Lecciones inacabadas de una no fusi¨®n
La fusi¨®n entre Endesa e Iberdrola era una contradicci¨®n en sus t¨¦rminos: se necesitan empresas grandes para competir en un mundo globalizado, pero al mismo tiempo Espa?a es una isla el¨¦ctrica y cualquier concentraci¨®n entre sus operadores contribuye a aumentar el grado de oligopolizaci¨®n. Una vez fracasada la fusi¨®n se pueden establecer algunas lecciones coyunturales, teniendo en cuenta que la historia completa de esta operaci¨®n frustrada ser¨¢ objeto sin duda de libros, tesis doctorales y estudio en las escuelas de negocios.
Ha habido un cambio permanente de las reglas del juego, lo que ha generado inseguridad jur¨ªdica entre los empresarios espa?oles y aquellos que est¨¢n dispuestos a trabajar en nuestro pa¨ªs. Cualquier conversaci¨®n en el mundo empresarial destaca hoy recurrentemente esta caracter¨ªstica de la acci¨®n econ¨®mica del Gobierno: que genera incertidumbres. Ello no es espec¨ªfico del sector el¨¦ctrico: recu¨¦rdese la permanente intervenci¨®n en la privatizada Telef¨®nica de Juan Villalonga (para nombrarle, para destituirle). En el sector el¨¦ctrico ha habido una negaci¨®n del Gobierno a la fusi¨®n entre Uni¨®n Fenosa e Hidrocant¨¢brico; la simpat¨ªa inicial a la de Iberdrola y Endesa; el cambio en la normativa de los costes de transici¨®n a la competencia; la variaci¨®n a las condiciones del Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) para autorizar la fusi¨®n entre Endesa e Iberdrola (cuya primera recomendaci¨®n, dado su car¨¢cter consultivo, hab¨ªa sido negativa); y distintos puntos de vista sobre la presencia de empresas con capital estatal o local for¨¢neo en las operadoras espa?olas.
Ha habido un intervencionismo arbitrista, no un intervencionismo regulador. En el sector energ¨¦tico, al igual que en otros como el del agua, es casi imposible que funcione la competencia si no se adopta una regulaci¨®n que tenga en cuenta la necesidad de hacer fuertes inversiones y la exigencia de que los productos (la electricidad, el gas, el agua) transcurran por unas redes que, normalmente, no tiene sentido duplicar.
Operaciones como la frustrada fusi¨®n -por un error de c¨¢lculo de sus protagonistas econ¨®micos y pol¨ªticos- generan una enorme concentraci¨®n de poder econ¨®mico. Coincido con F¨¦lix de Az¨²a en el sorprendente silencio ante el art¨ªculo del ex presidente de Gobierno Felipe Gonz¨¢lez en estas p¨¢ginas sobre esa concentraci¨®n (Llueve sobre mojado, EL PA?S del 18 de enero pasado). Hace ya muchos a?os que el economista Juan Mu?oz escribi¨® un libro titulado El poder de la banca en Espa?a, que ser¨ªa muy ¨²til actualizar para conocer el desarrollo de la concentraci¨®n econ¨®mica en Espa?a y la cara del capitalismo actual. Dec¨ªa Gonz¨¢lez que de las 11 empresas privatizadas por el PP en la anterior legislatura, 10 estaban presididas por personas designadas por el Gobierno, que proven¨ªan de la econom¨ªa financiera y no han tenido nada que ver con la creaci¨®n y desarrollo de las empresas que hoy est¨¢n en sus manos. La capitalizaci¨®n de las empresas con presidentes nombrados por el PP equivale al 47,6% del mercado de valores, un 26% del PIB espa?ol. Si a ello se le suma la mayor¨ªa parlamentaria absoluta, el control de medios de comunicaci¨®n (peri¨®dicos, radios, televisiones) y los intentos de neutralizar la actuaci¨®n independiente de la justicia (no pasa un d¨ªa sin que el Ejecutivo critique una sentencia), el panorama no es muy tranquilizador.
?Cu¨¢l es el paisaje despu¨¦s de la batalla? La operaci¨®n rota nos remite a la situaci¨®n de salida, lo cual es inquietante. Si la fusi¨®n se hab¨ªa vendido como una liberalizaci¨®n del sector el¨¦ctrico, la realidad es un no mercado, una no competencia y una subasta generalizada de OPA. Todos contra todos. ?Habr¨¢ nuevos oferentes de energ¨ªa para los ciudadanos?
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