturas forman parte de la variada oferta del 25? Sal¨®n de Anticuarios de Barcelona, abierto en el recinto ferial Montju?c 1 hasta el pr¨®ximo domingo. Una feria que este a?o tiene en su vertiente cultural una propuesta de dif¨ªcil repetici¨®n: la exposici¨®n El reloj dom¨¦stico catal¨¢n.

Junto a piezas tan dispares como una estatua ecuestre de Franco, esculpida por Josep Viladomat, que presenta la galer¨ªa Rodes-Roma?¨¤, y un t¨¤pies, expuesto en Ariana Mart¨ªn, y desde un buda oriental del siglo XVIII, en la holandesa Blue Elephant, hasta una talla policromada de san Pedro del mismo siglo en Edmond, la feria centra este a?o su atenci¨®n en la medici¨®n del tiempo. El presidente del sal¨®n, el anticuario Jaume Xarri¨¦, un apasionado de los antiguos mecanismos de medici¨®n, ha sido el comisario de una exhibici¨®n de naturaleza ef¨ªmera ya que su clausura coincidir¨¢ con la de la feria. 'El mundo de las antig¨¹edades tiene unas caracter¨ªsticas propias que comportan que determinadas exposiciones s¨®lo las pueda organizar un anticuario. Creo que ¨¦sta es una de ellas', dice.

Xarri¨¦ habla de singularidades en algunas piezas construidas en Catalu?a, como las armas, y tambi¨¦n los relojes, lo cual supone que sea muy f¨¢cil distinguirlas de mecanismos fabricados en otros lugares. Esta peculiaridad la ha encontrado Xarri¨¦ en los primeros relojes mec¨¢nicos que se montaron en Moi¨¤, Arenys de Munt, Gironella, Sant Joan de les Abadesses, Matar¨®, Olot, Manresa, Igualada, Terrassa, Barcelona, Centelles y Vic. 'Aunque en cada taller se fabricaban los relojes de manera distinta, el mecanismo de escape com¨²n a todos ellos es diferente al de otros pa¨ªses; por eso, en el ¨¢mbito del coleccionismo internacional, ¨¦ste recibe el nombre de escape catal¨¢n'. La mayor¨ªa de estas piezas fueron elaboradas en talleres artesanos en la segunda mitad del siglo XVIII. 'La derrota del 11 de septiembre de 1714 trajo unas consecuencias para Catalu?a que no favorecieron la creaci¨®n de grandes f¨¢bricas; por eso, los relojes fueron realizados en peque?os talleres que copiaban los mecanismos de los relojes de las iglesias. Este es el motivo por el que mec¨¢nicamente son piezas atrasadas a su ¨¦poca. Copiaban relojes construidos 50 a?os atr¨¢s', explica Xarri¨¦.

La exposici¨®n se abre con un pr¨®logo que muestra relojes de fuego, aceite, agua y arena. 'No podemos hablar de un inventor del reloj, porque fue una evoluci¨®n de hallazgos motivada sobre todo por la necesidad de dividir las horas del d¨ªa en los monasterios', cuenta Xarri¨¦. En este apartado se presenta una reproducci¨®n de una clepsidra (reloj de agua) del siglo XI que perteneci¨® al monasterio de Ripoll. La pieza est¨¢ considerada el primer mecanismo con despertador incorporado.

La exposici¨®n de los relojes dom¨¦sticos catalanes la forman piezas procedentes de diferentes museos y colecciones particulares, entre las que se encuentran seis relojes fabricados en Gironella, uno de ellos cedido por la abad¨ªa de Montserrat, y nueve relojes construidos por la familia Roca en Arenys de Munt, uno de ellos procedente del Museo Maricel de Sitges.