El Madrid gana un combate espectacular
El Lazio lleg¨® a ir por delante en el marcador, pero acab¨® doblegado tras un penalti en el ¨²ltimo minuto
El f¨²tbol estuvo a la altura de lo que se pretende en la Copa de Europa. En Chamart¨ªn se disput¨® un partido enorme, resuelto a ¨²ltima hora por el Madrid, que jug¨® maravillosamente en el primer tiempo y entr¨® con coraje al cuerpo a cuerpo en el segundo, donde el Lazio mostr¨® todo su arsenal, mal aprovechado por lo que parece.
No se habla de culturas futbol¨ªsticas por casualidad. En el Bernab¨¦u se vieron dos maneras opuestas de entender el juego: el Lazio represent¨® lo mejor y lo peor de la tradici¨®n italiana; el Madrid ofreci¨® una excelente versi¨®n de lo que se quiere en Espa?a. Cualquiera que sea la opini¨®n sobre la diferencia de estilos, la realidad es que la propuesta del Madrid siempre fue m¨¢s atractiva. Por generosa, por detallista, por desenfadada.
REAL 3|MADRID 2
Real Madrid: Casillas; Salgado, Hierro, Karanka, Roberto Carlos; Helguera (Solari, m. 90), Makelele; Figo, Ra¨²l, McManaman (Guti, m. 76); y Morientes (Munitis, m. 67). Lazio: Peruzzi; Negro, Nesta, Couto, Pancaro; Castrom¨¢n (Gottardi, m. 60), Ver¨®n (Baronio, m. 78), Simeone (Mihajlovic, m. 90), Nedved; Salas y Crespo. Goles: 0-1. M. 4. Castrom¨¢n eleva sobre Roberto Carlos hacia Crespo, que regatea a Karanka y cruza con el exterior del pie. 1-1. M. 32. Helguera adelanta a Ra¨²l, y ¨¦ste a Morientes, que cruza ante Couto. 2-1. M. 82. Makelele abre a Roberto Carlos y su centro lo remata Helguera tras no despejar Simeone, que toca antes el bal¨®n. 2-2. M. 84. Centro largu¨ªsimo de Pancaro, falla Casillas y Gottardi empuja el bal¨®n. 3-2. M. 89. Figo, de penalti hecho por Gottardi a Munitis. ?rbitro: Veissi¨¦re (Francia). Amonest¨® a Pancaro, Makelele, Nesta, Ver¨®n (ambos no jugar¨¢n en Roma) y Helguera. Expuls¨® al delegado blanco, Chendo, en el descanso. El Rey asisti¨® al partido en el Bernab¨¦u.
Del Lazio queda la sensaci¨®n de que desaprovecha sus inmensas posibilidades. Por supuesto, no le faltan excelentes jugadores, y hay momentos en los que apunta todo su poder¨ªo. Se trata de un equipo que cuenta con Ver¨®n, Nedved, Salas y Crespo, todos acreditad¨ªsimos en el mercado mundial. Cuando el Lazio se decidi¨® a utilizarles masivamente, el Madrid sufri¨® a ojos vista. Sufri¨® doblemente: por la viveza de los jugadores del equipo italiano y por las concesiones propias. En las dos primeras acciones del Lazio se observ¨® la lentitud de Karanka frente a la velocidad de Salas y Crespo. Karanka, cuya temporada es admirable, vivi¨® todo el partido con el susto en el cuerpo. El gol del Lazio acrecent¨® las dudas del central, que se comi¨® el regate de Crespo, muy elegante en el amago y en el tiro.
El tanto abri¨® turno de preguntas. En dos jugadas el Lazio hab¨ªa explotado las carencias defensivas del Madrid. ?Qu¨¦ pod¨ªa explotar el Madrid? Los grav¨ªsimos errores defensivos del Lazio. Pocas cosas est¨¢n tan sobrevaloradas en el f¨²tbol como la destreza de los defensas italianos. Por si hab¨ªa dudas, la evidencia qued¨® patente frente al Madrid, que jug¨® un fenomenal primer tiempo, con criterio y grandeza, sin caer en la ansiedad, con toda la gente al toque, con el maravilloso Ra¨²l en su mejor versi¨®n, con Morientes amenazador en el ¨¢rea, con McManaman ventilando el juego con sencillez, con la autoridad de Helguera. Si acaso le falt¨® una mayor contribuci¨®n de Figo desde la derecha, donde se produjo menos batalla de lo previsto. Figo se enred¨® demasiado y pareci¨® ajeno a la espl¨¦ndida puesta en escena de su equipo.
El hermoso juego del Madrid en el primer tiempo no tuvo la respuesta correcta del Lazio, que abandon¨® cualquier idea de ataque para abandonarse a la defensa. Decisi¨®n err¨®nea porque conden¨® a Salas, Crespo y Nedved a un papel de segundo orden, justo cuando el Madrid daba pruebas de sufrimiento defensivo. Fue entonces cuando se desbarat¨® el mito italiano. El Lazio se defendi¨® en la primera mitad por puro amontonamiento. Cuanto m¨¢s retrasado, mayores eran sus concesiones. No se puede explicar de otra forma el alt¨ªsimo n¨²mero de ocasiones del Madrid, que remat¨® en dos ocasiones a los palos y estuvo cercano al gol en varios momentos.
Morientes hizo un trabajo estupendo en el gol del empate. Helguera busc¨® a Ra¨²l, mal marcado por Nesta, que le permiti¨® girarse y buscar el pase a Morientes, que tir¨® del manual: gran control y remate instant¨¢neo. Fue la cima del Madrid en un partido intenso, de gran nivel en muchos intantes, digno de lo que espera en la Copa de Europa. Si en la primera parte se observ¨® la sideral diferencia de estilos, en la segunda se vio un partido bravo y roto, con dos equipos que llegaron m¨¢s lejos de lo que les permit¨ªa la fatiga.
De nuevo se apreci¨® la capacidad de da?o de los delanteros del Lazio. Siempre avispado para retrasarse y sacar de sitio a los centrales, Salas gener¨® los problemas que concret¨® Crespo, atent¨ªsimo a buscar los espacios por detr¨¢s de los defensas. En tres ocasiones, se midi¨® mano a mano con Casillas, y en las dos sali¨® ganador el portero. El Madrid, que hab¨ªa gastado casi todas sus balas en el primer tiempo, tuvo coraje y oportunidades. El Lazio, tambi¨¦n. En buena medida porque el partido se alborot¨®. Las llegadas se hicieron constantes, en una ventolera que convirti¨® el choque en una loter¨ªa. Lo que antes hab¨ªa sido pura academia, ahora era un duelo emotivo. Y en eso tambi¨¦n fue un gran partido.
El juego estaba abocado a los goles, que llegaron atropelladamente en los ¨²ltimos minutos. Helguera - con viejas rencillas con Simeone- se tom¨® muy personalmente el tanto que marc¨®. Parec¨ªa definitivo, pero Casillas se equivoc¨® gravemente en un centro y permiti¨® el empate. Los acontecimientos discurr¨ªan a tanta velocidad que la posibilidad de nuevos goles era autom¨¢tica. El de la victoria lleg¨® a ultim¨ªsima hora, en un penalti discutible transformado por Figo y recibido por la hinchada con un entusiasmo indescriptible. El entusiasmo que provocan las victorias en los partidos extraordinarios.
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