La trama final

El PP quiere hacer pagar caro al PSOE el patinazo que ha cometido con el llamado caso Centeno. La dimisi¨®n del diputado malague?o, el reconocimiento p¨²blico del error cometido, admitiendo que no todo vale en pol¨ªtica, y las disculpas que han ofrecido al vicepresidente primero del Parlamento, Mat¨ªas Conde, no resultan suficientes. Hay toda una trama y al frente de la misma no est¨¢ otro m¨¢s que el propio Manuel Chaves. ?sa es la conclusi¨®n final a la que ha llegado el secretario general del PP, Javier Arenas, quien no est¨¢ dispuesto a pasar p¨¢gina tan f¨¢cilmente. As¨ª que esta semana se sustanciar¨¢n varias iniciativas en la C¨¢mara en la b¨²squeda de nuevas responsabilidades.

Una ofensiva en toda regla que tiene como objetivo inmediato cobrar una nueva pieza en la persona de Jos¨¦ Caballos, el portavoz y presidente del grupo parlamentario socialista. Todo ello, sin descartar tampoco que en el saco caigan otros personajes que resultan muy propicios a buscarse un protagonismo a?adido que por s¨ª mismos son incapaces de alcanzar.

As¨ª que viviremos estos d¨ªas un alargamiento, por parte de los populares hasta donde puedan, de este lamentable asunto que ha atrapado a los socialistas en la misma din¨¢mica que hab¨ªan desatado ellos mismos, eso s¨ª, acuciados tambi¨¦n por una opini¨®n p¨²blica y publicada, que no se olvide esto, hab¨ªa demandado de los distintos partidos pol¨ªticos el r¨¢pido esclarecimiento de los hechos a pesar de desarrollarse los mismos, como dec¨ªa el presidente del Parlamento, Javier Torres Vela, en un ¨¢mbito privado, expresi¨®n que nadie ha llegado a entender.

Lo sucedido ha tenido adem¨¢s el efecto colateral de dar ox¨ªgeno a un PP en Andaluc¨ªa que atravesaba una situaci¨®n delicada al resurgir de nuevo las dudas sobre la capacidad de liderazgo de Te¨®fila Mart¨ªnez como presidenta regional. Tambi¨¦n ha supuesto la entrada en el juego pol¨ªtico el ejercicio de pedir disculpas, una figura intacta hasta ahora en Andaluc¨ªa. Ah¨ª est¨¢, sin ir m¨¢s lejos, lo ocurrido con el ex consejero de Obras P¨²blicas, Juan Jos¨¦ L¨®pez Martos. A pesar de demostrarse su inocencia en los tribunales por el caso Ollero, todav¨ªa est¨¢ esperando el ingeniero granadino que m¨¢s de uno le pida disculpas por lo que de ¨¦l se dijo en su d¨ªa al ser implicado en este asunto. Es un ejemplo tan s¨®lo, aunque el c¨²mulo de agravios es bien abultado.

Ahora son los socialistas andaluces los que se encuentran en un dif¨ªcil trance. La marcha de Centeno no cicatrizar¨¢ por s¨ª mismas todas las heridas. Si bien el cierre de filas ha sido evidente, no es de descartar que en las pr¨®ximas jornadas observemos nuevos signos de fractura interna. Aunque el cambio tranquilo que preconizan los nuevos dirigentes federales del partido obliga a otras formas de hacer pol¨ªtica, no es descartable que reaccionen al acoso que viene aplicando con intensidad el PP. Una presi¨®n que de no ser bien modulada puede acabar rozando el esperpento por su exageraci¨®n, tal y como ya comenzamos a ver.

No obstante, con la tormenta encima de sus cabezas, los socialistas se aprestan a iniciar el proceso negociador con el resto de fuerzas pol¨ªticas para redefinir el mapa de fusiones de las cajas de ahorros. En ese escenario se desarrollar¨¢n los consejos de administraci¨®n de las cajas de ahorros sevillanas con la incertidumbre sobre si van a poner en marcha o no la integraci¨®n de ambas entidades antes de la renovaci¨®n de sus ¨®rganos de gobierno.

El criterio ¨²ltimo expresado por el mismo Chaves es, como se sabe, primero renovaci¨®n y luego fusi¨®n. Un principio que tal vez quede hecho a?icos, como otros tantos, ante la pol¨ªtica de hechos consumados que se est¨¢n encontrando en el ¨¢mbito financiero andaluz.

S¨®lo cabe esperar que el panorama socioecon¨®mico se aclare algo m¨¢s si finalmente los trabajadores de Santana Motor dan el visto bueno al principio de acuerdo alcanzado con la Junta y si se desbloquea definitivamente las negociaciones con Marruecos para un nuevo tratado de pesca, tal y como parece que ocurrir¨¢ esta semana.