Colegas de barrio
Rondando ya las 70.000 copias vendidas de su ¨²ltimo elep¨¦ Correos, los bilba¨ªnos Platero y T¨² celebran su ¨¦xito basado en el trabajo y en las miles de plazas conquistadas con sus conciertos en el mejor de los ambientes posibles: en directo y ante las legiones de seguidores que esperan al grupo en todas las zonas de Espa?a.
En Madrid el grupo realiz¨® la machada -Mago de Oz tambi¨¦n lo consigui¨® hace menos de un mes- de llenar tres d¨ªas consecutivos un aforo de alrededor de 2.000 personas con admiradores ¨¢vidos de un rock directo, con dejes urbanos de hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, pero con pegada, y el gusto por el lenguaje sencillo de la calle. El rock de Platero y T¨² goza m¨¢s de la promoci¨®n del boca a boca de los entendidos en el g¨¦nero y de sus revistas especializadas -de poca tirada- que de la de los canales habituales m¨¢s masivos. Por eso resulta a¨²n m¨¢s meritorio, si cabe, arrastrar a 6.000 espectadores a la taquilla a fin de mes, sin tener que apelar a las grandes cadenas de radio o televisi¨®n, ni a grandes reportajes en prensa.
Platero y t¨²
Platero y T¨²: Adolfo Fito Cabrales (guitarras, voz), I?aki Uoho Ant¨®n (guitarra), Juantxu Mongol Olano (bajo) y Jes¨²s Magila Garc¨ªa (bater¨ªa). Sala La Riviera. 2.000 y 2.500 pesetas. Madrid, viernes 23, s¨¢bado 24 y domingo 25 de febrero.
Fito y sus tres compadres no arrancaron muy bien con el sonido, que disparat¨® el tema Somos Los Platero (pa' lo bueno y pa' lo malo) con acoples y una indefinici¨®n general que hac¨ªa temerse lo peor. Pero, tras cruzar algunas palabras con los t¨¦cnicos, la cosa comenz¨® a mejor y la banda no tard¨® en ponerse a la altura esperada. A partir del tercer tema el sonido tom¨® la altura debida y la banda exhibi¨® su rango de veteranos en el dominio del escenario. La conexi¨®n con el p¨²blico ya era total y, pese a la sobriedad del escenario, ocupado ¨²nicamente por los instrumentos, y a un juego de luces francamente poco espectacular, el concierto se condujo por unos par¨¢metros de euforia que pod¨ªan medirse con la ovaci¨®n que atronaba el riff inicial de cada canci¨®n, con lo que el respetable daba a entender que conoc¨ªa y celebraba cada tema. Pod¨ªa decirse que, pr¨¢cticamente, el grupo estaba jugando en casa y de esta manera es dif¨ªcil que la cosa decaiga.
Pero es que, adem¨¢s, los Platero y T¨² pueden ofrecer en directo suficientes argumentos musicales como para encandilar al oyente, por muy profano o cerrado que ¨¦ste sea a las m¨²sicas modernas.
Platero y T¨² presentaban en vivo en la capital las canciones de su exitoso Correos, pero no desperdiciaron la oportunidad de llenar el ambiente con la electricidad de viejos temas que los asistentes se encargaron de corear con entrega absoluta: Un ABC Sin Letras, Maraba y Mari Magdalenas. El concierto fue intenso y el buen rollo entre los asistentes generalizado. Hab¨ªa varias pancartas y varios de ellos parec¨ªan haberse desplazado desde fuera de la ciudad para contemplar y escuchar a su grupo favorito.
Los interesantes solos de guitarra a d¨²o entre Fito y Uoho, la contundencia de la base r¨ªtmica y unos arreglos musicales con sabor a calle, a colegas del barrio y a botell¨ªn de cerveza, son las armas de un grupo que, junto a Rosendo, Burning o Ramonc¨ªn representan una manera muy concreta de entender el rock and roll en Espa?a. Una forma de tocarlo que cada vez va siendo m¨¢s aut¨®ctona; que, pese a que las modas no juegan a su favor y la situaci¨®n real lo relega a sue?o rom¨¢ntico de juventud humilde y sana de gustos musicales un tanto anticuados, sigue teniendo su raz¨®n de existir a causa de m¨²sicos que persisten en seguir toc¨¢ndolo con fe y, sobre todo, por un p¨²blico receptivo a concepciones en¨¦rgicas y llanas del rock.
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