Marruecos se resiste a acoger a los 'ni?os de la calle' que rechazan la tutela de Justicia

De Gispert se comprometi¨® a llevar a estos chicos a Marruecos despu¨¦s de localizar a su familia, subvencionar sus estudios y encontrarles posteriormente un trabajo en Catalu?a para as¨ª concederles la residencia. E incluso a ayudar a la construcci¨®n de un centro de formaci¨®n profesional en Marruecos.

Pero ni por esas: Omar Azziman no ha querido responsabilizarse de unos ni?os que ya no viven en su pa¨ªs y que en muchas ocasiones se dedican al pillaje o consumen drogas. El ministro de Justicia marroqu¨ª tan s¨®lo se ha comprometido a estudiar el expediente de 10 de ellos, cinco con problemas de salud, tanto f¨ªsicos como ps¨ªquicos, y de otros cinco siempre que se tenga la seguridad de que su familia todav¨ªa reside en Marruecos. Despu¨¦s, se ver¨¢. De Gispert no pierde el optimismo y cree que en dos meses habr¨¢ una soluci¨®n. La Generalitat lleva casi un a?o intentando negociar con las autoridades marroqu¨ªes.

N¨²ria de Gispert ha contactado con una empresa marroqu¨ª instalada en T¨¢nger que colabora con una organizaci¨®n no gubernamental que acaba de construir un centro de rehabilitaci¨®n de 50 plazas. La consejera sugiere que parte de los ni?os de la calle procedentes de Barcelona podr¨ªan ingresar en este centro.

La problem¨¢tica de los ni?os de la calle se plante¨® en el oto?o de 1998 e inicialmente la Generalitat neg¨® la realidad. Meses despu¨¦s se empez¨® a elaborar una pol¨ªtica de actuaci¨®n consensuada con el Ayuntamiento de Barcelona, al que el Departamento de Justicia hab¨ªa solicitado que se implicase m¨¢s en un problema cuya competencia depend¨ªa de la Administraci¨®n auton¨®mica.

Como fruto de esa actuaci¨®n y de las cr¨ªticas recibidas desde varios sectores, entre ellos el S¨ªndic de Greuges, se logr¨® un pacto institucional que preve¨ªa el incremento de los servicios sociales y la apertura de un centro para atender a los j¨®venes. Pero la realidad demostr¨® que no era suficiente porque de los 370 o 380 ni?os que deambulan por las calles de Barcelona, entre 50 y 70, seg¨²n la ¨¦poca del a?o, rechazan cualquier ayuda que se les ofrece y prefieren vivir a la intemperie. Eso motiva que muchas veces acaben delinquiendo y, tras ser detenidos por la polic¨ªa, ingresen en un centro de la Generalitat.

Pero su estancia en esos centros oficiales dura muy pocas horas, porque se escapan enseguida y vuelven a la calle. Con la ley del menor que est¨¢ vigente en Catalu?a, la Generalitat no puede retenerlos en contra de su voluntad, por lo que el Gobierno catal¨¢n est¨¢ preparando una reforma para corregir esa situaci¨®n. Al margen de eso, Justicia ha firmado convenios de colaboraci¨®n con varias entidades privadas y ha impulsado iniciativas para que los menores que se resistan puedan regresar a su pa¨ªs. S¨®lo falta el apoyo de las autoridades de Marruecos.