A la espera de Cavallo

Todo comenz¨® a mediados de los noventa, cuando el juez Garz¨®n abri¨® diligencias contra la Junta argentina y su turba de asesinos y torturadores del tiempo de la dictadura militar. Su primer gran momento lleg¨® con la detenci¨®n de Pinochet en el Reino Unido en 1998, un cl¨ªmax extraordinario lo estamos viviendo ahora con el procesamiento del general chileno en su pa¨ªs y el ¨²ltimo ¨¦xito de esta saga de la justicia es la extradici¨®n a Espa?a de Ricardo Miguel Cavallo, ex capit¨¢n del Ej¨¦rcito argentino, acusado por Garz¨®n de genocidio, terrorismo y tortura.

Cavallo fue detenido el 24 de agosto pasado a petici¨®n del juez espa?ol en M¨¦xico, pa¨ªs en el que se encontraba tras haber ganado una contrata para la renovaci¨®n de la documentaci¨®n del parque nacional de veh¨ªculos. La decisi¨®n de la justicia y del Estado mexicanos de extraditarlo a Espa?a constituye un precedente formidable, cuyos ecos est¨¢n resonando ya en muchos cuarteles y casas de recreo adyacentes de toda Am¨¦rica Latina. Dif¨ªcilmente se podr¨¢ argumentar contra esta iniciativa en t¨¦rminos de choque entre el imperialismo espa?ol y la soberan¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanas. Un pa¨ªs de Am¨¦rica Latina tan representativo como M¨¦xico, bajo la presidencia democr¨¢tica de Vicente Fox y con un ministro de Exteriores como Jorge Casta?eda, cuyos sentimientos acerca de los dictadores militares no son dudosos, est¨¢ dispuesto a entregar a la justicia internacional a un ex militar argentino.

Y si en el caso de Pinochet al final es un juez chileno quien, probablemente, le va a juzgar, con Argentina no cabe decir lo mismo. La Ley de Punto Final y de Obediencia Debida, m¨¢s la amnist¨ªa decretada por el presidente Menem en 1990, abrigan a los criminales de la guerra sucia de cualquier aprensi¨®n judicial.

Es verdad que el caso apenas comienza ahora; los defensores de Cavallo llevar¨¢n, a no dudarlo, el asunto hasta el Supremo mexicano, y la pugna durar¨¢ meses. No importa. Que el procedimiento siga su curso. En Espa?a, la justicia le estar¨¢ esperando.