Hacia un 'museo permanente'
Fue al finales del curso 1992-1993 cuando se formul¨® la primera convocatoria de patrimonio art¨ªstico de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. La UPV proyectaba con esa iniciativa hacer visible el recuerdo permanente del paso de determinados alumnos por la Facultad de Bellas Artes. Desde entonces y hasta nuestros d¨ªas, y sin interrupci¨®n alguna, todos los a?os se han verificado las oportunas convocatorias.
En esas convocatorias se invitaba a participar a los alumnos de los ¨²ltimos cursos de la carrera de Bellas Artes. Acto seguido, un jurado, compuesto por profesores de la propia facultad, m¨¢s alg¨²n artista profesional, se encargaba de realizar una criba seleccionadora de cuanto se presentaba. Las obras elegidas se mostraban luego p¨²blicamente en lugares m¨¢s o menos institucionales. Al final de todo se otorgaban unos premios, que iban a formar parte de lo que ha dado en llamarse patrimonio de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
Adem¨¢s de la retribuci¨®n econ¨®mica que la Universidad del Pa¨ªs Vasco aporta a los premiados, al tiempo se ha querido llegar a crear un museo permanente a trav¨¦s de la actividad desarrollada por los alumnos. Ese proyectado museo permanente se torna visible a lo largo y ancho de oficinas y pasillos de la propia UPV.
A la vista de la iconograf¨ªa de los cat¨¢logos editados para cada una de las convocatorias, dos cursos parecen destacarse sobre los dem¨¢s: los de 1995-1996 y 1997-1998. La duda que se presenta es si esto obedece al haber coincidido unos cuantos alumnos de especial val¨ªa en un mismo curso, o si quienes ejercieron de jurado en esas dos ocasiones tuvieron la diligente perspicacia de elegir con buen tino a los seleccionados, primero, y a los premiados, despu¨¦s. Claro que bien pudieron darse ambas circunstancias a la vez.
Al contemplar el c¨²mulo de obras de ese museo permanente, resumen de las ocho convocatorias, cabe entender algunas de las claves o corrientes pl¨¢sticas que conformaron el mundo del arte en general en un determinado momento. A los alumnos de Bellas Artes les llega su formaci¨®n por varios conductos. A trav¨¦s de las ense?anzas de sus profesores, m¨¢s lo que les proporcionan las revistas especializadas e incluso lo que consiguen mediante visitas a museos y galer¨ªas de arte, dentro y fuera del territorio nacional, sin olvidar esos enriquecedores intercambios entre condisc¨ªpulos. Pese a todo, no har¨¢ falta recordar que por el hecho de estar rabiosamente al d¨ªa, es decir, en la cresta de la moda, eso no indica que en esas obras exista una garant¨ªa de absoluta perdurabilidad. Deber¨ªamos saber que en arte lo perdurable es imprevisible.
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