El sector textil se concentra en la confecci¨®n y dispersa su actividad por toda Espa?a
Contra pron¨®stico, el textil espa?ol se mantiene pujante. Exporta casi 900.000 millones de pesetas y da trabajo a 278.000 personas. Desde que Espa?a entr¨® en 1985 en la entonces Comunidad Europea, la producci¨®n textil ha crecido un 31,5%, al pasar de 1,9 billones de pesetas a 2,4. De esta cantidad, un 57% (1,4 billones) lo aporta ya la confecci¨®n, intensiva en mano de obra. Su peso en el conjunto del sector ha ganado cuatro puntos en s¨®lo cinco a?os, seg¨²n datos del Consejo Intertextil Espa?ol, la patronal del sector.
En los ¨²ltimos a?os, el sector crea empleo en zonas que nunca hab¨ªan despuntado en esta actividad. En Galicia trabajan en el sector 25.500 personas; en Castilla-La Mancha, 26.200; en Andaluc¨ªa, 21.700 (v¨¦ase gr¨¢fico).
Catalu?a y la Comunidad Valenciana siguen siendo las comunidades textiles por excelencia. Aunque su peso ha bajado, Catalu?a a¨²n representa el 42% de la facturaci¨®n textil espa?ola y el 36,3% del empleo. En Valencia, donde existe una industria potente y una creciente importancia de las fibras, trabajan en el sector 45.800 personas, el 16,3% del total. La expansi¨®n del grupo Sati en Valencia es una buena muestra de ello. Pero el sector se desparrama por todo el territorio espa?ol, con polos de producci¨®n en Madrid, Arag¨®n y Castilla y Le¨®n.
7.600 empresas
Las exportaciones han crecido un 500%, y las importaciones, un 2.000% desde el ingreso en la Comunidad Europea. Y, por el camino, el textil ha perdido m¨¢s de 100.000 puestos de trabajo (de 386.000 a 278.000 el a?o pasado), lo que supone una ca¨ªda del 28% y, en consecuencia, un fuerte aumento de la productividad de la mano de obra.
En medio del nuevo mapa del sector, que re¨²ne a 7.650 empresas -26 menos que hace un quinquenio-, resulta imposible pasar por alto el fen¨®meno de Inditex, hoy un grupo de distribuci¨®n de moda puntero, con casi 14.000 empleados y una facturaci¨®n en 1999 de cerca de 350.000 millones de pesetas, conocido sobre todo por sus cadenas de tiendas Zara y Massimo Dutti. La empresa emplea a 3.000 personas.
La evoluci¨®n de Inditex desde sus inicios, en los a?os sesenta, como peque?o grupo de fabricaci¨®n ejemplifica c¨®mo virar de estrategia para hacer crecer la compa?¨ªa, buscando la competitividad en el retail, pero apostando por la integraci¨®n vertical. Inditex sigue poniendo el ¨¦nfasis en la distribuci¨®n, algo que estuvo claro desde que abri¨® su primera tienda Zara, en 1975. Hoy produce el 50% y dise?a el 100% de lo que vende. La log¨ªstica de distribuci¨®n a sus 1.077 puntos de venta tambi¨¦n es propia.
Puigner¨® es otro ejemplo del viraje hacia la confecci¨®n y los acabados textiles, en detrimento de los hilados y tejidos. La empresa barcelonesa suspendi¨® pagos en noviembre pasado, con deudas de 24.400 millones de pesetas, y trata de remontar la crisis a base de reducir su tama?o y girar su cl¨¢sico negocio de hilado de algod¨®n hacia la confecci¨®n de productos para el hogar, el dise?o y los estampados. 'Queremos satisfacer las necesidades del mercado acerc¨¢ndonos al consumidor final. Y nos vamos a volcar en el cliente', dice Pere Punt¨ª, director general de Puigner¨®.
Los nuevos amos de la industria -Inditex, pero tambi¨¦n Punto Fa (Mango) o Cortefiel, tambi¨¦n basadas en la distribuci¨®n- desconocen el miedo proteccionista de sus antecesores los fabricantes de lana o de algod¨®n y se abren paso en los mercados asi¨¢ticos sin perder peso en Europa. Para ellos, la globalizaci¨®n ha dejado de ser un problema para convertirse en un acicate.
Las otras dos patas del textil, los hilados y los tejidos, son el textil cl¨¢sico y aportan un bill¨®n de pesetas con las fibras naturales. Con las fibras qu¨ªmicas completan el pastel, con 127.000 millones de pesetas.
El textil cl¨¢sico es, salvo excepciones, la cruz que resiste, tras haber ido cediendo terreno a las importaciones masivas de pa¨ªses menos desarrollados que producen a precios m¨¢s bajos. La competencia extranjera ha reducido los precios, sobre todo del algod¨®n, que supone el 50% del textil de cabecera, lo que ha puesto en dificultades a algunas empresas.
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