El juicio de Elf queda aplazado para que Sirven prepare su defensa
Deviers-Joncour luc¨ªa su sonrisa m¨¢s seductora en la sala de audiencia: all¨ª estaba su jefe y amigo, del que espera que confirme las misiones por las que se le retribuy¨® con 1.600 millones de pesetas de Elf. Tanto ella como los dem¨¢s acusados -Dumas y otros antiguos directivos de la empresa- dedicaron las dos primeras semanas de juicio a asegurar que quien lo sab¨ªa todo no estaba en el banquillo. Ahora que ha llegado, todos se preguntan cu¨¢les ser¨¢n sus intenciones.
Pero el que parec¨ªa verdaderamente relajado era Sirven. Setenta y cuatro a?os de edad, cinco d¨ªas de viaje por el mundo y tres noches en c¨¢rceles diversas no borran el dominio de la escena por parte de quien fue la eminencia gris del grupo petrolero Elf-Aquitaine. La presidenta del tribunal, Sophie Portier, le comunic¨® los cargos e inici¨® un breve di¨¢logo:
Presidenta. Veo que sonr¨ªe usted. Supongo que desea responder de forma precisa a nuestras preguntas...
Sirven. Se?ora, estoy aqu¨ª para responder a vuestras preguntas.
P. Le perdimos a usted de vista en 1993... nos habr¨ªa gustado saber cu¨¢les han sido sus actividades desde esa fecha.
S. Todo eso est¨¢ tan lejos. Tengo tendencia a olvidar r¨¢pidamente las fechas que me conciernen.
P. ?En qu¨¦ fecha abandon¨® usted Suiza?
S. En 1997 m¨¢s o menos...
Uno de los tres abogados de Sirven sugiri¨®, sin mucha convicci¨®n, que se pusiera a su cliente en libertad provisional bajo promesa de acudir a las sesiones cuando se reanuden. El fiscal, Jean-Pierre Champrenault, replic¨® raudo: 'Todo el mundo espera con impaciencia las declaraciones del se?or Sirven. Estoy satisfecho de verle aqu¨ª y estar¨ªa a¨²n m¨¢s satisfecho si estuviera aqu¨ª cuando las audiencias se reanuden (...) ha sido dif¨ªcil localizarle (...) no ha manifestado un gran deseo de venir por s¨ª mismo (...) y os recuerdo -dirigi¨¦ndose al tribunal- que todos los acusados le han cargado con todos los pecados de la Tierra'.
El tribunal se retir¨® a deliberar y tard¨® realmente poco tiempo en dar la raz¨®n al fiscal. Lo que se espera de Sirven es que revele qui¨¦nes fueron los destinatarios de los miles de millones de pesetas que salieron de la caja de Elf. Por eso, una pol¨¦mica colateral se desat¨® ayer al difundirse una agenda de tel¨¦fonos de Alfred Sirven, con los n¨²meros de m¨¢s de 300 personas, en las p¨¢ginas en Internet del diario Le Parisien y la revista Paris-Match. Ese list¨ªn telef¨®nico 'est¨¢ en poder de los jueces', asegura Laurent Leger, uno de los periodistas de Paris-Match que han obtenido el documento.
Una lista de tel¨¦fonos no prueba nada por s¨ª misma; s¨®lo es un indicio de la amplitud de las relaciones de una persona que estuvo en la cabecera de la empresa estatal m¨¢s importante de Francia. El ex ministro Charles Pasqua y su hijo Pierre figuran en esa agenda junto con diputados, senadores, alcaldes y hombres de negocios; Christine Deviers-Joncour, por supuesto; el alem¨¢n Dieter Holzer -sospechoso de haber recibido dinero sin contrapartida relacionado con la parte alemana del esc¨¢ndalo Elf-; Gilles M¨¦nage, ex jefe de gabinete de Fran?ois Mitterrand, y el propio hijo de ¨¦ste, Jean-Christophe.
Muchos nombres y tel¨¦fonos son pr¨¢cticamente ilegibles. Entre los que tienen relaci¨®n con Espa?a figura una oficina de la calle Montesquinza, de Madrid, y el tel¨¦fono de una casa de Alfred Sirven en Baleares, junto a otros m¨¢s dif¨ªciles de identificar.
La difusi¨®n de tales datos ha sido acogida por los abogados de Sirven con el anuncio de una querella por robo de documentos.
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