'Est¨¢ claro que hay ahora una enorme falta de liderazgo'
Jos¨¦ Mar¨ªa Vizca¨ªno (San Sebasti¨¢n, 1942) vuelve a la escena p¨²blica como nuevo presidente del C¨ªrculo de Empresarios Vascos, que agrupa, a t¨ªtulo personal, a los directivos de las m¨¢s importantes empresas vascas. Con su estilo directo, acu?ado durante los once a?os en que presidi¨® la patronal Confebask (de 1983 a 1994), Vizca¨ªno reconoce que la falta de liderazgo es el problema m¨¢s grave de la actual coyuntura vasca
Pregunta. Su predecesor, Alfonso Basagoiti, logr¨® hacerse o¨ªr entre las voces de la sociedad vasca. ?Cu¨¢l es su planteamiento al tomarle el relevo?
Respuesta. La opini¨®n que se presenta est¨¢ consensuada en el comit¨¦ ejecutivo o ante el conjunto de los miembros del C¨ªrculo, s¨®lo var¨ªa la personalidad de quien la expone. Y nuestro mensaje no pretende ser m¨¢s que el de un sector de la sociedad civil del Pa¨ªs Vasco que quiere ser tenido en cuenta a la hora de tomar decisiones de tipo econ¨®mico, social o pol¨ªtico. Queremos ejercer el derecho de opini¨®n, una opini¨®n que no tiene por qu¨¦ coincidir con la de unos o la de otros.
'Una situaci¨®n de crisis grave como la nuestra requiere medidas de emergencia y extraordinarias'
P. En una actualidad tan polarizada resulta complicado transmitir una opini¨®n. ?Se sienten escuchados?.
R. Nuestra posici¨®n es la de- fensa de las instituciones, del Estatuto como lugar de encuentro de una mayor¨ªa de los vascos y punto de partida desde el que se pueden alcanzar, por medios democr¨¢ticos y pac¨ªficos, todo lo que la sociedad vaya expresando. Nuestro mensaje colateral es un llamamiento a los partidos pol¨ªticos para que usen la serenidad y se dialogue y discuta sobre los problemas reales que tiene el pa¨ªs.
P. ?Al pedir serenidad y di¨¢logo qu¨¦ quiere transmitir?.
R. Me hago eco de una sensaci¨®n que ni los pol¨ªticos pueden negar: que estamos en una situaci¨®n muy seria y ante una paralizaci¨®n de las instituciones muy grave. La crispaci¨®n no s¨®lo es pol¨ªtica, sino que ha calado en la sociedad, donde el clima de violencia ha alcanzado a mucha gente. Frente a esto hace falta recuperar la sensatez que siempre nos ha caracterizado.
P. Est¨¢ describiendo una situaci¨®n muy cr¨ªtica. ?Las elecciones ser¨ªan una salida?
R. Al margen de las soluciones que planteen los partidos, tenemos el deber de exigir a las instituciones que gobiernen. Est¨¢ claro que ahora hay una enorme falta de liderazgo. Con un Parlamento paralizado y su espect¨¢culo semanal, es necesaria la reafirmaci¨®n del liderazgo en una confrontaci¨®n electoral. Pero hace falta que los partidos y los ciudadanos reflexionen sabiendo lo que nos jugamos en unos comicios tras los que, seguramente, no habr¨¢ grandes variaciones. Pero incluso si sale el mismo resultado, ¨¦ste ser¨¢ un mensaje para los pol¨ªticos de que el pueblo quiere que se entiendan y les da un mandato de renovaci¨®n. Pero es necesario pasar por esta catarsis de acudir a las urnas.
P. ?Cree que esta convulsi¨®n la produjo la toma de posici¨®n del PNV al suscribir el Pacto de Lizarra con las otras fuerzas nacionalistas?
R. En los a?os 80 viv¨ª al frente de Confebask una situaci¨®n muy dif¨ªcil que tiene cierto parecido a la actual, salvo una diferencia: todos particip¨¢bamos de la misma ilusi¨®n de crear un pa¨ªs que respond¨ªa a las aspiraciones de nacionalistas y no nacionalistas, porque hab¨ªa un sentimiento autonomista arraigado. Por encima de las diferencias, esa ilusi¨®n era lo que nos un¨ªa para vencer la crisis econ¨®mica y la amenaza del terrorismo. Ahora hemos perdido ese objetivo com¨²n. Estamos divididos entre dos polos enfrentados y queda esa gran masa central, unos nacionalistas otros no nacionalistas, que est¨¢ perpleja y desalentada. El liderazgo que reclamo consistir¨ªa en retomar ese prop¨®sito com¨²n de la creaci¨®n de un pa¨ªs, una idea de comunidad.
P. De sus palabras se deduce que la f¨®rmula pol¨ªtica que considera ¨®ptima ser¨ªa una coalici¨®n entre nacionalistas y no nacionalistas.
R. Pues es la que ha funcionado hist¨®ricamente. Pero prefiero no presuponer una f¨®rmula concreta e insisto en que, al no estar en una ¨¦poca normal, no se trata de gobernar aplicando peque?os cambios de direcci¨®n. Una situaci¨®n de crisis grave requiere medidas de emergencia y extraordinarias.
P. ?Qu¨¦ le exigir¨¢ al pr¨®ximo lehendakari?
R. Que sea consciente del nuevo mensaje que continuamente le lanzan los ciudadanos sobre cu¨¢les son los problemas reales que les acucian. Y otras cuestiones, que son leg¨ªtimas pero no est¨¢n entre sus preocupaciones inmediatas, que las deje para otra fase posterior. Creo que se han anticipado los problemas de forma artificial.
P. ?Y este mensaje lo interpretar¨ªa mejor un lehendakari nacionalista o uno no nacionalista?
R. No lo s¨¦. Se equivocar¨ªa el que desprecie el sentido autonomista y el esfuerzo hecho en el camino recorrido durante tantos a?os, igual que se equivocar¨ªa el que desprecie todo el esfuerzo de lo que se ha hecho conjuntamente. Estas dos sensibilidades se tendr¨¢n que acercar.
P. ?C¨®mo se combate el problema del terrorismo?
R. Hay que cerrar filas. La sociedad vasca ha sido muy generosa en su movilizaci¨®n y no s¨¦ si existe la sensaci¨®n de que se le est¨¢ haciendo salir a la calle para sustituir otras acciones. Contra este problema tiene que haber claridad en los planteamientos ¨¦ticos de fondo.
P. Ha mencionado la diferencia entre su ¨¦poca al frente de Confebask y la actual. ?Qu¨¦ le impulsa a comprometerse de nuevo?
R. Estamos ante una disyuntiva: o seguimos apostando y luchando por el pa¨ªs, o cada uno se organiza la vida a su manera. En el C¨ªrculo vamos rotando en los puestos de responsabilidad para dar la imagen de colectivo dispuesto a dar la cara. Por eso lanzamos nuestro mensaje de que no abandonamos la pelea por la defensa de nuestras convicciones y la defensa de un modelo de convivencia y de pa¨ªs.
P. ?No ha claudicado a la tentaci¨®n de irse fuera del Pa¨ªs Vasco?
R. No estamos en el mejor ambiente para que fructifiquen las iniciativas empresariales ni para que se trabaje con la dedicaci¨®n que requiere la labor creativa. Pero, sin ser catastrofistas, otros colectivos tambi¨¦n est¨¢n viviendo as¨ª. Los costes los veremos en el futuro.
P. En Confebask defendi¨® que no se pagara la extorsi¨®n a ETA.
R. Antes, cuando sab¨ªas que tu resistencia era por algo, para la construcci¨®n de ese pa¨ªs nuevo, ten¨ªa m¨¢s sentido. Ahora,con la duda sobre el futuro -hacia qu¨¦ sociedad vamos y c¨®mo- resulta m¨¢s dif¨ªcil.
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