Vacas f¨®siles y vacas locas
Una de las mayores alegr¨ªas que me he llevado en los ¨²ltimos tiempos es el ¨¦xito que han obtenido dos cient¨ªficos espa?oles empleando una t¨¦cnica para determinar si las vacas han consumido o no prote¨ªnas animales. Vaya por delante mi felicitaci¨®n por tan brillante idea. Pero lo que me llena de gozo es que hayan aplicado al problema una t¨¦cnica que se utiliza desde hace tiempo en paleontolog¨ªa: el an¨¢lisis de los is¨®topos estables de algunos elementos qu¨ªmicos.
Los is¨®topos radiactivos tambi¨¦n se utilizan en los yacimientos, pero con el prop¨®sito de datar los f¨®siles. En cambio, los is¨®topos estables permiten reconstruir las cadenas tr¨®ficas, o sea, los flujos de materia en los ecosistemas; en otras palabras, qui¨¦n se come a qui¨¦n. Uno de los problemas que se han abordado con este m¨¦todo es el de la alimentaci¨®n de los primeros hom¨ªnidos, los australopitecos, que viv¨ªan en ?frica. Para saber cu¨¢l era su ambiente se recurre al an¨¢lisis de las proporciones entre is¨®topos estables del carbono, porque las frutas y hojas del bosque son m¨¢s pobres en uno de ellos que las gram¨ªneas del pasto, y tambi¨¦n son m¨¢s pobres en ese is¨®topo los huesos de los ungulados que ramonean que de los que se alimentan de gram¨ªneas. As¨ª se ha confirmado la teor¨ªa, basada inicialmente en los f¨®siles de los animales y las plantas que aparecen asociados con los australopitecos en los yacimientos, de que aquellos primitivos hom¨ªnidos no hab¨ªan a¨²n abandonado por completo la selva y segu¨ªan aliment¨¢ndose de frutas.
En Europa tambi¨¦n se utilizan los is¨®topos estables en paleoecolog¨ªa. Nosotros lo hacemos en Atapuerca con nuestro socio James Bischoff, un famoso geocron¨®logo del Servicio Geol¨®gico de los Estados Unidos, que participa en la dataci¨®n de los yacimientos desde hace muchos a?os. De momento Bischoff est¨¢ analizando los is¨®topos del carbono y del nitr¨®geno en osos de hace 300.000 a?os encontrados, junto con los f¨®siles humanos, en el yacimiento de la Sima de los Huesos. Estos osos son los antepasados de los gigantescos osos de las cavernas, de los que se sospechaba que no eran muy carn¨ªvoros. Y, en efecto, el an¨¢lisis de los is¨®topos estables demostr¨® en otros yacimientos que consum¨ªan pocos productos animales. Los osos de la Sima, en cambio, parecen bastante m¨¢s carn¨ªvoros.
Dada la gran antig¨¹edad de los f¨®siles los resultados son muy esperanzadores. Y alguna vez le tocar¨¢ a los humanos someterse a este test. Pero m¨¢s all¨¢ del inter¨¦s de la paleodieta animal y humana, la noticia del test desarrollado por estos dos colegas del CSIC (utilizando is¨®topos del nitr¨®geno como nosotros) para las vacas actuales, que no para las f¨®siles, es una gran noticia para todos los que nos dedicamos a las tan maltratadas ciencias b¨¢sicas, consideradas un mero lujo cultural.
Muchas veces se ha insistido en que Ciencia, como madre, s¨®lo hay una, y se escribe con may¨²scula. Todos los premios Nobel recalcan que sin ciencia b¨¢sica no hay aplicaciones ni desarrollo tecnol¨®gico. Pero no siempre se encuentra una forma tan rotunda de demostrarlo como en esta ocasi¨®n, en la que el estudio de las vacas f¨®siles sirve para salvar vidas humanas. Ni a prop¨®sito pod¨ªa haber imaginado un ejemplo mejor que ¨¦ste.
Juan Luis Arsuaga es codirector del proyecto de investigaci¨®n de Atapuerca y profesor del departamento de Paleontolog¨ªa de la Facultad de Ciencias Geol¨®gicas de la Universidad Complutense de Madrid.
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