La novia mora de los Filabres
Ser¨®n ha recuperado para el turismo la peculiar arquitectura minera trazada durante la extracci¨®n de hierro
Cuenta la historia de Ser¨®n que corr¨ªa el a?o 1478 cuando unos caballeros cristianos que andaban por esas tierras se toparon un d¨ªa con una comitiva de moros que escoltaba a una bella joven para entreg¨¢rsela como esposa al alcalde de Baza. Los cristianos se enfrentaron a los moros y raptaron a la muchacha. Pero no pudieron combatir las s¨²plicas de la dama y, finalmente, accedieron a llevarla de nuevo con su padre.
Desde entonces la joven ser¨ªa conocida como la novia de Ser¨®n. Su agradecimiento se tradujo en una notable influencia para templar las relaciones entre cristianos y musulmanes, enzarzados por entonces en continuas guerras fronterizas que acabar¨ªan, pasados los a?os, con el triunfo de don Juan de Austria y la expulsi¨®n de los moriscos.
Hoy, la localidad de Ser¨®n, enclavada al Noreste de la provincia de Almer¨ªa, sigue siendo la novia mora de la sierra de Los Filabres. Su castillo nazar¨ª del siglo XIII, que sirvi¨® de refugio durante la sublevaci¨®n morisca, ocupa la parte m¨¢s elevada del pueblo, que ofrece perlas como la iglesia de Nuestra Se?ora de la Anunciaci¨®n, declarada monumento hist¨®rico-art¨ªstico nacional en 1983, o la ermita de Nuestra Se?ora de los Remedios, una construcci¨®n neocl¨¢sica del siglo XIX, cuya belleza descansa en la sobriedad de sus formas.
Situado a 800 metros de altura, Ser¨®n domina el valle del r¨ªo Almanzora. En sus calles estrechas y empinadas, conserva la huella de un pasado isl¨¢mico que compite en belleza y recuerdos con el auge econ¨®mico y social que brind¨® Las Menas, un antiguo poblado minero transformado hoy en lugar de refugio para los amantes del turismo rural.
Las Menas, que debe su nombre al hierro que en la primera mitad del XIX se extra¨ªa de las entra?as de la sierra de Los Filabres, lleg¨® a convertirse en un pr¨®spero poblado con m¨¢s de 2.000 habitantes.
La ¨¦poca de esplendor que propiciaron los yacimientos ferrosos trajo consigo la implantaci¨®n de una peculiar arquitectura caracterizada por el sello personal de los directivos holandeses, belgas e ingleses que reg¨ªan el poblado. El declive se inici¨® en 1940. La boyante actividad empez¨® a desinflarse hasta que, en 1968, las minas se cerraron definitivamente dando as¨ª carpetazo a una etapa de la historia de Ser¨®n.
Durante a?os, el poblado, que hab¨ªa sido construido siguiendo una ordenaci¨®n urban¨ªstica jer¨¢rquica en la que destacaban edificaciones de gran calidad arquitect¨®nica, sufri¨® numerosos expolios. La profanaci¨®n de la memoria se cort¨® de ra¨ªz cuando la Junta de Andaluc¨ªa adquiri¨® el conjunto y puso en marcha un proceso de rehabilitaci¨®n de la historia con la construcci¨®n de un complejo tur¨ªstico.
Las Menas, enclavado en las cumbres de Los Filabres, custodia desde lo alto de la monta?a al pueblo de Ser¨®n que espera m¨¢s abajo. Una cuidada labor de restauraci¨®n lo ha convertido en uno de los reclamos para el turismo rural m¨¢s importantes de Almer¨ªa. Rodeado por m¨¢s de 30.000 hect¨¢reas de bosques que ofrecen una rotundidad verdosa inesperada en la provincia, este poblado conjuga el respeto hacia las construcciones originales con la funcionalidad y comodidad que exige el urbanita en busca tranquilidad y aire puro.
Las viviendas unifamiliares que sirvieron de hogar a los mineros y las antiguas oficinas de la compa?¨ªa se han transformado en un apartahotel y una cafeter¨ªa-restaurante. Una colecci¨®n de obras de pintores y fot¨®grafos almerienses adorna el interior del complejo tur¨ªstico.
Conforme se desciende de Las Menas hasta Ser¨®n, el viajero puede comprobar los restos ruinosos de parte del cable con el que se sacaba el hierro o de algunas humildes casas que han quedado insertadas como parte del paisaje de las monta?as por las que resbalan. Todav¨ªa est¨¢ en pie, rodeada de un halo de sencillo orgullo, la ermita de Santa B¨¢rbara, y las bocas de las minas se asoman al exterior simulando los ojos de la tierra que vela por el pasado.
Jamones y estrellas
- D¨®nde. Hasta Las Menas, a 65 kil¨®metros de Almer¨ªa, se accede por la carretera que atraviesa el desierto de Tabernas hasta G¨¦rgal. All¨ª se toma el desv¨ªo de Olula de Castro. Un cartel muestra el desv¨ªo en la AL-339. - Cu¨¢ndo. El verano, por la altitud, permite esquivar los rigores del calor. En invierno es aconsejable informarse de la metereolog¨ªa por las frecuentes nevadas. - Alrededores. Abundan las zonas recreativas, los riachuelos y las cuevas de inter¨¦s para espele¨®logos. No se puede dejar de visitar Calar Alto, el mayor observatorio astron¨®mico de la pen¨ªnsula que se encuentra en el pico m¨¢s elevado de Los Filabres. En Las Menas hay cursos para aprender a observar las estrellas. No se debe abandonar Ser¨®n sin catar sus jamones, muy apreciados y pilar de la econom¨ªa local. - Y qu¨¦ m¨¢s. Una gu¨ªa de 1997 ofrece datos pr¨¢cticos. Informaci¨®n en el Ayuntamiento: 950 42 60 01.
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