El palo rom¨¢ntico del flamenco
El cantaor sevillano Diego Clavel re¨²ne en un disco 47 malague?as
Contaba el pasado mes de noviembre en M¨¢laga el maestro Jos¨¦ Luis Ortiz Nuevo, en un hermoso recital a trav¨¦s de la historia de uno de los palos de m¨¢s complejidad arm¨®nica del flamenco, c¨®mo all¨¢ por los a?os sesenta del siglo XIX el cante se fue deteniendo, dej¨¢ndose llevar por la melancol¨ªa, 'izando la bandera de las lamentaciones muy despacio para que la voz se entretuviera libre entre los fantasmas y las ducas negras'. Se?al¨® Ortiz a Enrique el Mellizo, un hombre que sufri¨® de amores lo suyo. Y le dio por cantarlos.
-Y pudo ser que esos padeceres alumbraran el camino de su malague?a, ¨ªntima y pat¨¦tica, dulcemente desesperada...
Eso dec¨ªa Jos¨¦ Luis Ortiz Nuevo entonces, delante de un auditorio asombrado que conoc¨ªa poco y mal ese cante que tiene gentilicio de su tierra. Y les puso a las gentes para que escucharan 12 ejemplos de malague?a mecidas a lo largo de los tiempos: remotos verdiales que a¨²n se cantan, las malague?as de la Trini, o de Concha la Pe?aranda, pasando por las de Juan Breva, Alb¨¦niz, El Canario y don Antonio Chac¨®n, el que m¨¢s alto la ha llevado nunca, seg¨²n el autor de Alegato contra la pureza.
Y detr¨¢s estaban las voces o guitarras de Carmen Linares, Morente, Bernardo el de Los Lobitos, Aurelio Sell¨¦, Pepe Romero o el mismo Chac¨®n. 'Afortunada por mor de su belleza; pat¨¦tica, sentimental, implorante, radical y sumisa, encari?¨¢ con esas voces al aire rogando misericordia', calificaba as¨ª Ortiz Nuevo, El Poeta, a cante tan de otros tiempos. Porque el hombre que llev¨® a lo m¨¢s alto la Bienal de Sevilla y que est¨¢ a punto de estrenar en horario de lujo en Canal Sur Televisi¨®n un programa de flamenco de formato inusual llamado Una llama viva, cree que 'como ha pasado con la sole¨¢ o la seguiriya, se ha cre¨ªdo que ya estaba todo dicho. Y se ha pensado que era un lenguaje que estaba agotado'.
Pero nada de eso. Como muestra un bot¨®n en forma de doble compacto que acaba de editar la discogr¨¢fica Antequera Records. La malague?a a trav¨¦s de los tiempos es un trabajo muy concienzudo de recuperaci¨®n, invenci¨®n y puesta en valor de este palo realizado por el cantaor de Puebla de Cazalla (Sevilla) Diego Clavel, que ha reunido 47 formas de malague?a, de las cuales tres son de su invenci¨®n como todas las letras. El disco le ha costado 'muchas noches en vela con caf¨¦ escuchando discos perd¨ªos de pizarra' y cierta incomprensi¨®n de algunos cr¨ªticos que no reconocen m¨¢s que 10 o 12 tipos de malague?as oficiales.
'Lo que m¨¢s me rebela es que da la impresi¨®n que lo que ha molestado en algunos sitios es que sea un sevillano el que haga este trabajo', admite Clavel desde sus 54 a?os. 'Si yo lo ¨²nico que quer¨ªa era recuperar un cante que se suele cantar poco y se est¨¢ perdiendo', se justifica este cantaor que es capaz tanto de admitir sus limitaciones -'la buler¨ªa corta yo no s¨¦ hacerla', dice- como reaccionar ante lo que le parece injusto. 'Es como esos cr¨ªticos que te tiran un d¨ªa en que sabes que lo has hecho bien dici¨¦ndote que est¨¢s fuera de comp¨¢s y no saben ni marcar el ritmo de unas alegr¨ªas', aclara.
En el disco, aparte de las indiscutibles (las de Mellizo, Chac¨®n, La Trini, Juan Breva o La Pe?aranda, que es la que m¨¢s le parte a Clavel), el cantaor sevillano ha a?adido otras menos conocidas como las del Calabazino, La Pitana, La Chilanga, Joaqu¨ªn Tabaco, El Personita, El Gallarito o Baldomero Pacheco. Asume que en algunos casos no ha hecho m¨¢s que atraer a malague?a cantes que aparec¨ªan bajo la forma ortodoxa del fandango, que al cabo comparte estructura musical con la malague?a. 'Yo lo que he hecho es detenerlos y, entonces, con los giros de la malague?a, dejan de ser fandangos para ser malague?as', dice el maestro Clavel.
El cantaor, que grab¨® en su d¨ªa un par de discos sobre poemas de Gerardo Diego, uno con recitado de Ortiz Nuevo en memoria del torero Manolete, recomienda a los oyentes que para escuchar este palo 'se encierren solos y a gusto frente a un gran ventanal y se dejen llevar por su tristeza'. Y asegura que tiene la vigencia de cualquier otro palo: 'los cantes no est¨¢n o dejan de estar de moda, lo que importa es que los cantaores se atrevan con ellos', sentencia.
Acostumbrado a llevar las pol¨¦micas flamenc¨®licas a un terreno donde pocos se atreven a chistarle, Jos¨¦ Luis Ortiz Nuevo valora trabajos como ¨¦ste. 'Realmente hay dos o tres formas diferenciadas de malague?a, el resto son cambios de unas cuantas notas. Pero eso carece de importancia. Sin dejar de reconocer que es un cante rom¨¢ntico del siglo XIX, que ahora no suele cantarse, su estructura admite variaciones para que cualquier m¨²sico pueda recrearla y contribuya a engrandecer esta familia muy numerosa y hermosa que es el repertorio flamenco'.
Y mientras habla El Poeta, suena de fondo la extra?a malague?a que en su ¨²ltimo disco en solitario el pianista Chano Dom¨ªnguez toca sobre la voz de Enrique Morente. Hay aficionados que se tiran de los pelos al escucharla. Pero hay muchos m¨¢s que, acaso por ignorancia, descubren una renovada manera de detener los mismos 'fantasmas y ducas negras' que hace 140 a?os atravesaron al Mellizo.
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