El final de una pareja de cine

Con el tono satisfecho de 'ya lo dec¨ªa yo', Hollywood era ayer la Babilonia del cotilleo. En las terrazas de los restaurantes, los estudios de rodaje y las tertulias televisivas, s¨®lo se hablaba de la separaci¨®n de los actores Tom Cruise y Nicole Kidman. Tras 11 a?os de matrimonio, la adopci¨®n de dos hijos y varias batallas legales ganadas contra tabloides que hablaban de la presunta homosexualidad de ¨¦l o las supuestas aventuras de ella con tal o cual gal¨¢n, Cruise y Kidman reconocieron el lunes que la cosa no funciona y se separan. Lo suyo era una misi¨®n imposible.

No por muy augurada, la ruptura del bajito y atractivo Cruise y la lechosa y pelirroja Kidman despert¨® menos el entusiasmo de los medios del coraz¨®n y sus millones de seguidores en Los ?ngeles, Estados Unidos y todo el planeta. La cosa tiene morbo. Los dos son muy listos, muy ricos y, cada cual a su estilo, tremendamente sexy. Los dos son miembros de la Iglesia de la Cienciolog¨ªa y, pese a los rumores, han ido en los ¨²ltimos 11 a?os de matrimonio ejemplar de Hollywood.

'Dadas las dificultades derivadas de sus carreras divergentes, que los mantienen constantemente alejados, ambos coincidieron en que una separaci¨®n amistosa era la mejor soluci¨®n', dice el comunicado difundido por los actores. Pero Hollywood, no contento con esa cl¨¢sica versi¨®n oficial, especulaba ayer sobre lo que hay detr¨¢s. Kidman, dec¨ªan unos, parece la promotora de la ruptura; harta al fin de la frigidez de su esposo. S¨ª, respond¨ªan otros, pero por qu¨¦ comparecieron juntos y acaramelados en la ¨²ltima edici¨®n de los premios Globe. ?Y por qu¨¦ Cruise hizo el papel de esposo y padre ejemplar, cuando, acompa?ado de sus dos hijos adoptivos, se traslad¨® a Santander, donde Kidman rodaba con Alejandro Amen¨¢bar la pel¨ªcula Los otros?

En ese punto de la conversaci¨®n entraban los viejos rumores. Que si ¨¦l es homosexual o est¨¦ril, que si ella tuvo un l¨ªo con Russell Crowe, el protagonista de Gladiator. Rumores, cabe precisar, que Cruise y Kidman combatieron ante los tribunales cada vez que fueron difundidos por la prensa amarilla, y siempre con ¨¦xito.

Esta vez ha ganado esa prensa. El reconocimiento de la separaci¨®n s¨®lo se produjo cuando los actores supieron que National Enquirer iba a contarla en su pr¨®xima edici¨®n. Para Cruise, de 38 a?os, ¨¦ste era su segundo matrimonio, tras el que le uni¨® a la actriz Mimi Rogers. Para la australiana Kidman, su primer enlace. Se conocieron durante un rodaje, se casaron en 1990 y adoptaron dos ni?os, de siete y cinco a?os en la actualidad, que les acompa?aron durante la aventura del largo rodaje en Londres de Eyes wide shut.

Estos d¨ªas, Cruise, seg¨²n Jeannie Williams, columnista de USA Today, es 'un hombre infeliz' en el rodaje en Los ?ngeles de Vanilla sky, una pel¨ªcula en la que comparte estrellato con la espa?ola Pen¨¦lope Cruz y de la que se han difundido unas fotograf¨ªas de estudio que muestran a ambos actores bes¨¢ndose de mentirijillas. Por su parte, Kidman espera el estreno del filme de Amen¨¢bar.

Como siempre, duros tiempos para los matrimonios de Hollywood. La de Cruise y Kidman es la tercera disoluci¨®n consecutiva de parejas cinematogr¨¢ficas consideradas mod¨¦licas. Comenz¨® Meg Ryan cuando, en el rodaje de Proof of life, se enamor¨® de su compa?ero de trabajo Russell Crowe. Poco tard¨® la ruptura -'amistosa y por mutuo consentimiento'- de sus 10 a?os de matrimonio con el actor Dennis Quaid. Para alegr¨ªa de sus muchos admiradores y los casi tan numerosos detractores de Alec Baldwin, Kim Basinger sigui¨® hace poco el ejemplo y cort¨® siete a?os de matrimonio con este arrogante actor.

As¨ª que nos quedan Antonio Banderas y Melanie Griffith. Seg¨²n The New York Post, ella, que lleva tatuado el nombre del malague?o en el brazo derecho, se enfad¨® de lo lindo el pasado a?o cuando ¨¦l rod¨® escenas sexuales con la t¨®rrida Angelina Jolie, para la pel¨ªcula Original Sin, ambientada en la Cuba del XIX y de inminente estreno en Estados Unidos. Con buen humor, Melanie ha aludido al asunto en una entrevista. A ella, reconoce, le cuesta 'horas de dura gimnasia mantener el trasero prieto', para que ninguna jovencita ardiente le arrebate a su Antonio. Tal es la dura vida de Hollywood.