Triunfo agridulce de Espa?a

Lo que se vio ayer entre Rusia y Espa?a, dos selecciones que anunciaban aspiraciones, fue un vibrante partido de cansados luchando por el quinto puesto. Espa?a se impuso en la pr¨®rroga a un equipo de ensue?o, actual campe¨®n ol¨ªmpico, y dej¨® el agridulce sabor de un lugar honroso que no borra la decepci¨®n de la derrota en los cuartos de final contra Yugoslavia, que logr¨® el bronce al vencer ayer por 27-17 a Egipto, el verdugo de Rusia.

La falta de intensidad defensiva en ambos conjuntos propici¨® ataques vistosos y varios vuelcos del marcador. Los m¨¢s llamativos: Espa?a ganaba por 18-15 en el descanso y perd¨ªa por 21-24 diez minutos despu¨¦s. A once del final, hab¨ªa empatado (29-29).

Varios factores originaron una victoria al borde de la extenuaci¨®n: el cambio de un Barrufet desaparecido en combate (pero que, por sus muchos m¨¦ritos en ateriores partidos, fue designado mejor portero del Mundial)por Hombrados, quien par¨® balones importantes; el afianzamiento del joven Entrerr¨ªos como escolta del maestro Duisheb¨¢iev; la gran actuaci¨®n del polivalente Ortega, que brill¨® como extremo, lateral y jugador entre l¨ªneas; la verticalidad de Masip y Garralda, y la garra en el contraataque de Olalla, citado por el locutor del pabell¨®n deportivo con un acento, O-l¨¢-l¨¢, incitante a la exclamaci¨®n que merec¨ªan sus goles.

Si se elimina el fat¨ªdico choque con Yugoslavia, Espa?a ha brillado con creces. Pero fall¨® cuando los aspirantes al podio no pueden hacerlo.