La rebeli¨®n del 23-F prescribe hoy como delito y deja de ser perseguible por la justicia

Seg¨²n el vigente C¨®digo Penal, los delitos castigados con penas de 15 a?os o m¨¢s de c¨¢rcel, como el de rebeli¨®n, prescriben a los 20 a?os de haberse cometido, siempre que no se haya iniciado procedimiento contra el presunto culpable. Eso quiere decir que si ma?ana saliera a la luz el llamado elefante blanco, el supuesto cabecilla del mayor ataque perpetrado hasta ahora contra la democracia espa?ola, ning¨²n juez podr¨ªa acusarle.

Esta circunstancia, aunque meramente te¨®rica, pues el caso qued¨® cerrado con la sentencia dictada el 28 de abril de 1983 por el Tribunal Supremo, supone el definitivo carpetazo judicial a la intentona golpista en la que el ex teniente coronel Tejero tom¨® como rehenes a los diputados en el Congreso la noche de aquel 23 de febrero.

El 20 aniversario del 23-F ha servido de pretexto para la publicaci¨®n de media docena de libros sobre ese frustrado golpe. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s novedoso no haya sido un texto, sino un documental: el realizado por los periodistas Andreu Farr¨¤s y Uri Garc¨ªa para el programa 30 minutos de la televisi¨®n p¨²blica catalana TV-3.

En dicho programa, por vez primera, se autoinculpa uno de los militares implicados en el 23-F. Se trata del general de brigada Carlos Alvarado Largo, que fue jefe del Estado Mayor de la Divisi¨®n Acorazada en la ¨¦poca en que la mandaba Milans. Alvarado reconoce ante la c¨¢mara que ¨¦l asisti¨® a la reuni¨®n celebrada el 18 de enero de 1981 en el n¨²mero 15 de la calle General Cabrera en Madrid, domicilio del teniente coronel Pedro Mas Oliver. Fue en esta reuni¨®n en la que Tejero expuso su plan para asaltar el Congreso de los Diputados y Milans su prop¨®sito de sacar los tanques a la calle en Valencia. ?Y por qu¨¦ no fue procesado Alvarado?, le preguntan los periodistas. 'Porque nadie me delat¨®', confiesa el general.

Abogados golpistas

El ahora golpista confeso no se sent¨® en el banquillo en el juicio de Campamento. O mejor dicho, s¨ª se sent¨®, pero no en el de los acusados, sino en el de los abogados, pues actu¨® como codefensor militar del comandante Ricardo Pardo Zancada.

Alvarado no fue el ¨²nico asistente a esa reuni¨®n de conspiradores que logr¨® eludir la acci¨®n de la Justicia. Tambi¨¦n estuvieron all¨ª, seg¨²n ¨¦l mismo confirma, el general de brigada Francisco Due?as Gavil¨¢n, que fue director general de Seguridad en la ¨²ltima etapa del franquismo, y el teniente general Carlos Iniesta Cano, director de la Guardia Civil cuando se produjo el atentado contra el almirante Luis Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973, en la madrile?a calle Claudio Coello, esquina con Maldonado.

El teniente general Carlos Iniesta Cano, al contrario que los dos anteriores, no estaba en activo cuando conspir¨® contra la democracia, pues hab¨ªa pasado a la reserva tres a?os antes.

Al igual que Alvarado, el general Due?as particip¨® en el juicio del 23-F como defensor militar del capit¨¢n Pascual G¨¢lvez, lo que confirma la sospecha de que muchos de los abogados de los golpistas no asumieron este papel por mera afinidad ideol¨®gica, sino por coherencia con su implicaci¨®n en la conjura o para garantizarse el silencio de sus compa?eros.

En el juicio s¨®lo se cit¨® a Milans, Tejero, Torres Rojas, Mas Oliver y Juan Garc¨ªa Carr¨¦s como asistentes a la reuni¨®n golpista del 18 de enero en la calle del General Cabrera.

El Cesid

El Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa (Cesid) sali¨® al paso ayer de algunas informaciones que han implicado a ese organismo en ese intento de golpe para precisar que aquellos acontecimientos fueron 'depurados, definidos y castigados' tras una larga investigaci¨®n. El director del Centro, Javier Calder¨®n, anunci¨® que se reserva la posibilidad de emprender acciones legales contra algunas informaciones que le implican en esa intentona. Portavoces de IU, PNV y Coalici¨®n Canaria en el Congreso decidieron ayer rechazar la invitaci¨®n de Calder¨®n a visitar el Cesid el pr¨®ximo 28 de febrero hasta que se aclaren esas denuncias.