Barak era Rabin
Cuando los socialistas israel¨ªes encontraron como candidato a Ehud Barak, frente a un Benjamin Netanyahu desprestigiado por cuestiones de pol¨ªtica interior, muchos ten¨ªamos la sensaci¨®n de que hab¨ªan dado con el perfecto sucesor del esp¨ªritu de Rabin. Por tanto, que ten¨ªan por un lado un muy buen candidato a ganar las elecciones -como las ganaron- y por otro a un l¨ªder pol¨ªtico capaz de recorrer el muy estrecho camino que conduce a la paz negociada con el mundo ¨¢rabe en general y con los palestinos en particular. Ciertamente, es posible encontrar en las filas de la izquierda israel¨ª a pol¨ªticos palomas -en la terminolog¨ªa habitual en Oriente Medio- m¨¢s lanzados en el proceso de paz que Barak o Rabin, pero aqu¨¦llos dif¨ªcilmente hubieran ganado nunca las elecciones. Shimon Peres ser¨ªa el caso paradigm¨¢tico. Tambi¨¦n es posible encontrar l¨ªderes m¨¢s populistas y con mejores perspectivas electorales que Barak, pero ¨¦stos dif¨ªcilmente har¨ªan avanzar el proceso de paz. Barak, como Rabin, est¨¢ en el espacio de intersecci¨®n: los m¨¢s palomas de entre los halcones o los m¨¢s halcones entre las palomas.
La Intifada de las mezquitas se ha cargado a Barak y su oferta pol¨ªtica: la paz negociada en el marco de Oslo. Resulta dif¨ªcil ser optimista sobre el futuro de la zona
La pol¨ªtica israel¨ª, como la pol¨ªtica de todo r¨¦gimen democr¨¢tico, es compleja. Los israel¨ªes no votan s¨®lo pensando en el proceso de paz, sino tambi¨¦n en la inflaci¨®n, el precio de la vivienda o la pol¨ªtica social, como en todo el mundo. Pero es obvio que en un pa¨ªs de historia tan azarosa como la de Israel la pol¨ªtica respecto al mundo ¨¢rabe es una de las principales zonas de decisi¨®n de un programa electoral. La opini¨®n p¨²blica israel¨ª, con todos los matices y las pluralidades que se quiera, presenta una doble demanda dif¨ªcil de responder: pide a la vez seguridad y paz. Est¨¢ cansada de guerra y de tensi¨®n, no puede encontrarse a gusto en un pa¨ªs que est¨¢ en el centro del conflicto, pero no quiere bajar la guardia hasta el punto de considerar que su propia existencia est¨¢ en peligro. Puede discutirse si esta percepci¨®n es l¨®gica o leg¨ªtima -personalmente, creo que lo es-, pero en cualquier caso esta percepci¨®n es uno de los datos del problema. Los israel¨ªes precisan, por tanto, l¨ªderes que les den al mismo tiempo esperanzas de paz y garant¨ªas de seguridad, y muchos de los l¨ªderes no les dan las dos cosas al mismo tiempo.
Shimon Peres, por ejemplo, es un gran pol¨ªtico, un intelectual de primera fila, pero su ambici¨®n en el proceso de paz no aparece asociada a una oferta de seguridad. Es una paloma pura, por decirlo as¨ª. Por eso no pod¨ªa ganar las elecciones. Rabin y Barak son otra cosa. Se trata de pol¨ªticos socialistas, situados sin duda en el bando de la paz, partidarios de una soluci¨®n negociada del problema palestino y de las relaciones con el conjunto del mundo ¨¢rabe. Pero tambi¨¦n han sido halcones: estuvieron en el ej¨¦rcito, su historial de firmeza ha dado garant¨ªas a sus ciudadanos de su seguridad. Rabin es el h¨¦roe, junto con Dayan, de la guerra de los Seis D¨ªas. Barak, un ex militar con una importante hoja de servicios. Cuando ellos negocian la paz, los israel¨ªes tienen la sensaci¨®n de que no se est¨¢ negociando a cuenta de su seguridad. Cuando la negocia Peres, la sensaci¨®n es que prefiere la paz a la seguridad. Cuando negocia la derecha, la sensaci¨®n es que garantiza tanto la seguridad que no quiere avanzar hacia la paz. El mayor activo de Rabin fue dar la mano a Arafat sin ning¨²n entusiasmo. El activo era doble: no tener ning¨²n entusiasmo, pero tambi¨¦n dar la mano.
Barak ha tenido el Gobierno israel¨ª m¨¢s proclive al proceso de paz entre los posibles. Un Gobierno en el que fue ministro un pacifista reconocido como Yossi Sarid. Un Gobierno en el que es ministro de Exteriores un pol¨ªtico paloma como el ex embajador en espa?a Ben Ami, buen amigo de los socialistas catalanes y espa?oles. Pero la Intifada de las mezquitas y sus propios errores en pol¨ªtica intrior han destrozado la imagen de Barak.
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