Campe¨®n nacional
Durante algunos a?os, Aceralia, el grupo sider¨²rgico espa?ol privatizado en la primera gran oleada del Gobierno del PP, ha permanecido en un silencio period¨ªstico espeso. Pero de repente su fusi¨®n con Usinor y Arbed ha desatado euforias que parec¨ªan olvidadas desde los tiempos m¨¢s oscuros del nacionalismo industrial. Resulta que la muy pocos a?os atr¨¢s triste Aceralia, recompuesta deprisa y corriendo con dinero p¨²blico para que pudiera ser vendida, tambi¨¦n deprisa y corriendo, al grupo luxemburgu¨¦s Arbed, hoy es poco menos que el campe¨®n nacional del acero, en la l¨ªnea de esa pol¨ªtica del Gobierno de Aznar de defender a capa y espada los mercados nacionales y, dentro de ellos, a las empresas con sello espa?ol.
La cuesti¨®n m¨¢s debatida, aunque no lo suficiente, es las distintas varas de medir que utiliza el Gobierno, o, para ser exactos, Rodrigo Rato, respecto a la titularidad p¨²blica de las empresas que comparecen en el territorio espa?ol para comprar alguna empresa nacional. Resulta que con gran aspaviento se dificult¨® el intercambio de KPN y Telef¨®nica con el pretexto de que el grupo holand¨¦s ten¨ªa capital p¨²blico, y que en la Ley de Acompa?amiento del Presupuesto de 2000 inclu¨ªa una p¨ªldora envenenada para impedir que una empresa energ¨¦tica p¨²blica de cualquier pa¨ªs pueda comprar una empresa espa?ola del mismo sector. Resulta adem¨¢s que han menudeado las advertencias -casi amenazas- oficiales para prevenir un hipot¨¦tico intento de EDF de entrar en el mercado espa?ol. Pero nada obsta, al parecer, a que Arbed, con capital p¨²blico luxemburgu¨¦s, se fusione con una empresa privatizada espa?ola. La estricta prohibici¨®n en los casos de KPN u otros se convierte en pl¨¢cemes cuando se trata de Aceralia.
Jos¨¦ Folgado, secretario de Estado de Econom¨ªa, intent¨® resolver la contradicci¨®n. La diferencia estar¨ªa, seg¨²n su interpretaci¨®n, en que Aceralia no es una empresa 'estrat¨¦gica'. ?Y por qu¨¦? ?Quien define que una empresa es 'estrat¨¦gica' y otra no lo es? Como no exist¨ªa una definici¨®n pol¨ªtica oficial de qu¨¦ sectores o empresas son estrat¨¦gicos, la interpretaci¨®n de Folgado debe ser le¨ªda como lo que es, una forma de salir del paso que la realidad no avala. Si el mercado del acero no es estrat¨¦gico y el de la electricidad s¨ª lo es, ?la portuguesa y p¨²blica EDP entrar¨¢ sin problemas en el accionariado de Hidrocant¨¢brico? Si es as¨ª, seguro que el ministro de Econom¨ªa no tendr¨¢ inconveniente en explicar por qu¨¦ se opuso inicialmente a la operaci¨®n arguyendo, sin disimulo, la doctrina de que empresas p¨²blicas no pueden comprar empresas privadas.
?ste ser¨ªa el momento de mencionar la arbitrariedad de la pol¨ªtica de empresa del Gobierno, como otras veces. Pero, adem¨¢s de arbitrariedad, se observa desconcierto. No es s¨®lo que el equipo econ¨®mico diga hoy una cosa y ma?ana otra, que manosee la fusi¨®n de Endesa e Iberdrola mientras que ni siquiera examina la de Ebro-Puleva; adem¨¢s, da la sensaci¨®n de que no sabe lo que tiene que hacer y rompe los objetos que m¨¢s inter¨¦s tiene en cuidar. Aunque ahora se subraya la utilizaci¨®n interesada de los resortes del Estado, una acusaci¨®n cierta con gran probabilidad, tampoco hay que descartar que estemos ante un problema de incapacidad para definir pol¨ªticas que resulten cre¨ªbles y que susciten confianza en los ciudadanos y los propios empresarios.
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