Haremos pol¨ªtica sin el 'glamour' del pasamonta?as
Todo empieza por una carta del subcomandante Marcos que recibo en Par¨ªs en la que, a la vez que me anuncia la marcha de los dirigentes zapatistas a M¨¦xico, del 25 de febrero al 11 de marzo, me dice: 'Ya que usted ha seguido de cerca los principales acontecimientos de estos tiempos globalizados, su visi¨®n amplia y sus profundos conocimientos de la m¨¢quina neoliberal sabr¨¢n encontrar el deseo de justicia que alienta nuestra causa'. Y me invita a acompa?arlo en esa marcha. Compromisos anteriores ineludibles para esas mismas fechas me impiden aceptar su invitaci¨®n. Pero me siento muy frustrado. La marcha sobre M¨¦xico de los zapatistas es, como me dice Carlos Monsivais, 'una idea genial' que ha dejado desconcertada a toda la clase pol¨ªtica mexicana, la cual a¨²n no se ha repuesto del choque del 2 de julio pasado cuando, despu¨¦s de 70 a?os de poder, el PRI perdi¨® la elecci¨®n presidencial. El propio Fidel Castro, maestro de la comunicaci¨®n pol¨ªtica, que nunca se hab¨ªa expresado p¨²blicamente sobre los zapatistas, ha admitido que, con la idea de la marcha, 'Marcos da al mundo una lecci¨®n de buen uso de la simbolog¨ªa pol¨ªtica'. Le respondo a Marcos que no puedo seguir la marcha, pero que me gustar¨ªa venir a verlo en su base de la selva Lacandona para que me explique el objetivo de esa marcha y sus proyectos futuros. Marcos acepta. Y despu¨¦s de un viaje agotador y de siete horas de pista de monta?a alcanzo por fin La Realidad, la simp¨¢tica aldea en el coraz¨®n de la lluviosa selva Lacandona, cerca de la cual se halla el cuartel general clandestino de Marcos. Me recibe puntual, junto con el comandante Tacho y el mayor Mois¨¦s. Ha le¨ªdo mis libros, y yo, todos sus escritos (adem¨¢s de libros sobre ¨¦l, en particular Marcos, el Se?or de los Espejos, de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n), as¨ª que empezamos a conversar como dos viejos amigos.
'En el momento en que la marcha termine, se va a desmitificar la figura de Marcos, lo que no significa que me vaya a dedicar a cultivar hortalizas'
Pregunta. ?T¨² piensas que fue el zapatismo quien, el pasado 2 de julio del 2000, acab¨® por vencer al PRI ?
Respuesta. Fuimos indiscutiblemente parte de las fuerzas que vencieron al PRI. As¨ª como, a nivel mundial, nosotros nos vemos como un s¨ªntoma, a nivel de M¨¦xico, hab¨ªa una serie de resistencias contra el PRI a cu¨¢l m¨¢s beligerante, y una de ellas fue el EZLN. Pero, fundamentamente, quien venci¨® al PRI fue la sociedad no organizada. Esta sociedad indefinida, no organizada, se aprovecha de un hueco -las elecciones del 2 de julio del 2000, y oponi¨¦ndose a una gran campa?a de corrupci¨®n que lanz¨® el Gobierno de Zedillo y del PRI para conseguir una vez m¨¢s la presidencia, decide decir: 'No'. Queda pendiente de saber qu¨¦ estaba diciendo exactamente esa sociedad. La respuesta a este interrogante est¨¢ abierta. El 'no' no significaba probablemente el aval a la derecha, ni al PAN, ni a Fox.
P. El pa¨ªs a¨²n est¨¢ bajo el choque de la derrota hist¨®rica del PRI. ?En qu¨¦ medida este momento tan particular le permite al EZLN lanzar nuevas iniciativas pol¨ªticas, como lo es la marcha de los comandantes zapatistas hasta Mexico?
R. El pa¨ªs quiere construir, a partir de la ca¨ªda del PRI, algo nuevo. Y nosotros pensamos que, en este momento, junto con la sociedad, podemos construirnos un espacio como pueblos ind¨ªgenas que somos. Sin querer tampoco hegemoneizar ese proyecto nuevo para el pa¨ªs, pero tampoco aceptamos que la historia se repita y nos quedemos atr¨¢s, a la cola. Estamos orgullosos de habernos rebelado. No s¨®lo contra un sistema injusto, sino tambi¨¦n contra un sistema que nos asigna el papel de pordioseros y que s¨®lo nos tiende la mano para darnos una limosna. Pensamos que ¨¦ste es el momento de construir un lugar digno y servir, como pueblos ind¨ªgenas que somos, a la construcci¨®n de un Estado nacional en M¨¦xico m¨¢s justo, y m¨¢s solidario. Y en este quehacer, nuestro lugar no tiene por qu¨¦ ser el ¨²ltimo. No queremos volver a ser la ¨²ltima rueda del carro o el ¨²ltimo vag¨®n del tren, sino una parte digna de esa geograf¨ªa de la reconstrucci¨®n. En la globalizaci¨®n actual se est¨¢ cuadrando al mundo y se le est¨¢n asignando rincones a las minor¨ªas ind¨®ciles. Pero, ?sorpresa!, el mundo es redondo. Y una caracter¨ªstica de la redondez es que no tiene rincones. Queremos que no haya nunca m¨¢s rincones para deshacerse de los ind¨ªgenas, de la gente que molesta, para arrinconarla como se arrincona a la basura para que nadie la vea.
P. Salir, por primera vez desde 1994, de la selva Lacandona, de Chiapas, y marchar sobre M¨¦xico representa el final de un ciclo para el zapatismo. Algunos piensan que esa marcha es una idea genial, otros estiman que t¨² y los dem¨¢s comandantes corr¨¦is un riesgo mortal. ?C¨®mo vino la decisi¨®n de organizar esa marcha?
R. La marcha es una locura. Pero pensamos que hay otro pa¨ªs, otro M¨¦xico despu¨¦s del 2 de julio. Y no podemos mantener la misma actitud que ten¨ªamos antes. El pa¨ªs est¨¢ en disputa. Hemos analizado los resultados electorales y ¨¦stos revelan que la sociedad mexicana est¨¢ m¨¢s politizada, mejor informada y m¨¢s interesada en participar en la pol¨ªtica. Creemos fundamentalmente que toda la sociedad mexicana, como la sociedad internacional, est¨¢n convencidas de que la situaci¨®n actual de los pueblos ind¨ªgenas es insostenible y que eso debe remediarse. Por consiguiente, es el momento en el que confluyen muchas situaciones que hacen posible que esta deuda que tiene la naci¨®n mexicana con sus pueblos indios pueda ser saldada. Entendiendo que la mexicana es una naci¨®n formada por diferentes pueblos contrariamente a lo que han afirmado todos los Gobiernos federales desde Ju¨¢rez, a saber, que es una naci¨®n fundamentalmente mestiza. No. Es una naci¨®n formada por diferentes pueblos.
P. Por el momento, todo el mundo parece sostener esta marcha. Hasta el presidente Fox ha llamado 'a la nacion entera' a apoyar la marcha. ?C¨®mo crees que va a reaccionar la sociedad al paso de la caravana zapatista?
R. La sociedad va a responder. Entiende que los ind¨ªgenas luchan por ocupar su lugar. No queremos ser nunca m¨¢s espectadores o que alguien nos resuelva nuestro problema. ?ste es el momento. La marcha, adem¨¢s de resolver el problema de los pueblos ind¨ªgenas, le abre la puerta al EZLN, a los zapatistas, a los guerrilleros armados y encapuchados, la posibilidad de hacer pol¨ªtica sin el glamour o sin el muro del pasamonta?as y de las armas. Para nosotros, mientras sigamos as¨ª y aqu¨ª, el quehacer pol¨ªtico tiene esa limitaci¨®n. Y nosotros queremos algo que nos proyecte, no que nos limite. Y por eso observamos que no todo el mundo sostiene esta marcha. Vemos la reacci¨®n de la derecha mexicana o de los grandes sectores del dinero en M¨¦xico a nuestra salida. Ellos dicen: 'No vamos a saber qu¨¦ hacer con ellos fuera, haciendo pol¨ªtica. El problema no es el pasamonta?as, el problema es que no les queremos fuera. Que no se llegue a un acuerdo de paz. OK que salgan en los medios, que den sus conferencias de prensa, que los entrevisten, que se formen caravanas de ayuda, pero que no vengan a M¨¦xico a hacer pol¨ªtica, porque su propuesta nos desarregla. No queremos a los zapatistas haciendo pol¨ªtica fuera. No queremos la paz. De acuerdo, es muy costoso eliminarlos militarmente, pero podemos seguir apostando a que se vayan agotando pol¨ªticamente'.
P. Tu relaci¨®n con la violencia es muy singular. Encarnas de cierta manera el antiterrorismo. El zapatismo es un movimiento armado, pero no ha cometido jam¨¢s un atentado. Tampoco reclama la independencia, ni la secesi¨®n; al contrario, exige que Chiapas est¨¦ mejor integrado en el seno del Estado mexicano. ?Qu¨¦ tipo de guerrilla conduce el EZLN?
R. Aunque los ind¨ªgenas sean los m¨¢s olvidados, el EZLN se levant¨® en armas para reclamar democracia, libertad y justicia para todos los mexicanos, y no s¨®lo para los ind¨ªgenas. No queremos la independencia, queremos ser parte de M¨¦xico, ser ind¨ªgenas mexicanos. El EZLN est¨¢ organizado como un ej¨¦rcito y respeta todas las disposiciones internacionales para ser reconocido como ej¨¦rcito. Siempre hemos cumplido con las convenciones internacionales y las leyes de la guerra. Declaramos las hostilidades formalmente, tenemos uniformes, grados e insignias reconocibles y respetamos a la poblaci¨®n civil y a los organismos neutrales. El EZLN tiene armas, organizaci¨®n y disciplina militares, pero no practica el terrorismo, ni nunca ha cometido atentados. El EZLN lucha para que ya no sea necesario ser clandestino y estar armado para combatir por la justicia, la democracia y la libertad. Por eso decimos que luchamos por desaparecer.
P. En un texto tuyo ya hab¨ªas anunciado, hace a?os, tu intenci¨®n de marchar hacia M¨¦xico, donde el zapatismo, tal como lo conocemos ahora, podr¨ªa desaparecer y convertirse en un partido normal. ?Mantienes ese proyecto?
R. S¨ª. Para transformarnos en una organizaci¨®n pol¨ªtica. Establecemos una diferencia entre partido y organizaci¨®n. Porque nuestro quehacer pol¨ªtico no es tomar el poder. No es tomar el poder por las armas, pero tampoco por la v¨ªa electoral o por otra v¨ªa, putchista, etc¨¦tera. En nuestra propuesta pol¨ªtica, nosotros decimos que lo que hay que hacer es subvertir la relaci¨®n de poder, entre otras cosas porque el centro del poder ya no est¨¢ en los Estados nacionales. De nada sirve, pues, conquistar el poder. Un gobierno puede ser de izquierda, de derecha, de centro y, finalmente, no podr¨¢ tomar las decisiones fundamentales. Y tampoco so?amos con tomar el poder en el seno de los grandes organismos financieros. De lo que se trata es de construir otra relaci¨®n pol¨ªtica, ir a una ciudadanizaci¨®n de la pol¨ªtica. Finalmente, los que damos sentido a esta naci¨®n somos nosotros, los ciudadanos, y no el Estado. Vamos a hacer una pol¨ªtica sin pasamonta?as, pero con nuestras mismas ideas.
P. Tras la llegada de la marcha a M¨¦xico el domingo 11 de marzo, ?va Marcos a desaparecer ?
R. Lo que va a cambiar cuando se firme la paz es que una organizaci¨®n pol¨ªtico-militar como el EZLN va a dejar de serlo. Esa organizaci¨®n va a dejar de tener las relaciones de mando que existen en el seno de una estructura pol¨ªtico-militar. Y, fundamentalmente, la figura de Marcos se ha construido alrededor de este movimiento. Cuando habla Marcos, habla un movimiento, un colectivo. Y eso es lo que le da fuerza e inter¨¦s a lo que dice Marcos. Cuando este movimiento se transforme y pase de ser un ej¨¦rcito a ser una fuerza pol¨ªtica, ya no ser¨¢ igual. Probablemente se descubra entonces que la calidad literaria de los textos del sub no era tan buena como se pensaba. Que sus an¨¢lisis cr¨ªticos o de ciencias sociales no eran tan acertados, etc¨¦tera. En el momento en que esto desaparezca, se va a desmitificar la figura de Marcos y todo lo que gira en torno a ella. Eso no quiere decir que Marcos vaya a dejar de luchar, que Marcos se vaya a dedicar a cultivar hortalizas o a otra cosa. Pero se va a modificar radicalmente el entorno que hizo posible a Marcos, al EZLN.
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