El largo 23-F
No fue una asonada. Fue una larga conspiraci¨®n que se prolong¨® durante muchos meses despu¨¦s de aquel 23 de febrero y algunos de sus efectos perduran hasta nuestros d¨ªas. Veinte a?os despu¨¦s del golpe se corre el peligro de que el clis¨¦ acabe por distorsionar los acontecimientos.
Las instant¨¢neas de Tejero, de los tanques en las calles de Valencia y del Rey por la tele fueron s¨®lo una secuencia de la larga pel¨ªcula. La trama civil del golpe no se toc¨® y la militar, m¨ªnimamente. Durante los 18 largos meses que siguieron al 23- F se vivi¨® en un clima de conspiraci¨®n golpista permanente en el que muchos ten¨ªamos la impresi¨®n de que se nos iba la democracia. La extrema derecha campaba por sus respetos. A Joan Fuster le pon¨ªan una bomba en su casa. Billy el ni?o, conocido torturador del franquismo conectado con la trama de la matanza de Atocha y con el terrorismo de Estado, recibi¨® una medalla al m¨¦rito policial. El mism¨ªsimo teniente general Jaime Milans del Bosch fue condecorado, mientras esperaba el juicio, con la medalla de sufrimientos por la patria. Su hijo el capit¨¢n Juan Milans del Bosch fue condenado a un mes de arresto cuando llam¨® 'cerdo e in¨²til' al Rey, mientras el mismo tribunal condenaba a otro militar a dos meses por decir que en el Ej¨¦rcito hab¨ªa ultras. Los tribunales ten¨ªan cuatrocientos procesos abiertos contra periodistas: Xavier Vinader tuvo que exiliarse tras ser condenado a siete a?os de c¨¢rcel y sufrir un atentado fallido; a Ricardo Cid Ca?averal lo llevaron esposado al juzgado en varias ocasiones y en otra lo metieron en Carabanchel; no se pod¨ªa decir que hab¨ªa jueces fascistas. Mientras, Tejero publicaba en ABC y algunos tenientes generales mostraban su comprensi¨®n hacia los golpistas de los cuales, aseguraban, que 'ten¨ªan buena intenci¨®n aunque equivocada'. El mismo 6 de diciembre de 1981, d¨ªa de la Constituci¨®n, cien oficiales y suboficiales del Ej¨¦rcito hacen p¨²blico un manifiesto contra la prensa en defensa de los golpistas.
A ese clima hay que a?adir un recrudecimiento del terrorismo de ETA y del GRAPO que retroalimenta el ruido de sables. Las ambiciones pol¨ªticas del teniente general Gonz¨¢lez del Yerro, capit¨¢n general de Canarias, se ciernen como una nueva amenaza. La debilidad democr¨¢tica se manifiesta en la aceptaci¨®n por el Gobierno de Calvo Sotelo de alguno de los supuestos justificativos del golpe como el llamado 'desmadre auton¨®mico'; de ah¨ª saldr¨ªa, con la anuencia del PSOE, la Ley Org¨¢nica de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico (LOAPA), que en 1983 ser¨ªa declarada anticonstitucional.
En cualquier caso, el efecto m¨¢s perdurable del 23-F fue, junto a la consolidaci¨®n de la Monarqu¨ªa, la entrada de Espa?a en la OTAN. Hoy a¨²n sabemos muy poco del papel jugado por la CIA, directamente o a trav¨¦s del CESID, durante las v¨ªsperas y el mismo d¨ªa del golpe, pero lo cierto es que en esos meses de conspiraci¨®n permanente que siguieron al 23-F, el Gobierno de Calvo Sotelo aceler¨® la entrada en la OTAN present¨¢ndola como voluntad del Ej¨¦rcito (pronunciamiento de la Junta de Jefes de Estado Mayor de septiembre) y a la vez como ant¨ªdoto ante nuevas intentonas golpistas. Adolfo Su¨¢rez y los historiadores tienen la palabra. Hemos cambiado de gendarmes, pero seguimos vigilados.
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