China encierra a cientos de adeptos de Falun Gong en hospitales psiqui¨¢tricos
La represi¨®n de las autoridades chinas contra miembros del movimiento espiritual Falun Gong ha atra¨ªdo la atenci¨®n internacional sobre la pr¨¢ctica de Pek¨ªn de encarcelar a los disidentes en hospitales psiqui¨¢tricos. En la campa?a gubernamental para desacreditar a ese grupo religioso, la prensa oficial ha sugerido que sus creyentes est¨¢n desequilibrados y necesitan tratamiento. Cientos de seguidores han sido internados y medicados a la fuerza, seg¨²n informan miembros del propio grupo y observadores de los derechos humanos.
Un nuevo informe ha avivado la alarma, pues documenta un rico historial de pr¨¢cticas psiqui¨¢tricas cuestionables destinadas a sofocar a los disidentes pol¨ªticos.
'Lo que de verdad sorprende es el fuerte incremento de los casos', se?ala Robin Munro, investigador brit¨¢nico que ha elaborado el informe. Munro apunta que este aumento se debe a los 18 meses de represi¨®n gubernamental sobre Falun Gong, culto que las autoridades chinas consideran peligroso. 'El modelo de patolog¨ªa mental se est¨¢ extendiendo a los religiosos inconformistas'. Y concluye que esto es un siniestro presagio ahora que China ha entrado en una era de r¨¢pido cambio social.
Imagen limpia
La nueva preocupaci¨®n por los abusos del Gobierno chino tiene lugar en un momento en el que el pa¨ªs trata de limpiar su imagen para poder convertirse en sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008. Funcionarios de la Administraci¨®n de EE UU ya han expresado su intenci¨®n de condenar este historial de abusos por parte de Pek¨ªn en la asamblea anual de la ONU.
Exceptuando la violenta d¨¦cada de la Revoluci¨®n Cultural de Mao, que termin¨® en 1976, China no ha sido relacionada con el sist¨¦matico abuso de la psiquiatr¨ªa que tuvo lugar en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, donde cientos de disidentes fueron falsamente diagnosticados como esquizofr¨¦nicos y encerrados. Pero con la represi¨®n del movimiento de Falung Gong, la preocupaci¨®n por el uso pol¨ªtico de la psiquiatr¨ªa est¨¢ aumentando.
Y fuera de esta secta, concentran la atenci¨®n internacional casos como el de Cao Maobing, trabajador de una empresa p¨²blica de tejidos que el a?o pasado protest¨® contra la corrupci¨®n y trat¨® de organizar a sus compa?eros en un sindicato independiente. Un d¨ªa despu¨¦s de que planteara sus quejas a la prensa extranjera, la polic¨ªa le llev¨® a un hospital psiqui¨¢trico donde fue medicado y sometido a terapia de electroshock, seg¨²n sus parientes y amigos. El director del hospital dice que un comit¨¦ de 17 expertos declar¨® que Cao sufr¨ªa de psicosis paranoide.
Munro afirma que los datos oficiales indicaban un descenso en la pr¨¢ctica de encarcelar disidentes pol¨ªticos en psiqui¨¢tricos durante la d¨¦cada de los noventa, antes de que Falun Gong fuera prohibido.
Ahora, dice, 'la nueva represi¨®n sobre este grupo suena como un timbre de alarma'. Munro llama la atenci¨®n sobre un sistema secreto y controlado por la polic¨ªa de 20 centros para dementes seg¨²n el derecho penal. Los cr¨ªticos dicen que estos hospitales son uno de los peores ejemplos de abuso policial, aunque no han sido usados generalmente con Falun Gong. M¨¦dicos y grupos de derechos humanos extranjeros han lanzado una campa?a para condenar los abusos psiqui¨¢tricos en China y forzar el acceso de especialistas for¨¢neos a los hospitales sospechosos.
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