La primera posibilidad de alternancia
Los sondeos apuntan a que por vez primera en Euskadi el PP y el PSE con la ayuda de UA pueden acabar con 20 a?os de Gobierno del PNV
Las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas vascas tendr¨¢n que dilucidar si son certeras las tendencias y sondeos que hacen casi imposible la mayor¨ªa absoluta de PNV y EA, y probable la de los partidos autonomistas, PSE, PP y UA. Una batalla en la con el voto de apenas un 2% de electores puede cambiar el panorama. El voto de unos 65.000 j¨®venes que se incorporan al censo puede resultar clave, tanto como la evoluci¨®n de la abstenci¨®n en las filas socialistas o el destino final de los votos perif¨¦ricos de EH disconformes con la vuelta de ETA a los asesinatos.
?lava ser¨¢ la provincia que haga ganar a unos u otros despu¨¦s de un 'combate pol¨ªtico' -t¨¦rmino acu?ado por Xabier Arzalluz- en el que tanto el PNV como populares y socialistas saben que est¨¢ en juego, por vez primera en Euskadi, la alternancia en el Gobierno.
'Una de las claves en ?lava es la abstenci¨®n del PSE y el voto juvenil', se?ala el soci¨®logo Paco Llera
La batalla electoral que se avecina tiene todos los mimbres para convertirse en muy dura. Unos y otros, con sus alianzas estrat¨¦gicas, se juegan, m¨¢s que nunca, el Gobierno o la oposici¨®n, sobre todo despu¨¦s de que ning¨²n partido est¨¦ en disposici¨®n de conseguir el suficiente apoyo como para gobernar en solitario. Una disputa electoral extremadamente dura en la que ser¨¢n decisivos los peque?os detalles, cualquier bolsa de votos potenciales, ya que un 2% o un 3% puede convertir un gobierno en estable, es decir con mayor¨ªa absoluta, o darle la mayor¨ªa minoritaria, suficiente para gobernar, pero a expensas de lo que puedan hacer sus oponentes en el Parlamento.
Los sondeos de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y del Gobierno vasco establecen que la horquilla de resultados para PNV-EA oscila entre 27 y 29 esca?os, que podr¨ªan ser 32 con la hipot¨¦tica aportaci¨®n de IU, que subir¨ªa de dos a tres, al bajar del 5% al 3% los votos necesarios para conseguir esca?o. Para los partidos autonomistas, PSE, PP y UA, la horquilla va de los 33 a los 39 esca?os. En el Parlamento vasco, 38 votos dan la mayor¨ªa absoluta ya que la c¨¢mara est¨¢ formada por 75 diputados. PNV y EA han gobernando con 27 votos desde que los 16 diputados de EH abandonaron la C¨¢mara en septiembre del pasado a?o.
La clave de ?lava
?lava es la provincia con menos poblaci¨®n de las tres vascas, pero aporta el mismo n¨²mero de diputados, 25, lo que convierte a sus vecinos en especialmente valiosos, en t¨¦rminos de c¨®mputo electoral. En 1986 el PSE gan¨® en ?lava, y de refil¨®n las elecciones auton¨®micas al obtener m¨¢s esca?os que el PNV pero menos votos. Esa peculiaridad la convierte en una plaza en la que cada voto es especialmente disputado, tambi¨¦n para el PP, que en 1998 obtuvo siete de sus 16 esca?os en esta provincia.
Los sondeos auguran que puede subir hasta cuatro m¨¢s, y conseguir en la capital de Euskadi la mitad de su bot¨ªn en toda la comunidad.
En ?lava, el 86% de la poblaci¨®n y de los votos est¨¢n concentrados en Vitoria, donde el PP ya gobierna en el Ayuntamiento y en la Diputaci¨®n. Quiz¨¢s por eso, en ?lava cobra mayor importancia la incorporaci¨®n de los j¨®venes y la abstenci¨®n del partido socialista, ya que una menor aportaci¨®n cuantitativa genera mayores r¨¦ditos electorales.
El ejemplo de Vitoria es extrapolable al resto de grandes ciudades vascas. Es decir, los sondeos y la tradici¨®n de las ¨²ltimas elecciones vienen a decir que el voto en grandes urbes beneficia al PP y al PSE.
Paco Llera, profesor de sociolog¨ªa de la UPV y responsable del Euskobar¨®metro, uno de los sondeos m¨¢s prestigiosos del Pa¨ªs Vasco, explica que las nueve grandes ciudades del Pa¨ªs Vasco, es decir las tres capitales, las cinco ciudades de la M¨¢rgen Izquierda, e Ir¨²n, -el 55% de la poblaci¨®n- tienen un voto mayoritariamente autonomista. 'Una idea clave es que la Asamblea de Electos, Udalbiltza agrupa a concejales nacionalistas mayoritariamente de pueblos menores de 9.000 habitantes, pero que solo representan al 16% de la poblaci¨®n vasca', explica.
De confirmarse esas tendencias reflejadas en los sondeos los peque?os detalles se van a convertir en decisivos. Por ejemplo el comportamiento de los 65.000 nuevos electores que se incorporan al censo se presenta como una bolsa trascendental. Apenas si representa un 4%, pero en una peque?a comunidad como la vasca ese n¨²mero puede ser definitivo.
Varios soci¨®logos coinciden en que en los ¨²ltimos cuatro a?os se ha roto la curva que atribu¨ªa a los nuevos electores un car¨¢cter abstencionista y adem¨¢s autonomistas. 'Hasta ahora los votos de los j¨®venes iban casi directamente a la bolsa de la abstenci¨®n', pero los estudios confirman que esa tendencia se ha invertido. 'Es un peque?o detalle pero puede acabar resultando trascendental. Lo cierto es que son menos abstencionistas y m¨¢s autonomistas, con lo cual ese sector puede ayudar a darle un vuelco a la situaci¨®n pol¨ªtica', explica Llera.
Como en todas las elecciones, una de las claves puede estar en saber gestionar la bolsa de la abstenci¨®n. Hasta 1998, la opini¨®n m¨¢s generalizada era que la abstenci¨®n era voto de izquierdas que se perd¨ªa. Sin embargo, en ese a?o bajo la abstenci¨®n por debajo del 30% al darse la participaci¨®n m¨¢s elevada en los comicios auton¨®micos y benefici¨® fundamentalmente al PNV, que consigui¨® 45.000 votos m¨¢s que en 1994. No obstante, el componente principal sigue siendo de izquierdas, como lo demuestra el hecho de que en las zonas en las que ganan los socialistas, como en la Margen Izquierda, el porcentaje de abstenci¨®n siempre es menor que la media vasca.
Fuentes del PSE explicaron ayer que efectivamente una de las claves es saber movilizar a ese electorado pasivo que decide ausentarse de los comicios. Las tendencias que dibujan los sondeos electorales hechos p¨²blicos hasta el momento, auguran una progresiva recuperaci¨®n del PSE, frente al estancamiento del PNV. Podr¨ªan obtener entre 12 y 16 esca?os, frente a los 14 que tienen en este momento. Una de las ventajas de los socialistas es que su voto es el m¨¢s homog¨¦neamente repartido por la comunidad vasca. En 1998 consiguieron cinco en ?lava, cuatro en Guip¨²zcoa y cinco en Vizcaya. Un reparto que con tendencia al alza y movilizando a la abstenci¨®n podr¨ªa hacerles subir lo suficiciente como para que una alianza con el PP y UA haga factible la mayor¨ªa absoluta y por tanto difuminar el fantasma de una moci¨®n de censura. Si PP y PSE con UA disponen de mayor¨ªa pero no absoluta, estar¨ªan a expensas de una alianza de oposici¨®n entre el PNV, EA y EH, cuya suma s¨ª alcanzar¨ªa la mayor¨ªa suficicnte para censurar a un lehendakari no nacionalista.
EH y sus votos
HB gan¨® 57.000 votos en 1998 respecto a las anteriores auton¨®micas. Eso se tradujo en los 14 esca?os que consigui¨® EH en plena tregua de ETA, cuatro m¨¢s que en los anteriores comicios, y que se sumaron al optimismo de la paz.
Pero de la misma manera que algunos de sus concejales han ido abandonando el barco desencantados por la vuelta a los asesinatos y a la crueldad de los terroristas, es previsible que esos cuatro esca?os vuelvan a la abstenci¨®n. 'No creo que vayan a parar a manos ni del PNV ni de EA, al menos de forma tan clara', explica Paco Llera, 'posiblemente en un primer momento se van a quedar a la espera de otros tiempos, aunque quiz¨¢s el nacionalismo antes moderado, pueda captar alg¨²n porcentaje de esos votos desencantados. Los sondeos aventuran una tendencia a la baja de entre dos y cuatro esca?os. En los estudios no se aprecia un flujo claro hacia el nacionalismo, sino hacia la abstenci¨®n'.
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