'SE GESTA UNA LUCHA DE TODOS CONTRA TODOS'

La fil¨®sofa y analista pol¨ªtica Susan George presenta esta semana en Espa?a su nuevo libro, 'El Informe Lugano. Sobre la conservaci¨®n del capitalismo en el siglo XXI', publicado por Intermon, en el que novela sus teor¨ªas sobre la globalizaci¨®n y el poder de los mercados y critica la crueldad de la derecha y los dogmas de la izquierda.

'Si se deja que el sistema se embale, cada vez excluir¨¢ m¨¢s, destruir¨¢ m¨¢s y crear¨¢ m¨¢s desequilibrios'

Las cat¨¢strofes cotidianas no son nada en comparaci¨®n con lo que puede venir, seg¨²n Susan George, fil¨®sofa, analista pol¨ªtica y experta en globalizaci¨®n, presidenta del Observatorio de la Mundializaci¨®n, de Par¨ªs, y directora asociada del Instituto Transnacional, de Amsterdam. Un accidente global, por ejemplo, que empezara con un crack financiero tendr¨ªa consecuencias inimaginables. Pero eso no es lo peor.

Seg¨²n esta mujer, de 66 a?os, con tres hijos y cuatro nietos, una verdadera observadora del contraste entre poder y miseria, 'se est¨¢ gestando una lucha de todos contra todos. Nuestro sistema econ¨®mico actual es una m¨¢quina universal para arrasar el medio ambiente y para producir millones de perdedores con los que nadie tiene la m¨¢s m¨ªnima idea de qu¨¦ hacer. El crecimiento econ¨®mico tiene l¨ªmites y el neoliberalismo no puede acoger a los 7.000 millones de personas que se esperan en el a?o 2020'.

Su diagn¨®stico es brutal y su esperanza limitada. En esta entrevista habla por primera vez en Espa?a de su ¨²ltimo libro, El informe Lugano. Sobre la conservaci¨®n del capitalismo en el siglo XXI, editado por la ONG Intermon, ya traducido, como sus otras obras, a diez idiomas, que se presenta esta semana en Madrid y Barcelona.

'He escrito para afligir a los que se sienten confortados y no puedo, claro, confortar a los afligidos. Pero no vivimos tiempos agradables y es mucho lo que est¨¢ en juego', explica en el ep¨ªlogo de esa novela que parece ciencia ficci¨®n aunque que es un ensayo con datos reales espeluznantes, sacados de una investigaci¨®n que ha durado m¨¢s de cinco a?os y que la ha llevado a concluir que 'necesariamente han de producirse m¨¢s crisis y sufrimientos en todo el mundo'. Por eso, esta mujer, doctorada en literatura, en ciencias pol¨ªticas y en filosof¨ªa, autora de nueve libros, entre ellos El boomerang de la deuda o La religi¨®n del cr¨¦dito, ha utilizado una trama de novela. Para que muchos m¨¢s comprendan 'qu¨¦ nos est¨¢ pasando'.

?ste es el desarrollo del libro, del cual Noam Chomsky ha dicho que 'deber¨ªa estar en la mesilla de noche de los pol¨ªticos de Occidente': reunidos en la ciudad suiza de Lugano, un selecto grupo de superexpertos redacta un informe confidencial sobre c¨®mo debe sobrevivir un capitalismo global que se siente en peligro. El encargo, secreto, permite una total claridad y los expertos no se muerden la lengua: la mala gesti¨®n de la econom¨ªa globalizada, sus propios excesos y descontrol llevan a la quiebra del sistema ya que ¨¦ste 'no puede asegurar la felicidad para todos', que hasta ahora hab¨ªa constituido su gran ¨¦xito. Los expertos, desde luego, trabajan con datos reales actualizados; su an¨¢lisis es riguroso.

La guerra contra el medio natural, dicen, 'se plantea en t¨¦rminos de vida o muerte y nadie quiere vivir en un planeta muerto'. La criminalidad econ¨®mica, la ineficiencia de las instituciones financieras y pol¨ªticas, la 'ira de los pobres', el paro, les lleva al diagn¨®stico de 'la desconexi¨®n del sistema con la realidad'. As¨ª escriben: 'Hay demasiadas f¨¢bricas notablemente eficientes que producen demasiados bienes para muy pocos compradores solventes'. Se propone, pues, un 'plan de salvaci¨®n' escalofriante que es el ¨²nico que garantiza la supervivencia de los amos del mundo, y unas estrategias -entre las que est¨¢ la 'intoxicaci¨®n alimentaria'- encaminadas a 'seleccionar a las v¨ªctimas' que lograr¨¢n, por ejemplo, que esas v¨ªctimas, gracias a 'la pol¨ªtica de identidad' que exacerba los fanatismos, se exterminen entre ellas. Lo contrario, asegura el informe, 'es el caos'.

Pregunta. Su diagn¨®stico es tremendo.

Respuesta. Lo que he hecho es estudiar, observar c¨®mo act¨²a el poder, la gente que manda en el mundo y sus servidores, como las organizaciones internacionales, es que ayudan a su pol¨ªtica, desde hace m¨¢s de 25 a?os.

P. ?Su inter¨¦s por el poder es consecuencia de una rebeld¨ªa generacional?

R. Nac¨ª en los a?os treinta, y mi generaci¨®n, en los Estados Unidos, era conformista, todo les gustaba. Nac¨ª entre dos generaciones de rebeldes. Hoy los j¨®venes tampoco son rebeldes, pero s¨ª son mucho m¨¢s realistas que otras generaciones anteriores. Esto es lo que yo veo.

P. ?Por qu¨¦ una escritora de ensayo hace una novela?

R. No he hecho una novela en el sentido convencional de la palabra. Hay, s¨ª, un gui¨®n de base, pero no hay personajes, y el informe que elaboran es totalmente real, describe hechos no inventados. Y precisamente reivindico el no haber hecho ciencia-ficci¨®n, pero quer¨ªa encontrar un m¨¦todo nuevo para exponer la realidad, una nueva pedagog¨ªa. Esto ya lo hago habitualmente cuando doy conferencias y pens¨¦ que era l¨®gico llevar esa idea hasta el final, ya que el tema de este libro es que ese poder econ¨®mico trata de librarse de todos aquellos que no contribuyen a consolidar la econom¨ªa, eliminando a los que sobran. Desde la epidemia del sida, a la gente le resulta bastante evidente que no importa demasiado cu¨¢ntos mueren o quedan excluidos.

P. ?Usted cree?

R. Ser¨ªa bastante f¨¢cil, ya que el mundo hoy es m¨¢s rico que nunca, redistribuir mejor esa riqueza y organizarse de otra manera. Pero la realidad se aproxima cada vez m¨¢s a la ficci¨®n, ya que yo empec¨¦ a escribir en 1997.

P. ?Ha escrito para los pol¨ªticos, los empresarios o la gente normal?

R. Para todo el mundo. Tengo un p¨²blico limitado y no s¨¦ hablar a los empresarios; aunque he procurado no ser agresiva, siempre han recibido mal mis palabras. Seguramente es culpa m¨ªa porque el mensaje no es agradable y ellos no son personas libres, son gente que si no aseguran una rentabilidad del 15%, si no despiden, si no hacen todo eso, dejan de ser empresarios. En el libro explico esta paradoja: quienes est¨¢n m¨¢s y m¨¢s implicados en el sistema resultan incapaces de modificarlo, por lo cual tampoco pueden protegerlo del desastre. ?sta es la l¨®gica de Lugano: si se deja que este sistema se embale, cada vez excluir¨¢ m¨¢s, destruir¨¢ m¨¢s y crear¨¢ m¨¢s desequilibrios econ¨®micos, sociales, ecol¨®gicos y de todo tipo.

P. Ofrece una visi¨®n apocal¨ªptica...

R. He tenido un mont¨®n de cr¨ªticas, pero nadie me ha dicho que las premisas fueran falsas o que pudiera existir otra l¨®gica. Me han dicho que causa pavor lo que explico; seguramente es un texto molesto, pero es lo que quer¨ªa, desestabilizar tantas conciencias dormidas.

P. Se puede decir que expone una gran conspiraci¨®n planetaria.

R. No. No creo en las conspiraciones, sino en los intereses. He descrito que los amos del universo hacen lo que deben hacer dado qui¨¦nes son, lo cual no es una conspiraci¨®n. El informe de los expertos toma sus distancias sobre cualquier sistema conspirativo o burocr¨¢tico.

P. Esos expertos son unos c¨ªnicos.

R. Son gentes muy bien pagadas para decir la verdad. Son fr¨ªos y dicen lo que piensan. Tienen la ventaja de que cuanto menor es la audiencia de un documento, m¨¢s fiel puede ser a la realidad y a la verdad. Los informes destinados al gran p¨²blico van llenos de ret¨®rica. En cambio, ellos reciben el encargo de decir la verdad sobre lo que hay que hacer para proteger y extender el sistema en el siglo XXI.

EL PODER DE LOS MERCADOS

P. Su libro describe un tremendo poder, pero no da ni un nombre. ?Qui¨¦n tiene el poder?

R. ?No ha estado en Davos? Todos est¨¢n ah¨ª. El poder hoy est¨¢ en los mercados financieros, en los que s¨®lo cuentan 150 personas, y est¨¢ en los dirigentes de las transnacionales y sus servidores, que se ocupan de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, de la OCDE, de la banca o de la Comisi¨®n Europea. Se encuentran entre ellos en instancias como la Mesa de la Industria Europea o el Transatlantic Bussines Dialogue, en comit¨¦s permanentes de presidentes y directores generales que cada a?o presentan, por ejemplo, a la Comisi¨®n Europea o al Gobierno norteamericano, la lista de lo que se llama deliverable, que viene a ser la lista de lo que les interesa que los Gobiernos les faciliten.

P. ?Qu¨¦ hay en esa lista?

R. Objetivos pol¨ªticos, muchas veces muy bien descritos y precisos sobre las reglas del juego econ¨®mico en cada terreno econ¨®mico y a cada nivel de las diversas administraciones. Piden generalmente normas t¨¦cnicas para problemas concretos. El Gobierno norteamericano trabaja regularmente con las federaciones de la industria que hacen peticiones ante la OMC para evitar obst¨¢culos al comercio, cosas de este tipo. Ahora, por ejemplo, se pide que se privaticen los servicios de correos. En su conjunto se trata de elaborar una 'constituci¨®n comercial' para el mundo hecha a su medida. Esto es la globalizaci¨®n tal como esta gente la define: libertad total para los movimientos de capitales en todos los sentidos, comprando, vendiendo... Y pretendiendo que ¨¦sta es la manera de crear riqueza para todos. Y, as¨ª, resulta que si se est¨¢ contra la libertad de comercio, se est¨¢ en contra de los pobres. Envi¨¦ un mensaje sobre esto a Porto Alegre, sobre qu¨¦ hay que hacer ahora.

P. ?Qu¨¦ cree que hay que hacer?

R. Es una ideolog¨ªa que hay que combatir. No es cierto que si unos se enriquecen, los dem¨¢s se enriquecer¨¢n tambi¨¦n... Todo esto es falso y responde a un aparato de propaganda muy eficaz.

P. ?El Estado es la soluci¨®n?

R. Los Estados tienen m¨¢s poder del que utilizan. Es parad¨®jico que sean los Gobiernos socialdem¨®cratas los que hayan catapultado en buena medida este programa neoliberal. Estos Gobiernos socialdem¨®cratas escuchan, sobre todo, a las transnacionales. Lo mismo sucede con la Comisi¨®n Europea. Yo critico la crueldad de la derecha, pero tambi¨¦n lo que considero ceguera o dogmas de la izquierda.

LA POL?TICA DE IDENTIDAD

P. Su libro describe sin piedad lo que llama la pol¨ªtica de identidad.

R. La pol¨ªtica de identidad es una gran ventaja para los que gobiernan; por eso, los expertos del grupo de trabajo la recomiendan calurosamente. Ayudando a la gente a preocuparse por qui¨¦nes son desde el punto de vista hist¨®rico, o pol¨ªtico, o religioso, o racial, o de sexo, se evita que se ocupen de lo que pueden hacer juntos. Se bloquea la solidaridad. Se trata de evitar que la gente comprenda que tienen los mismos intereses y que se unan, ya que si la gente se une y deja el individualismo, el sistema dif¨ªcilmente funcionar¨ªa. Por esto se procura que se mire hacia otros objetivos y que, por ejemplo, el cristiano vaya contra el jud¨ªo o el musulm¨¢n y viceversa, o que la mujer vaya contra el hombre, o el negro contra el blanco. Si todo esto se exacerba, nos olvidamos de las transnacionales. Parece clar¨ªsimo que las pol¨ªticas de identidad son sumamente ¨²tiles para entretenernos.

P. Y tambi¨¦n para exterminarnos, seg¨²n su libro.

R. En la soluci¨®n Lugano, los expertos llegan la conclusi¨®n de que como no se puede consumir tanto y que la tecnolog¨ªa no va suficientemente r¨¢pida, hay que reducir esta masa de gente que no s¨®lo no contribuye al sistema, sino que es un obst¨¢culo a su desarrollo y una fuente de desequilibrios. Se dan cuenta de que con 8.000 millones de personas en el planeta, en 2020 el sistema no puede funcionar. Con tanta gente no se puede gestionar el medio ambiente, ni la sociedad, ni la pol¨ªtica. Por esto promueven la vuelta a un planeta con 4.000 millones de personas que puedan integrarse, tener trabajo o comida, porque la gente tampoco pide mucho m¨¢s. Observan que lo que no se puede sostener es un sistema en el cual haya m¨¢s o menos mil millones de personas que tienen un nivel correcto y 7.000 millones de excluidos.

P. Es parad¨®jico que un sistema pueda morir de ¨¦xito, por su propia desmesura.

R. S¨ª. Pero resulta que vamos en un avi¨®n sin piloto. Todos pedaleamos en una bicicleta que va muy deprisa, que necesita ir cada vez m¨¢s r¨¢pido y que no podemos parar aunque veamos que ser¨ªa lo mejor para nuestros hijos. ?ste es el drama: vamos muy deprisa a estrellarnos contra un muro.

P. Es decir, ha escrito un libro para salvar el capitalismo.

R. En todo caso, s¨®lo digo que el mercado tiene su lugar y que cuando el mercado lo ocupa todo es un desastre. Beber dos vasos de vino es estupendo, pero tomarse varias botellas es otra cosa. Imagine lo que puede pasar con una econom¨ªa integrada mundialmente... Yo no deseo que un accidente global cause enormes sufrimientos y lleve a la guerra de todos contra todos. No lo deseo porque soy una reformista. Lo que verdaderamente importa es controlar esta m¨¢quina de destrucci¨®n de la cual todos dependemos, pero lo m¨¢s grave es que quienes se benefician m¨¢s de ella son incapaces de controlarla.

P. Cuando habla de accidente global, ?en qu¨¦ piensa?

R. ?sta es una expresi¨®n de Paul Virilio, pero que describe muy bien algunas cosas que pueden pasar. Pongamos por caso que Estados Unidos tuviera una crisis burs¨¢til o que, ma?ana, todo perdiera el 75% de su valor en la Bolsa y las empresas no pudieran pagar a los bancos: todo el mundo ser¨ªa despedido, los bancos y las empresas cerrar¨ªan, el paro se generalizar¨ªa, los Gobiernos se ver¨ªan impotentes, los precios aumentar¨ªan, la gente no tendr¨ªa dinero y el crimen y la inseguridad crecer¨ªan... Con lo cual, nos encontrar¨ªamos en el infierno de Hobbes de la guerra de todos contra todos. Para m¨ª, ¨¦ste es el escenario del accidente global. No quiero un porvenir as¨ª.

P. ?Es usted optimista o pesimista?

R. Nunca respondo a esa pregunta. Estas palabras no tienen mucho sentido. Se puede contestar f¨¢cilmente con la famosa cita de Gramsci que dijo que viv¨ªa en el optimismo de la voluntad y en el pesimismo de la raz¨®n. Pero tengo esperanza y creo que hay que actuar porque, aunque no haya ninguna posibilidad de salirse de todo esto, al menos se habr¨¢ intentado. S¨®lo ahora se empieza a ver que la globalizaci¨®n puede ser otra cosa si se apuesta por la solidaridad o la amistad. Hay que actuar para vivir con dignidad y ¨¦tica. Pero el hecho de actuar tampoco es ninguna garant¨ªa.

P. Est¨¢ describiendo una cat¨¢strofe.

R. Todo esto se juega, como dicen en Francia, en un pa?uelo. Si se cree en la teor¨ªa del caos, seg¨²n la cual una gota de agua puede cambiar infinidad de cosas, no existe ninguna garant¨ªa. Pero lo que s¨ª sabemos es que si no se hace nada, ser¨¢ peor.

P. La realidad es, pues, como una novela de suspense.

R. ?Se quer¨ªa el horror? Pues aqu¨ª est¨¢. Pero a mucha gente no le gusta. Los que me han criticado no han cuestionado ni mis datos ni mis premisas; me encantar¨ªa que alguien me llevara la contraria, que me dijeran que me equivoco en mis datos o en mis premisas.