La marcha zapatista arranca con cr¨ªticas a Fox
El env¨ªo al Congreso del proyecto de ley sobre derechos y culturas ind¨ªgenas aparcado desde 1996, un repliegue parcial de las tropas acantonadas en Chiapas, y la excarcelaci¨®n de 40 presos zapatistas fueron las primeras medidas adoptadas por Fox, y secundadas por el nuevo gobernador de Chiapas, el independiente Pablo Salazar. Fueron adoptadas pocos d¨ªas despu¨¦s de la investidura, el pasado primero de diciembre, del empresario que derrot¨® al Partido Revolucionario Institucional (PRI) el 2 de julio de 2000, hasta entonces la bestia negra del zapatismo.
Las presiones del empresariado y el Ej¨¦rcito, y lo que el Ejecutivo consider¨® una falta de respuesta del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) a esas iniciativas de distensi¨®n, condujeron a una interrupci¨®n del repliegue militar y de la liberaci¨®n de presos. Marcos y 23 comandantes, y otras tres columnas, saldr¨¢n de los Altos de Chiapas y confluir¨¢n en San Crist¨®bal de las Casas, una de las cuatro cabeceras tomadas por el EZLN el primero de enero de 1994, fecha en que naci¨® la ¨²ltima guerrilla del siglo XX, m¨¢s pol¨ªtica que armada.
La capacidad de movilizaci¨®n de la caravana determinar¨¢ en buena medida el rumbo de las negociaciones de paz y los debates del Congreso sobre el proyecto de ley que resumi¨® los Acuerdos de San Andr¨¦s. Esos acuerdos quedaron firmados en febrero de 1996 por delegados del Gobierno de Ernesto Zedillo (1994-diciembre de 2000) y del EZLN.
El Ejecutivo rechaz¨® su traducci¨®n en la iniciativa de ley redactada por la Comisi¨®n de Concordia y Pacificaci¨®n (Cocopa), integrada por las principales fuerzas parlamentarias de M¨¦xico, y concluy¨® al di¨¢logo, que Fox quiso retomar a partir del pasado 3 de diciembre, d¨ªa en que entreg¨® al Congreso aquel proyecto.
La colisi¨®n entre el Gobierno y el CICR, por una parte, y el EZLN, por otra, despu¨¦s de que Marcos pidiera la escolta del organismo humanitario, ha llevado al ¨²ltimo encontronazo. Desde Ginebra, el CICR neg¨® las acusaciones de Marcos en el sentido de que la instituci¨®n se hab¨ªa plegado a las presiones del ?Gobierno para que no acompa?ara la marcha. Por su parte, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores, Jorge Casta?eda, a quien el jefe rebelde atribuye las principales culpas del retroceso, neg¨® categ¨®ricamente haber sido el autor del mensaje que Marcos le atribuye; esto es, que si los zapatistas quer¨ªan una guerra de mentiras, tendr¨ªan una paz de mentiras.
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