Miguel ?ngel, en la Puerta de Alcal¨¢
39 monstruos orejudos dise?ados por el artista italiano anidan desde 1778 en este monumento
Son cuatro decenas de h¨ªbridos sin nombre. Feos y silenciosos. Nadie repara en ellos. Pero ellos lo ven todo desde all¨ª arriba, a una quincena de metros del suelo sobre el coraz¨®n de Madrid. Permanecen encaramados en lo alto de 39 capiteles j¨®nicos de otras tantas columnas o medias columnas que sujetan la gran Puerta de Alcal¨¢. Est¨¢n agazapados, insolentes, al acecho. Llevan en la misma posici¨®n desde el a?o 1778.
Lo que m¨¢s llama la atenci¨®n al mirarlos es la sorprendente longitud de sus orejas, que salen de sus cabezas horizontalmente, a modo de cuernos. Luego, sus ojillos vac¨ªos, cuya contemplaci¨®n produce ese v¨¦rtigo que suele conferir el miedo. Abajo, de su boca monstruosa surgen dos bigotes rematados por una enorme espiral.
Fue el teniente general, ingeniero y arquitecto de Carlos III,Francisco Sabatini quien decidi¨® traerse de Italia a los peque?os monstruos, muy parecidos a los que anidan en las columnas de la escalera Laurentina, ese mar de lava viva que ilumina desde entonces la ciudad italiana de Florencia. El dise?o de las columnas y los murci¨¦lagos adaptados para Madrid por Sabatini fueron obra del propio Miguel ?ngel Buonarroti: un boceto, que no lleg¨® a realizarse, para reformar el Capitolio de Roma, en torno al a?o 1538.
Fue en aquellas fechas cuando el genio de Caprese, a la saz¨®n visitante de San Silvestro in Quirinale de Roma, recibi¨® a Francisco de Holanda, pintor portugu¨¦s al servicio de Espa?a y de Manoel I, O Venturoso. De Holanda escribi¨® en cuatro Di¨¢logos la ¨²nica entrevista que se conoce del artista italiano. El manuscrito portugu¨¦s se perdi¨®, precisamente en Madrid, en el siglo XVIII. Pero qued¨® una copia, traducida en 1563 por el pintor espa?ol Manuel Denis. La copia dice que testigos de la entrevista fueron Lactancio Tolomeo y una Colonna impar, Vittoria, gran amor del artista. Buonarroti resalt¨® ante su entrevistador la nostalgia de Madrid que sufr¨ªa el rey de Francia Francisco I, con quien ¨¦l se tratara. El franc¨¦s, que fue capturado en la batalla de Pav¨ªa por huestes del emperador Carlos V, estuvo preso, seg¨²n Miguel ?ngel, en una casa de campo madrile?a, no en la torre de los Lujanes, como la leyenda dice. La entrevista muestra que, en un arrebato de sinceridad, Miguel ?ngel reconoce entidad art¨ªstica a los monstruos grotescos, contrapunto jocoso, o quiz¨¢ siniestro, de la terribilit¨¤ con la que impregnara tantas de sus grandes obras. Miguel ?ngel dice as¨ª: '... Cuando para descanso y diversi¨®n de los sentidos, y tambi¨¦n para recreaci¨®n de ojos mortales deseosos de ver lo in¨¦dito y lo imposible, el artista introduce en sus obras seres quim¨¦ricos, se muestra m¨¢s respetuoso con la raz¨®n que si produjese la figura de hombres o animales'.
Todo un canto a la fantas¨ªa del arte, inmortalizada sobre los mejores muros de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.