Mendizorroza se inunda de goles
El ataque desaforado del Alav¨¦s igual¨® a la defensa a ultranza del Inter
Hay dos caminos para marcar tres goles en un partido: el ataque desaforado y la defensa a ultranza. S¨ª; aunque parezca mentira, en Mendizorroza dieron el mismo resultado. El Alav¨¦s y el Inter se enzarzaron en un partido alocado, que perdi¨® el rigor t¨¢ctico seg¨²n avanzaban los minutos y que termin¨® en tablas. Y, como no pod¨ªa ser de otra manera, con el equipo italiano como favorito de la eliminatoria.
El Inter tuvo siempre clara su f¨®rmula de juego. Fue a lo suyo. A defenderse, aunque el resultado pueda desdecirlo. La mente de sus futbolistas y de Marco Tardelli, su entrenador, les dec¨ªa eso, que de atacar nada. Que eso es un privilegio reservado a dos y esos dos s¨®lo pod¨ªan ser Vieri y Recoba, que para eso se ganan el sueldo. El Inter es un desperdicio de talento, con jugadores que en otros equipos eran figuras y han ca¨ªdo en Mil¨¢n en el destajismo. El problema es que muchos de ellos nunca han sabido defender y, por mucho que se empe?en, son un desastre. El Inter es un desastre en la defensa porque la acumulaci¨®n no hace la fuerza.
El Alav¨¦s puso la ilusi¨®n, el ¨ªmpetu y el ataque. Casi siempre desaforado y sin mirar al retrovisor, lo cual le dio todos los problemas del mundo. Les hab¨ªa dicho Man¨¦ a sus jugadores que se rieran de la historia, del acontecimiento, de todo. Y los futbolistas lo tomaron a rajatabla. Tanto, que se distrayeron. Perdieron el m¨ªnimo de t¨¢ctica que debe imperar en un partido y permitieron la locura. Al menos, si el Alav¨¦s se queda fuera de la Copa de la UEFA, su p¨²blico se quedar¨¢ con un recuerdo de una noche trepidante. Inolvidable.
Qui¨¦n pod¨ªa prever antes del descanso tal despilfarro. El Alav¨¦s sali¨® en tromba, s¨ª, pero nada comparado con lo que esperaba despu¨¦s del intermedio. Quien mejor lo transmiti¨® fue Contra, un lateral al que le gusta llegar a la raya de fondo contraria, un jugador explosivo con las consecuencias positivas y negativas que entra?a. El problema es que por su lado defensivo transitaba el hombre clave del Inter, Recoba, r¨¢pido, listo, con mucha visi¨®n del juego y goleador. El ¨²nico, junto a Vieri, al que Tardelli no le hab¨ªa marcado el metro cuadrado por donde deb¨ªa moverse. Por eso es el futbolista que m¨¢s dinero gana.
Sin embargo, fue el Alav¨¦s el que empez¨® la fiesta. Y, por supuesto, gracias a Javi Moreno. En el ¨²nico momento en el que le dej¨® moverse Simic, salt¨®, sac¨® la cabeza y marc¨® un gol en un saque de esquina. Pero fue un minuto de superioridad que ni siquiera tuvo tiempo de degustar. Porque de inmediato marc¨® Recoba y tuvo al Alav¨¦s a remolque el resto del partido.
El empate para el Inter era un bot¨ªn. Para el Alav¨¦s, un castigo, ya que, por mucho que el equipo vitoriano haya llegado hasta los octavos de final gracias a sus noches como visitante, no le conven¨ªa forzar su suerte en San Siro.
El partido entr¨® en una segunda parte loca. No de gran f¨²tbol, porque, pese a la inercia, el Inter no quiso pasar del centro del campo con m¨¢s de una terna de futbolistas. Recoba sigui¨® demostrando que, pese a jugar en el calcio, la historia de este deporte lo escriben los grandes futbolistas. ?l meti¨® el miedo en el cuerpo del Alav¨¦s y Vieri, casi tan atado como Javi Moreno, puso su sello en el 1-3.
Cuando todo parec¨ªa abocado a una eliminatoria ins¨ªpida, el partido se descabalg¨®. Lleg¨® el Alav¨¦s en tromba, sin mirar atr¨¢s, hasta empatar y comprobar que s¨ª, que aquello que le hab¨ªan asegurado acerca de la debilidad defensiva del Inter era cierto. Todo verdad. Tan verdad que a¨²n le queda una esperanza de otra noche para gozar en San Siro.
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