El problema de los puentes de K?nisberg
La ciudad de K?nisberg, antigua capital de Prusia Oriental, contaba con dos islas en el r¨ªo Pregel y siete puentes que las un¨ªan entre s¨ª y a las orillas. Los habitantes de esta ciudad estuvieron durante a?os intentando resolver un problema que se hizo famoso entre los matem¨¢ticos: ?c¨®mo encontrar una ruta que atravesara una vez y s¨®lo una vez cada uno de esos puentes?
Hoy no queda pr¨¢cticamente ning¨²n alem¨¢n en la ciudad donde Kant vivi¨® y desarroll¨® todo su pensamiento. K?nisberg se llama ahora Kaliningrado y es parte de Rusia, desde que se la incorpor¨® en 1945, como bot¨ªn de la II Guerra Mundial, y que tras la disoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica se ha quedado como parte de la Federaci¨®n rusa. ?Y ahora qu¨¦? Un simple vistazo al mapa muestra el inmenso problema que para los planes de ampliaci¨®n de la UE y de la OTAN plantea este enclave que linda con Polonia -ya en la Alianza Atl¨¢ntica- y con Lituania. Kaliningrado es la ¨²nica salida, pasando por Lituania a trav¨¦s de la cual tiene derecho de paso que ahora Vilna quiere revisar, que le queda a Rusia al B¨¢ltico, y ha ganado para Mosc¨² importancia estrat¨¦gica. All¨ª se ubica la flota rusa del B¨¢ltico.
En cierto modo el problema de Kaliningrado plantea, en miniatura, el m¨¢s general de c¨®mo integrar a Rusia en la nueva Europa, m¨¢s complejo que el de los puentes de K?nisberg. Kaliningrado es no s¨®lo un centro militar -donde los rusos niegan tajantemente haber instalado misiles nucleares-, sino tambi¨¦n un foco de poluci¨®n medioambiental que amenaza m¨¢s a la vecincidad que cualquier arma, un centro de mafias de contrabando y drogas y un lugar con elevadas tasas de sida y tuberculosis entre el mill¨®n de habitantes que viven en unas condiciones sanitarias lamentables. La UE, cuya Troika viaj¨® en los ¨²ltimos d¨ªas a Mosc¨² y a Kaliningrado, tiene ideas para salvar ese territorio, estableciendo con ¨¦l redes econ¨®micas y comerciales. Alemania tiene puesto un ojo all¨ª. Algunos hablan de convertir a Kaliningrado en un Hong Kong b¨¢ltico, en vez de una Guant¨¢namo rusa. Kaliningrado se puede convertir en la prueba del nueve para Putin en sus relaciones con la Uni¨®n Europea y con una OTAN cuya ampliaci¨®n levanta ampollas en Mosc¨².
Ya no son tiempos de la guerra fr¨ªa. Pero la situaci¨®n indica que la ampliaci¨®n de la UE ha de ir acompa?ada de una nueva pol¨ªtica hacia una Rusia, una prioridad de la actual presidencia comunitaria. Rusia para los americanos ha perdido importancia. No para los europeos. Par¨ªs y Berl¨ªn parecen competir para convertirse en interlocutores privilegiados de Mosc¨². El 21% del gas natural que utiliza la UE y el 10% del petr¨®leo viene de Rusia. En sentido inverso, el destino de un 40% del comercio exterior de Rusia es la UE, y Mosc¨² teme que esta situaci¨®n se vea afectada con la ampliaci¨®n de la Uni¨®n.
'No puede existir una Europa segura sin una Rusia segura', ha se?alado en Mosc¨² Javier Solana, m¨ªster Pesc. Recientemente, incluso el propio secretario general de la OTAN, lord Robertson, que ma?ana estar¨¢ en la capital rusa, no descartaba que un d¨ªa Rusia pueda entrar en la Alianza Atl¨¢ntica. En la UE, sin embargo, no est¨¢ previsto, lo que no quita para que est¨¦ elaborando una nueva estrategia de aproximaci¨®n a Rusia, una reflexi¨®n en la que participan diversos think tanks, como Centre for European Reform de Londres, de donde salen algunos de estos datos.
Por cierto que -los aficionados a las matem¨¢ticas ya lo sabr¨¢n- en 1736 el portentoso matem¨¢tico Euler resolvi¨® el problema de los puentes de K?nisberg: demostr¨® que no ten¨ªa soluci¨®n. El del encaje de Kaliningrado y el de los nuevos puentes de la UE con Rusia s¨ª pueden tenerla. Depende m¨¢s de los rusos que de la Uni¨®n Europea.
aortega@elpais.es
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