Muere Stanley Kramer, uno de los grandes productores de Hollywood

Para Steven Spielberg, 'Stanley Kramer es uno de nuestros grandes cineastas, no s¨®lo por el arte y la pasi¨®n que puso en la pantalla, sino por el impacto que ha tenido en la conciencia del mundo'. Kramer llevaba m¨¢s de 20 a?os alejado de las c¨¢maras, tras una carrera de altibajos en la que intercal¨® rachas de grandes ¨¦xitos con ¨¦pocas en las que no le sal¨ªa nada bien. 'He hecho una buena carrera en el cine, pero no tan buena como ambicionaba', escribi¨® en su autobiograf¨ªa, publicada hace cuatro a?os con el t¨ªtulo de unos de sus filmes de ¨¦xito, El mundo est¨¢ loco, loco, loco. 'Mis pel¨ªculas nunca fueron lo suficientemente buenas para acercarse a ese sue?o'.

De El mundo est¨¢ loco... dijo el director que le hab¨ªa proporcionado la m¨¢s feliz experiencia cinematogr¨¢fica de su vida. Fue un homenaje de m¨¢s de tres horas a la comedia cl¨¢sica, que se alej¨® moment¨¢neamente de los temas duros o serios, en cierta medida a la europea, que movieron su carrera. El racismo, los cr¨ªmenes de guerra, la amenaza nuclear, el ostracismo social, la cerraz¨®n intelectual... fueron abordados por Kramer en los a?os cincuenta y sesenta. 'Defendi¨® cosas que nadie defend¨ªa en aquellos tiempos', ha dicho ahora su viuda, Karen Sharpe. 'Lo que defin¨ªa a Stanley Kramer como hombre, padre y cineasta es la frase de Vencedores o vencidos. Juicio en N¨²remberg en la que se dice: 'Que se sepa qu¨¦ estamos defendiendo: la verdad, la justicia y el valor de un solo ser humano'.

Solo ante el peligro, Adivina qui¨¦n viene a cenar esta noche y El mundo est¨¢ loco... son tres pel¨ªculas de Kramer que el Instituto del Cine Americano coloc¨® en la lista de las 100 mejores de la historia.

Kramer, hijo de emigrantes nacido en un barrio pobre de Nueva York, que comenz¨® su carrera en los a?os de la Gran Depresi¨®n, se sinti¨® muy influido por el New Deal de Fraklin D. Roosevelt. 'No hay nada que tuviera tanta influencia como aquello en lo que pienso: mi actitud con respecto a los negros, la libertad de los profesores, la culpa y el prejuicio sectario', declar¨® en 1985. 'Nunca me convert¨ª en una especie de predicador, pero intent¨¦ poner esas ideas en mis pel¨ªculas'. Esa militancia intelectual le gan¨® la etiqueta de cine de mensaje, poco positiva en Hollywood. A ¨¦l no le gustaba. 'No tengo mensajes', dijo. 'Tengo provocaciones, ideas, dudas, retos y cuestiones que plantear'.

No pudo escapar a ese modo de ser, cr¨ªtico con el sistema, hasta contratar para sus pel¨ªculas a guionistas de la lista negra como Ned Young, que gan¨® un Oscar por Fugitivos. Kramer coment¨® en su d¨ªa: 'Intent¨¦ hacer pel¨ªculas que duraran sobre asuntos que no iban a desaparecer'.