Antonio Mir¨® cede a la inspiraci¨®n inglesa

Empez¨® la jornada con Lemoniez, ya en solitario, con lanas frias en color crudo, un poncho de corte renovador o h¨¢biles combinaciones de negro con gris. Sus abrigos envolventes de aire art nuveau, con amplios cuellos, resultan elegantes, as¨ª como los cortes kimono y las sedas estampadas retro.

Despu¨¦s el desfile combinado cambi¨® de orden, fue Spastor, que escogi¨® a la joven Bos¨¦ para abrir boca. Spastor sabe lo que quiere con su uso del negro y el antracita, los pantalones acharolados ciertamente agresivos, pero atemperados por las blusas y los escotes en uve. Para el hombre, una serie gris nos llev¨® a un minimal sin frialdad.

Despu¨¦s, Angela Arregui se refugi¨® casi en exclusiva en el color pistacho, con algo de enganche al hippy-chic minifaldero, de ruedos asim¨¦tricos; lo m¨¢s destacable, un largo abrigo h¨²sar de hombre y la cazadora y gabardina corta en plastificado oro.

Prendas amables

El segundo desfile colectivo lo abri¨® Esteve-Sita Murt con un noble sentido de la manufactura y los materiales. El tul brodado con cuadros a lo Klee o con lana de mecha en estricta geometr¨ªa son muy acertadas bases para unas prendas amables y tiernas. Su hallazgo m¨¢s notable es una base de hebras de tiras de tul que se engarzan sobre el punto dando una sensaci¨®n esponjosa y leve a la prenda. No puede dejar de alabarse su cashmere en rosa o naranja as¨ª como la mezca con angora, con la que consigue una morbidez excepcional.

El dibujo de Sita Murt es muy aquietado y sin excesos, con algo de matem¨¢tico ajuste, por ejemplo, en ese hilo de lentejuela que va y viene sin azar sobre una calidez tonal que se refleja en la l¨ªnea.

Mar¨ªa Jos¨¦ Navarro tuvo su mejor momento en las series en negro, primero en tono conventual y mate, y despu¨¦s en raso y tafeta. Su trabajo es limpio, sin concesi¨®n y con algo de recogimiento. Nacho Ruiz recorri¨® tres d¨¦cadas de inspiraci¨®n, de los sesenta a los ochenta, y as¨ª sus prendas de punto con un brillo tramado de l¨²rex resultan insinuantes. El modista habla de constructivismo puro, y as¨ª a llega la piel grabada o a esa lana abierta como arpillera. Fue recibido desigualmente su estampado batick que recuerda someramente a la piel de vaca.

Joaquim Verd¨² arm¨® una colecci¨®n muy de gamas estudiadas en profundidad: verdes diferentes sobre verdes, o un punto de mohair muy refinado. El motivo de la pata de gallo o el cuadro est¨¢n presentes en variantes infinitas y acertadas, con detalles como el bordado de azabaches sobre mohair gris o el filo blanco bordado sobre negro, lo que crea una geometr¨ªa tan sobria como potente.

Cerr¨® Antonio Mir¨® con una colecci¨®n en el hombre de clara inspiraci¨®n inglesa. Lanas lavadas, trajes de fiesta en raso de brillo o terciopelo, jersey de polo con los cl¨¢sicos rombos. Los muchachos parec¨ªan salidos de una novela de Foster, elegantes, ciertamente melanc¨®licos y en una gama de horizonte natural: marrones y verdes en cuadros originales y exclusivos de su firma.

Para la mujer, Mir¨® usa el terciopelo, el raso, un sutil tul con hilo de lana, un cheviot como los de anta?o, pero con mucha fuerza. Las l¨ªneas son igualmente de sentido geom¨¦trico y con voluntad de anatomista. Una hermosa colecci¨®n que demuestra la coherencia y madurez de un maestro.