'La 'cibersanidad' no va a acabar con la relaci¨®n entre m¨¦dicos y pacientes'
Guillermina Montoliu naci¨® hace 40 a?os en Mont¨¢n (Alto Mijares). Es m¨¦dico de Eresa, la principal empresa de radiolog¨ªa de Valencia y Castell¨®n.
Pregunta. ?Recuerda la advertencia que aparec¨ªa junto a las ventanillas de los trenes?
Respuesta. Algo as¨ª como 'es peligroso asomarse al exterior'.
P. Y los surrealistas lo cambiaron por 'es peligroso asomarse al interior'. ?Por qu¨¦ renuncio a ser psiquiatra?
R. Nada que ver con el surrealismo, por puro realismo. Fue un a?o extra?o en la oposici¨®n de MIR, s¨®lo hab¨ªa dos plazas de psiquiatr¨ªa en Valencia y no ten¨ªa ganas de volverme a presentar. Ahora no me arrepiento.
P. El radiodiagn¨®stico tambi¨¦n es asomarse al interior.
R. S¨ª, permite una amplia visi¨®n del cuerpo humano, yo trabajo con las t¨¦cnicas m¨¢s sofisticadas que existen, podemos ver qu¨¦ ocurre en tiempo real y diagnosticar patolog¨ªas que no se pueden diagnosticar con otras t¨¦cnicas. Adem¨¢s eliminas tiempos de estancia hospitalaria y usas t¨¦cnicas incruentas.
P. ?Qu¨¦ a?ora de sus tiempos de m¨¦dico rural? R. Lo que no a?oro es la falta de medios, aquello me parece prehist¨®rico
P. Esos avances y los de la gen¨¦tica pueden llevar a que los individuos acaben sabiendo con mucha antelaci¨®n cu¨¢ndo y de qu¨¦ enfermedad morir¨¢n probablemente. ?La felicidad no se asienta a veces sobre cierta ignorancia? Insisto ?es peligroso asomarse al interior?
R. Quiz¨¢ la gen¨¦tica sea m¨¢s determinante. La radiolog¨ªa permite diferenciar lo normal de lo patol¨®gico, pero no es futurista ni ciencia-ficci¨®n. En cualquier caso, la voluntad del paciente, en cuanto a si desea o no conocer su enfermedad, puede prevalecer.
P. A los futbolistas siempre les est¨¢n haciendo resonancias. El paciente de a pie tiene que soportar una larga lista de espera en la sanidad publica.
R. El dato no es correcto. Cualquier persona tiene las resonancias a su alcance en las mismas condiciones que un futbolista. Nosotros no tenemos lista de espera y no existen privilegios.
P. ?Por qu¨¦ los servicios de resonancias de la sanidad publica lo gestionan empresas privadas?
R. Es un modelo similar al de la ense?anza. La sanidad busca f¨®rmulas m¨¢s ¨¢giles de gesti¨®n y al ciudadano el modelo le es indiferente si la prestaci¨®n es gratuita y ¨®ptima. Probablemente el modelo de sanidad p¨²blica est¨¦ obsoleto en cuanto a la gesti¨®n y sea necesario buscar nuevas v¨ªas como la nuestra.
P. Y porque es un gran negocio
R. Nosotros no nos planteamos la sanidad como un negocio, sino como un servicio p¨²blico, servimos a los pacientes. El mejor negocio es el que recibe el ciudadano que tiene una resonancia cuando la necesita y con los mejores equipos que existen.
P. ?Se puede hablar ya de una cibersanidad?
R. Todav¨ªa, no. Se est¨¢ poniendo mucha informaci¨®n al alcance de mucha gente que no sabe utilizarla. ?De qu¨¦ sirve una p¨¢gina de informaci¨®n de c¨¢ncer si el ciudadano no sabe interpretarla y le puede generar miedo o ansiedad? Por no hablar de aquellos que por un m¨®dico precio se dedican a ser consultores en red desconociendo la historia del paciente, las exploraciones realizadas y al propio paciente. Sigue siendo muy importante la relaci¨®n m¨¦dico-paciente, eso no lo van a cambiar las m¨¢quinas. Para los profesionales es un gran avance el acceso, v¨ªa Internet, a documentaci¨®n de cualquier parte del mundo y hacer interconsultas entre expertos. ?se es el verdadero beneficio para los enfermos, no el acceso masivo a la red.
P. ?Qu¨¦ a?ora de sus tiempos de m¨¦dico rural?
R. Precisamente el contacto con los pacientes. Tambi¨¦n ten¨ªa su parte dura. Eran nueve pueblos a la vez, mal comunicados. Recuerdo casos de los que no sab¨ªa muy bien c¨®mo salir. Como cuando, en unas fiestas, un toro empiton¨® a un cantante por el ano; o cuando me trajeron a un anciano de 90 a?os, que quer¨ªa tener relaciones sexuales todas las noches y vinieron la hija, la nieta y la bisnieta, para que le quitara las ganas. Lo que no a?oro es la falta de medios. Ahora, a pesar de los pocos a?os que han pasado, aquello me parece prehist¨®rico.
P. A una situaci¨®n a¨²n m¨¢s prehist¨®rica se enfrentan los m¨¦dicos en dos terceras partes del planeta.
R. S¨ª, que no haya hospitales ni acceso a medicinas deber¨ªa producirnos sonrojo, cuanto menos. Deber¨ªa cambiar la concepci¨®n que existe de la solidaridad por parte de todos.
P. Tengo entendido que su madre ha sido carnicera ?qu¨¦ le dice de las vacas locas?
R. Que seguramente ya nos hemos comido lo que no ten¨ªamos que comer y que la enfermedad afectar¨¢ a m¨¢s especies de ganado. Hubiese sido bueno que cuando se descubri¨® el problema en otros pa¨ªses se hubieran tomado medidas dr¨¢sticas. Con el abandono del campo, para que la industria funcione necesitan darles pienso. El progreso, a veces, es nocivo y la naturaleza, las vacas, se defienden como pueden, enloquecen y nos hacen enloquecer a nosotros.
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