El agua, el PP y su miseria ¨¦tica
Escrib¨ªa en este diario hace pocos d¨ªas el director de la SER, Daniel Gavela, uno de los art¨ªculos que m¨¢s me han impresionado en los ¨²ltimos tiempos. Sosten¨ªa Gavela que entre la enajenaci¨®n mental que suele acompa?ar a las fiebres de la mayor¨ªa absoluta, la muerte del Parlamento como centro del debate pol¨ªtico, las amenazas a los ¨²ltimos reductos de contrapesos institucionales -ahora le toca a los jueces- y el estado catat¨®nico del periodismo espa?ol, que se mueve salvo excepciones entre el temor al palo y la busca de d¨¢divas, la calidad de la democracia espa?ola se va precipitando en un silencio letal, en un abismo insondable. Que la miseria ¨¦tica de la pol¨ªtica espa?ola no ha debido de tocar fondo y que lo peor puede estar por llegar. Y todo ello, conviene no olvidarlo, de la mano y bajo el gobierno de Aznar y su PP, de un hombre que lleg¨® al poder con la promesa de una regeneraci¨®n de la vida pol¨ªtica espa?ola.
Supongo que cualquiera que comparta m¨ªnimamente estas apreciaciones est¨¢ en condiciones de corroborarlas con experiencias directas o percibidas, aunque s¨®lo sea a trav¨¦s de la n¨¢usea que provocan las televisiones p¨²blicas y sus informativos. Bastar¨ªa con hojear la prensa y comprobar que en las Cortes Valencianas cuanto ata?e a la presidencia de la Generalitat, sean empresas contratadas, subvenciones concedidas o viajes del presidente y sus acompa?antes est¨¢ sustra¨ªdo al control parlamentario puesto que el PP veta sistem¨¢ticamente cualquier pregunta o solicitud de documentaci¨®n al respecto, situando as¨ª de hecho a Zaplana en un ¨¢mbito de inmunidad ante el parlamento y en una ausencia de responsabilidad pol¨ªtica equiparable en Espa?a s¨®lo a la de la Corona y su titular.
Otro ejemplo no menos actual y no menos grave, puesto que se trata de consagrar el uso de la mentira, de forma premeditada, consciente y sistem¨¢tica, como herramienta b¨¢sica del debate pol¨ªtico ha sido el montaje que acerca del Plan Hidrol¨®gico Nacional han urdido los populares como elemento de diversi¨®n frente la evidente situaci¨®n de crisis, por insolvencia y desbordameinto pol¨ªtico, que atraviesa el Gobierno. Puesto que en el Senado -y emplazados quedan a demostrar lo contrario- no se ha votado plan hidrol¨®gico alguno, sino s¨®lo una trivial propuesta del PP por la que se instaba al Gobierno a que en el Proyecto de PHN se tuvieran en cuenta criterios tales como garantizar agua de calidad y suficiente, entre otras obviedades. Lo cual que, como el citado plan ya estaba redactado y presentado con anterioridad, podr¨ªa entenderse burlonamente como que estos objetivos perogrullescos no estaban siquiera recogidos en ¨¦l y hab¨ªa que record¨¢rselo al Gobierno. Ninguno de los grupos parlamentarios peninsulares presentes en el Senado se prest¨® a la farsa de votar a favor de tama?a majader¨ªa partidaria. Ni vascos, ni catalanes, ni IU, ni el BNG (por el mixto), ni la Entesa, ni los socialistas: El PP se encuentra en este asunto en la m¨¢s absoluta soledad y as¨ª, sin consenso, nunca podr¨¢ llevar esto adelante sino a costa de un empecinamiento y una confrontaci¨®n global de impredecibles consecuencias. Y en cualquier caso, con esta quimera popular, no llegar¨ªa ni una gota de agua a la Comunidad Valenciana ni a Murcia antes de 10 o 12 a?os, por mor de las necesarias obras sin proyecto ni presupuesto. Las 60.000 nuevas hect¨¢reas de regad¨ªo -muchas de ellas competitivas con nuestra agricultura- que el astuto oportunista de Bono les ha sacado, a cambio de un simple y simb¨®lico voto, antes de dos a?os podr¨ªan estar produciendo. Punto uno.
Punto dos. La enmienda alternativa que present¨® el grupo socialista, en su apartado 3?, instaba literalmente a que se 'adopten con urgencia medidas espec¨ªficas para atender la grav¨ªsima situaci¨®n de las cuencas estructuralmente deficitarias que requieren, entre otras, actuaciones de recuperaci¨®n de acu¨ªferos y de restauraci¨®n de la calidad del agua, as¨ª como transferencias desde otras cuencas', por consiguiente cuantos sabi¨¦ndolo han dicho que el que suscribe y sus compa?eros est¨¢n contra los transvases -como los populares y sus mastines medi¨¢ticos- han mentido, por decirlo suavemente, como bellacos. Quienes, como el Consejo de C¨¢maras de Comercio o el inefable Federico F¨¦lix -el de la AVE, el AVE, y anta?o las aves- simplemente han seguido la consigna del PP y han descalificado lo que posiblemente ignoraban a¨²n podr¨ªan redimirse mediante la oportuna y justa disculpa, porque mentir es pecado y hay que restituir la honra da?ada. Quienes, sensatamente, s¨®lo han reiterado la importancia de lo que est¨¢ en juego y han instado a todas las fuerzas pol¨ªticas al necesario e imprescindible consenso, como la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana, merecen mi mayor consideraci¨®n y respeto.
Y punto tres. Esta burda maquinaci¨®n, organizada y ejecutada por el portavoz popular en el Senado, el valenciano Esteban Gonzalez Pons, ha evidenciado que no se puede ir por la vida fingiendo ser un chiquito de primera comuni¨®n y estar al mismo tiempo en los fogones del PP sin tiznarse hasta las cejas, sin descender bastantes pelda?os en la escala moral. Puesto que quien resucita las viejas t¨¢cticas de la UCD valenciana buscando en la divisi¨®n radical, en la falsa confrontaci¨®n patriotera jaleada por la caverna medi¨¢tica, alguna ganancia pol¨ªtica en el corto plazo parece ser ciertamente proclive hacia el envilecimiento de la vida pol¨ªtica. Y m¨¢s utilizando asunto de tan trascendental importancia como el del agua, imposible de solucionar sin un acuerdo lo m¨¢s amplio posible. Las esperanzas cortesanas no deber¨ªa justificar el incurrir, ayuno de valores, en la picaresca ratonil. La pol¨ªtica no es, no tendr¨ªa que ser, incompatible con la axiolog¨ªa. Y quien piense que el fin justifica los medios que se las tenga con su conciencia, porque ni en la pol¨ªtica, ni en el amor, ni siquiera afortunadamente en la guerra, est¨¢ todo permitido.
Segundro Bru es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Pol¨ªtica y senador socialista por Valencia.
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