De vuelta en Gernika
Acaban de cumplirse 20 a?os de la visita del rey Juan Carlos a Gernika el 4 de febrero de 1981. Viv¨ªamos tiempos dif¨ªciles como aquellos que caracterizaba Luis Vives diciendo que era dif¨ªcil hablar y callar sin peligro. Algunos periodistas estaban all¨ª siguiendo el viaje de Su Majestad, que hab¨ªa empezado la v¨ªspera en el aeropuerto de Vitoria. La temperatura que registraba el observatorio meteorol¨®gico era la de congelaci¨®n del agua. La ambientaci¨®n p¨²blica era similar, recordaba la llegada de los Reyes a alg¨²n lejano pa¨ªs de esos en los que la exigua colonia espa?ola se compone de los diplom¨¢ticos acreditados y los t¨¦cnicos de empresas constructoras destacados para llevar a cabo alg¨²n proyecto. En el m¨¢stil ondeaba sola la bandera de todos. Marcelino Oreja ejerc¨ªa valeroso de delegado del Gobierno. El presidente del Gobierno y de la UCD, Adolfo Su¨¢rez, hab¨ªa presentado d¨ªas antes, el 29 de enero, su dimisi¨®n. Cuando don Juan Carlos llegaba al Pa¨ªs Vasco faltaban todav¨ªa dos fechas para el inicio del Congreso de Palma de Mallorca, donde se decidir¨ªa proponer la candidatura de Leopoldo Calvo Sotelo para su investidura en el Congreso de los Diputados como presidente del Gobierno, en tanto que Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n ser¨ªa elegido para la presidencia del partido centrista. Cund¨ªan los rumores a partir de la alocuci¨®n televisiva de Su¨¢rez en la que justificaba su retirada para evitar ser un obst¨¢culo a la consolidaci¨®n de la democracia.
Eran las doce del mediod¨ªa. El Rey ocupaba la tribuna de oradores y, apenas pronunciadas sus primeras palabras de salutaci¨®n, los energ¨²menos de HB le interrumpieron puestos en pie para entonar pu?o en alto el Eusko gudariak, hasta que el presidente Pujana, despu¨¦s de llamarles al orden, solicit¨® a la Ertzaintza que los desalojara de la Sala de Juntas. Fue entonces cuando todos los presentes abandonaron su frialdad y aplaudieron por primera vez a don Juan Carlos, que recuper¨® su discurso diciendo que 'frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresi¨®n, yo quiero proclamar, una vez m¨¢s, mi fe en la democracia y mi confianza en el pueblo vasco'. Desde la tribuna de prensa, situada por encima de los esca?os, pod¨ªamos ver el gesto sereno del Rey, que se sent¨ªa acompa?ado en las paredes por la galer¨ªa de retratos de sus antecesores que juraron, como se?ores de Vizcaya, los Fueros. Son unos retratos de cuerpo entero ejecutados por Sebasti¨¢n Galbarriartu y los hermanos Bustr¨ªn en el siglo XVII, es decir, que nada deben, ni en su inspiraci¨®n ni en el lugar que ocupan, a la Guardia Civil, para cuya fundaci¨®n por Gonz¨¢lez Bravo el 28 de marzo de 1844 faltaban todav¨ªa dos siglos. Tienen al pie las correspondientes inscripciones en castellano dando cuenta de la fecha de cada una de las juras, registradas tambi¨¦n en otras diez cartelas que ahora, adem¨¢s, se han escrito en vascuence.
He vuelto muchas veces a Gernika, la ¨²ltima, el pasado 1 de febrero, para conmemorar el 50? aniversario de la constituci¨®n del Consejo Vasco del Movimiento Europeo, integrado en el Consejo Federal Espa?ol. All¨ª habl¨® su presidente de honor, Fernando ?lvarez de Miranda. Lo hizo con la convicci¨®n de un combatiente. Record¨® la tarea orteguiana de europeizar Espa?a y los trabajos del europe¨ªsmo, siempre vinculados a la recuperaci¨®n de las libertades secuestradas por el franquismo. Volvi¨® sus ojos hacia el compromiso de M¨²nich de no recurrir a la violencia ni antes ni durante ni despu¨¦s de la transici¨®n. Repas¨® el consenso de los dem¨®cratas en el exilio y en el regreso constitucional. Luego se escuch¨® al presidente del Parlamento vasco, Juan Mar¨ªa Atutxa, cuya convocatoria desatendieron indebidamente hace d¨ªas los presidentes de casi todos los Parlamentos de las restantes comunidades aut¨®nomas.
Por ¨²ltimo, el lehendakari, Juan Jos¨¦ lbarretxe, se refiri¨® a la pluralidad del Consejo Vasco del Movimiento Europeo, del que forman parte todos los partidos pol¨ªticos a excepci¨®n, por propia decisi¨®n, de EH. Claro que, enseguida, se gir¨® hacia una cierta equidistancia al decir aquello de '?Qu¨¦ buen ejemplo!, no s¨®lo para esos b¨¢rbaros que dicen defender sus ideas pegando tiros, sino para todos los dem¨¢s que no ofrecemos soluciones ni un di¨¢logo suficiente para dar con ellas en un pa¨ªs donde el entendimiento es tan escaso como necesario'. Progresar en el entendimiento y desterrar la barbarie de la ignorancia que describe George Steiner. Hermoso designio pendiente para Gernika.
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