La Prospe estrena casa
La Comunidad cede un edificio a la Escuela Popular de Prosperidad, obligada por el Arzobispado a dejar su sede
La Prospe mantiene a salvo su proyecto, y adem¨¢s, en su barrio, Prosperidad. El Gobierno regional, del PP, ha cedido un antiguo centro de ense?anza de arte en Luis Cabrera, 19 (Chamart¨ªn) a la Escuela Popular de Adultos de Prosperidad, que deb¨ªa desalojar su sede hist¨®rica, en General Zabala, 10, tras ser reclamada ¨¦sta por su due?o, el Arzobispado de Madrid, por v¨ªa judicial.
Arzobispado y Escuela llevaban diez a?os de litigios por el uso del inmueble, que se saldaron en septiembre de 1999 con una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid favorable a la Iglesia. A partir de ah¨ª, La Prospe estaba obligada a dejar los locales de General Zabala, un antiguo colegio que comenz¨® a utilizar, a tiempo completo, en 1983, contando para ello con el benepl¨¢cito del entonces alcalde de Madrid, el socialista Enrique Tierno Galv¨¢n. El propio Consistorio pag¨® el alquiler hasta 1990, cuando el actual equipo de Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (PP) zanj¨® el convenio.
El Arzobispado quer¨ªa recuperar esta casa de mil metros cudrados para instalar en ella la Delegaci¨®n Diocesana de Misiones. Pero la Escuela se negaba a marcharse sin contar con otro local, porque eso supon¨ªa echar por la borda tres d¨¦cadas de educaci¨®n participativa basada en las teor¨ªas del pedagogo brasile?o Paulo Freire. Una tarea que ha sido premiada en dos ocasiones por el Ministerio de Educaci¨®n.
Tras la negativa de la Escuela a marcharse voluntariamente y quedarse en la calle, al Arzobispado s¨®lo le quedaba la alternativa de pedir la ejecuci¨®n del desalojo con apoyo policial. Algo que no hizo. La oferta de la Comunidad ha resuelto finalmente el problema, despu¨¦s de un a?o de conversaciones, desencuentros y protestas. El pasado 13 de enero, La Prospe devolvi¨® al Arzobispado las llaves del inmueble reclamado y estren¨® su nueva sede, un edificio de tres plantas con aulas, sal¨®n de actos y la antigua vivienda del conserje, por ahora sin utilizar. Amador S¨¢nchez, director general de Centros Docentes del Gobierno regional, explica que decidieron ceder este inmueble a la Escuela 'porque se vio necesario garantizar la continuidad de su proyecto, muy bien valorado socialmente y pionero en el campo de la educaci¨®n de adultos'.
'Los locales de la calle de Luis Cabrera se hab¨ªan quedado escasos para la escuela de artes, y vimos aconsejable su traslado al antiguo colegio Mar¨ªa Guerrero de plaza de Castilla, cerrado hace cinco a?os y propiedad del Ayuntamiento. La marcha de estos alumnos dejaba vac¨ªo un edificio que no sirve para una experiencia docente reglada, porque, entre otras cosas, carece de gimnasio, pero que nos parec¨ªa magn¨ªfico para la Escuela Popular; a ellos tambi¨¦n les gust¨® y se cerr¨® el acuerdo', a?ade S¨¢nchez. La Comunidad pint¨® y realiz¨® peque?as reformas 'de coste insignificante' en el edificio antes de entreg¨¢rselo a la Escuela.
El Arzobispado atribuye este final feliz 'al esfuerzo de las partes para llegar a la mejor soluci¨®n posible, con la eficaz colaboraci¨®n de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n'. Pero la lectura de las m¨¢s de 200 personas que participan en la Escuela es bien distinta. Para ellos, 'el Arzobispado no ha hecho ning¨²n esfuerzo y ha mantenido siempre una intransigencia numantina neg¨¢ndose a las propuestas de soluci¨®n'.
'El gran apoyo popular que recibimos en nuestras movilizaciones oblig¨® al Arzobispado a echarse atr¨¢s en su amenaza de desalojarnos sin m¨¢s, y oblig¨® a las instituciones p¨²blicas a moverse. Eso explica la sorprendente oferta de local por parte de la Comunidad, en junio de 2000, cuando poco antes hab¨ªa negado disponer de ning¨²n lugar en el barrio para seguir nuestra labor', recuerda la Escuela en un comunicado. Finalmente han logrado lo que quer¨ªan: un local donde autogestionarse en el barrio en el que llevan casi tres d¨¦cadas.
El Ejecutivo regional les ha cedido gratis el uso del edificio de Luis Cabrera durante cincuenta a?os, 'a condici¨®n de que mantengan su actividad de educaci¨®n de personas adultas y animaci¨®n sociocultural'. No pagan alquiler, ya que las actividades de la Escuela son gratuitas y nadie cobra por su labor, pero se encargan de los gastos de luz, agua y calefacci¨®n con las cuotas mensuales que abonan sus 200 socios -por ahora, de 500 pesetas-. La limpieza se realiza por turnos y las decisiones se toman en asamblea.
En su nueva sede, La Prospe mantiene su efervescencia habitual. Cada d¨ªa conviven en ella grupos de vecinos de avanzada edad que adquieren conocimientos b¨¢sicos (lectura, matem¨¢ticas, lenguaje), inmigrantes que reciben clases de espa?ol o los responsables de la biblioteca, que reorganizan sus m¨¢s de 4.000 vol¨²menes cedidos por particulares. Hay tambi¨¦n grupos de aprendizaje colectivo en los que personas interesadas en diversos temas (mujer, comunicaci¨®n popular, globalizaci¨®n, interculturalidad) se juntan para debatir, leer e investigar en com¨²n. En el local se re¨²nen grupos antimilitaristas, asociaciones de discapacitados y comunidades de vecinos.
'La Prospe resiste' era el lema de la escuela en estos a?os de pleitos. Ahora el reto no es evitar el desalojo, sino 'seguir llenando de vida' el nuevo local.
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